Capítulo 30

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Nos encontrábamos tumbados en aquella gran cama, mi cabeza en su pecho mientras acariciaba dulcemente mi cabello. En ese momento sobraban las palabras, era un silencio tan placentero que no nos importaba estar así el tiempo que fuera falta. Una de mis manos se dirigió a su abdomen mientras mis dedos seguían el contorno de aquel gran tatuaje. Besó mi frente y dirigí mi mirada hacia arriba, para encontrarme con sus ojos. Aquellos profundos hoyuelos aparicieron rápidamente lo que hizo que sonriera sin más.

- ¿Sabes? Me quedaría así durante el resto de mi vida - le dije con sinceridad.

- ¿Desnuda para mi? - dijo él dándome una sonrisa divertida. Rodé mis ojos y suspiré, él me abrazó - yo también lo haría pequeña, tenerte entre mis brazos siempre será lo mejor que me pueda pasar - besó mi frente y yo sonreí.

- ¿Te parece si voy a buscar algo para comer? Nuestra primera comida no ha salido del todo como esperábamos - dije riendo.

- Quédate conmigo - dijo gruñendo y haciendo de su agarre algo más fuerte.

- Vuelvo en un segundo - me deshice de su agarre y llegué hasta la parte inferior de mi ropa interior, al igual que a la camiseta de Harry, poniéndomelas para dirigirme ahora a la cocina. Antes de salir de la habitación me giré y pude ver a un Harry con la mirada clavada en mi. Me sonrojé y una sonrisa se dibujó en su rostro - ahora vengo.

Salí de la habitación y me dirigí directa a la cocina. Estaba hecha un desastre, harina por todas partes, lo que sería nuestra comida seguía ahí y por lo que podía ver a Harry se le había quemado. Sonreí y empecé a recoger un poco todo aquello. Llevaba unos minutos allí cuando noté unas manos recorrer mi cintura y unos labios posarse en uno de mis hombros.

- Te estaba esperando - dijo Harry susurrando en mi oído - mañana recogeremos todo esto antes de irnos - me giré y posé mis brazos alrededor de su cuello.

- ¿Me ayudarás mañana? - él asintió y besé sus labios rápidamente.

Me deshice de su agarre y corté un par de piezas de fruta, esa sería nuestra comida hoy. Harry se había sentado en uno de los taburetes y me miraba sonriendo mientras colocaba la fruta en una bandeja. Su cuerpo tan solo cubierto por unos boxers negros me dejaban observar el maravilloso cuerpo de aquel chico.

- Me encantan tus tatuajes - le dije llevándome a la boca un trozo de manzana - ¿crees que te harás alguno más?

- Seguramente - dijo tendiéndome la mano, la cogí y acabé de pie entre sus piernas - me gustaría que me acompañaras a hacerme uno.

- Me encantaría acompañarte - sonreí y besé sus labios con ternura - ¿vamos? - asintió, cogió la bandeja de fruta y con su mano libre entrelazo nuestros dedos.

Nos dirigimos otra vez a la habitación, él había insistido y yo acepté encantada. Comimos entre risas, Harry no paraba de meterse conmigo a propósito para que me enfadara con él y así tener alguna escusa para mantenerme entre sus brazos. Cogí la última fresa que quedaba en aquel recipiente y antes de que pudiera rozar mis labios Harry me la arrebató de las manos.

- Dámela - dije suplicándole con la mirada, en su rostro una enorme sonrisa mientras negaba con la cabeza - es mía.

- ¿Es tuya? - yo asentí inocentemente - entonces tendrás que cogerla - y dicho esto puso la fresa entre sus labios, mordiéndola levemente.

Sonreí divertida ante su acción y me senté en su regazo, frente a él y rodeando su cintura con mis piernas. Me acerqué a sus labios lentamente y atrapé entre mis dientes la pieza de fruta que él me permitió, juntando nuestros labios justo después. Me separé de él y volví a besar sus labios en un rápido movimiento. Estaba más que segura que hacía tiempo que necesitaba un día así junto a él.

- Voy a darme una ducha - dijo levantándose y yo tan solo asentí. Entré junto a él a la habitación contigua y le enseñé donde estaban todas las cosas, besé sus labios y salí de aquel cuarto de baño.

Me tumbé en la cama, estaba algo cansada y solo eran las seis de la tarde. En ese momento me vino a la cabeza mi princesa, ¿cómo estaría?, ¿me echaría de menos?. La verdad es que nunca había estado tantas horas sin ella, parecía una tontería pero para mi no lo era. Ella era lo más importante que tenía en ese momento y la echaba de menos. Sus pequeñas manos rodeando mi cuello, su sonrisa y sus grandes ojos azules. Noté como Harry aparecía otra vez en la habitación pero aún parecía no haberse duchado.

- ¿Qué pasa, necesitas algo? - le dije curiosa con una pequeña sonrisa.

- Te necesito a ti - dijo cogiéndome en brazos haciendo que yo empezara a reír. Me llevó hasta el cuarto de baño y pude observar como había llenado aquella gran bañera, ahora llena de espuma - ¿te parece bien? - yo tan solo asentí al mismo tiempo que él estiraba mi camiseta para deshacerse de ella, y yo después desprenderme de mi última prenda.

Harry entró primero, tumbándose a lo largo de aquella bañera color marfil para después tenderme una mano y así ayudarme a mi a entrar. El agua estaba bastante caliente, haciendo que una sensación agradable recorriera mis pies. Me senté entré las piernas de Harry y dejé caer mi cuerpo hacia atrás, sobre su pecho. Era una sensación increíble estar entre sus brazos, los que ahora rodeaban mi cintura.

- ¿En que pensabas? - no sabía muy bien a que se refería - cuando estabas en la habitación sola - dijo contestando a mis dudas.

- En Noa - le dije con sinceridad.

- ¿En nuestra princesa? - dijo y me sorprendí gratamente por sus palabras. Giré un poco mi cabeza y aquellos ojos verdes me miraban entusiasmados, y puede que algo arrepentidos por haber dicho aquello. Besé sus labios con ternura en muestra de agradecimiento por aquellas palabras, había sido una bonita acción por su parte.

- En nuestra princesa - afirmé - la echo de menos.

- Mañana la veremos pequeña, en eso no te preocupes, ella está bien - asentí y acaricié sus manos por debajo de aquella caliente agua.

Estuvimos un largo tiempo entre besos y caricias, los problemas junto a él no existían, o simplemente los apartaba hacia un lado sin ser consciente de ello. Harry enjabonó mi cabello, haciendo suaves masajes en mi cabeza y yendo con mucho cuidado para no hacerme daño, me estaba tratando como a una reina. Minutos después decenas de caricias invadieron mi cuerpo mientras nuestros labios seguían moviéndose al mismo compás.

- Te amo - le dije mirándole a los ojos.

- Yo creo que también - dijo él intentando no sonreír.

- ¿Crees? - le dije frunciendo el ceño, molesta por lo que me estaba diciendo. Él asintió y poco después empezó a reír.

- Tendrías que haber visto tu cara pequeña - lo miré seria para después empezar a reír con él.

- Eres un idiota.

- Tu idiota preferido.

[foto en multimedia]

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HOLA CHICAS, el día sin princesas llega a su fin y Noa vuelve dentro de nada. ¿Qué os ha parecido el día sin princesas? :)

No voy a comentar mucho porque la verdad es que me muero de sueño ahora mismo, estoy muy cansada y solo tengo ganas de meterme en mi cama y dormir dos días seguidos jajaja. Pero antes necesitaba dejaros mi capítulo, que os lo merecéis por todo lo que hacéis por mi.

Gracias gracias gracias gracias gracias gracias gracias, os quiero.

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SI HAY ALGÚN CHICO QUE DEJE UN COMENTARIO; me haría mucha ilusión saberlo *-*

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Pregunta para hoy: ¿Canción preferida de Midnight Memories? Tan solo una, pregunta difícil ;)

[Capítulo dedicado a mi primer grupo de whatsapp, os quiero chicas <3]

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-Natalia.

Papá (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora