La Transformación. [EN EDICIÓN]

Capítulo 7. Costumbres de vampiros.

No todos pueden decir que son felices, hasta que algo provoca un giro de 180°, al principio crees que tu vida se ha arruinado, que tus sueños ya no podrán hacerse realidad, que nada de lo que hagas podrá hacerte regresar a TÚ normalidad.

Eso pensaba yo hasta que conocí a Luis, mi creador. Las circunstancias de ser vampiro, el legado que tenía antes de que yo naciera, eran más fuerte que nada y realmente no podía hacer mucho al respecto. Traté de negarme a la transformación, pero todo fue tan rápido y repentino sin preguntarme si eso es lo que yo deseaba.  

Por eso en toda civilización y razas existen reglas, normas, costumbres y tradiciones que se deben de cumplir y por lo tanto respetar, bueno yo antes rompí las reglas tan estrictas de mí creador, que ahora mejor las acató al pie de la letra y no tanto por Luis, sino por Gabriel, el vampiro líder de la comarca en la que me habían transformado.  

-Nuestra raza tiene antiguas leyes que se han transmitido a lo largo de los siglos, costumbres que se han convertido más bien en deberes que cumplir en cada principado y cuya infracción puede ser la muerte inexcusable.

 Las leyes principales que ningún vampiro puede romper o hacer caso omiso son las siguientes:

1.- El Legado, esta tradición marca el linaje de Lilith como sublime y dominadora de la noche. Al atenerse a las tradiciones, los vampiros reconocen ser herederos de Lilith y este es el primer paso de autoafirmación para un vampiro, sabiendo que Lilith fuera la primer mujer sobre la tierra al igual que Adán fuera el primer hombre, pero cuenta la historia de nuestros antepasados que Lilith tenía tanta maldad en su interior que fue desterrada del paraíso, convirtiéndola en la reina de los condenados o vampiros.  

2.- El Dominio, esta tradición se defiende a muerte en las noches que vivimos, en las que los vampiros luchan entre ellos por "dominios" cada vez más reducidos. El dominio otorga al vampiro el derecho de alimentación, influencia y refugio en un territorio determinado que no podrá ser violado por otro. Esta tradición obliga al vampiro a ser hospitalario con otro Cainita que llegue a su dominio, se presente ante él y reconozca su propiedad. Los príncipes tienen como dominio ciudades enteras que pueden cerrar a quien deseen.

3.- La Progenie, dice que sólo el Vampiro más antiguo del lugar puede dar permiso para crear un chiquillo (Niño vampiro). Esta tradición se rompe cada noche que pasa, dando lugar a una peligrosa superpoblación vampírica.

Cuantos más vampiros haya, menor será la sangre disponible y los dominios explotables. Quienes rompen esta norma suelen ser destruidos junto a su chiquillo bastardo.

4.- La Rendición de Cuentas, el sire de un nuevo vampiro es responsable de los actos de éste durante un tiempo. Por esta razón, los Cainitas se cuidan mucho a la hora de hacer progenie para no pagar las irresponsabilidades de los neonatos. Aunque cada noche está más en desuso, esta tradición obliga al sire a presentar a su chiquillo al Príncipe en busca de aprobación.

5.- La Destrucción,sólo el príncipe puede hacer uso de esta tradición, que le permite dar la Muerte Definitiva a otro Vampiro. Un gobernante puede usar esta ley para castigar cualquier crimen mediante la Lextalionis.

Este método consiste en la declaración del vampiro infractor, canalla o asesino como enemigo común que debe ser destruido por todo aquel Cainita que tenga la oportunidad de matarlo.

6.- El Silencio de la Sangre, los vampiros son quizá un escalón superior en la escala evolutiva, pero deben tener cuidado ante una turba de humanos dispuestos a darles caza. Los mortales saben que algo vive a su lado en la noche, por lo que los príncipes suelen obligar a ser discretos a sus vasallos. Este silencio casi sagrado esconde a los vampiros bajo la capa de la normalidad de la vida de los mortales, ocultándolos a sus ojos. Algunos hablan de esto como una mascarada. No obstante, cada vez más esquiroles postulan que esta tradición es innecesaria y se muestran ante su alimento como lo que realmente son.