La Transformación. [EN EDICIÓN]

Capítulo 9. Los 13 clanes. Parte 2.

Algunas palabras seducen, pero otras enamoran y unas cuantas más solo no tienen sentido alguno después de pronunciarlas.

Todavía no le encontraba sentido a esta nueva vida como vampiro, esa complicación de no poder salir al sol, tomar sangre, sentir cosas que no sentía antes y lo principal, el deseo de siempre querer matar a los humanos y obtener una sola cosa... su sangre. Sabía y podía asimilar que desde ahora esta condición es para toda la eternidad. Realmente quería que así fuese, ya que no pensaba hacer nada que me impidiera ver la extinción de la raza humana.

-¿En qué tanto piensas? Alguien me preguntaba, pero no encontraba a alguien por los alrededores.

-¿Quién está ahí? Pregunte, temiendo que algo malo pasara.

-Solo quería saludarte y evitar que pienses más en eso de que ser un vampiro es tan horrible y despiadado para el ser humano. Porque déjame decirte algo, ya NO eres una de ellos.

-Aha... eres tú. Solo un vampiro que no tiene nada más que hacer, que molestar a los demás e irrumpir en sus habitaciones. - trate de decirlo lo más tranquila posible, pero este vampiro sí que me desesperaba continuamente.

-Es hora de ir a clases, no querrás que tu tan apreciado maestro te regañe por llegar tarde.

Llegamos a la clase y en efecto William, nos empezaba a decir su diálogo de la puntualidad, pero dios, éramos vampiros novatos, si siendo humanos no llegamos puntuales, menos siendo unos seres sedientos de sangre contantemente.

-Comencemos la clase.

-No existen Los Sombra Antitribu, al menos, no según los propios Sombra. Los sombra del Sabbat niegan la existencia de esos "traidores", mientras que los supuestos antitribu se ven a sí mismos como la sombra -nada más y nada menos.

-¿Y los sombra están de acuerdo con que la antitribu se crean los verdaderos sombra?

-No todos los sombra están de acuerdo con la posición del clan dentro del Sabbat, no obstante, se hacen con posiciones de respeto y autoridad, si no de importancia en la Camarilla. Muy pocos soportan que sus subalternos tontos o incompetentes vivan y el castigo por fallar un encargo de un sombra antitribu a menudo es la muerte. Por otro lado, esencialmente todos los sombra antitribu son criaturas de poder y presencia innegables y se dedican a la destrucción del Sabbat con un ahínco comparable al de pocos vástagos. La Camarilla no puede permitirse desperdiciar los talentos, poderes y el conocimiento del enemigo de estos Cainitas, pero tampoco puede permitirse confiar completamente en ellos.

-Si los sombra son el corazón del Sabbat, el clan Tzimisce es su alma, ¿No? - dije en comentario. Realmente estaba aprendiendo de mis nuevas raíces.

-En efecto, hasta los demás vampiros se sienten incómodos cerca de estos siniestros vástagos, y el apodo de "Demonios" les fue otorgado en noches del pasado por horrorizados miembros de otros clanes. La característica Disciplina de vicisitud de Los Tzimisce es el objeto de este temor, circulan historias de paralizantes deformidades provocadas por capricho de fantasmales "experimentos" y torturas refinadas más allá de la comprensión y resistencia humana o vampírica.

-Al principio, esta temible reputación parece inmerecida y como maestros de la Disciplina de vicisitud, los Tzimisce suelen tener un aspecto imponente y más que eso, imponentemente bello o imponentemente grotesco depende del capricho del Demonio en cuestión. Los Tzimisce más jóvenes, buscando explorar sus naturalezas inhumanas, realizan todo tipo de modificaciones en sus cuerpos. Los antiguos suelen adoptar formas simétricas y perfectas; después de todo, el cuerpo no es más que una maquina pasablemente útil. Los rostros Tzimisce parecen con frecuencia mascaras de vacía perfección y los Demonios ríen muy poco, aunque se sabe de algunos que sueltan risitas durante experimentos particularmente elaborados.