Cero.

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No sé qué pensar ni qué hacer en este preciso momento mientras tomo el primer tren a lo que antes parecía ser mi hogar.  "Espero que todo esto se aclare mañana." Eso sigue en su mente, ¿Pero por qué se siente tan adecuado y mal a la vez? Sugawara no era así, o sí lo era... Suspiró, decidió enviar un mensaje.


[Para: Yamaguchi.

Estaré a eso de las 3:00 p.m llegando a la estación así que pasaré por tu casa como a las 4:30 p.m.]

Enviado, listo. Él también tenía ciertas cosas que contarle a Daichi, tenía tanto sin verlo y nuevamente se encontrarian por Nishinoya. Creía sentirse un poco egoísta, en esos momentos solo lo quería para él. Necesitaban aclarar algo que ambos estaban guardando hace mucho y que solo pensaba los que sentía él no eran los correspondidos. Apretó el celular en su mano con suavidad y lo escuchó vibrar así que solo se limitó a leer el nuevo mensaje.

[De: Yamaguchi.

Buenas tardes, es raro en ti no saludar primero. ¿Pasó algo? Ehr.... Perdone si soy molesto...]

[Para: Yamaguchi.

Lo contrario, tienes razón. Discúlpame la descortesía y buenas tardes, Yamatan. No pasa nada, estoy bien... Voy en camino.]

[De: Yamaguchi.

¡Está bien! Gracias por acceder a mis molestias, Sugawara.]

Omitió responder a ese mensaje, tenía mucho en qué pensar. Sobre Daichi. Y sobre él. Sobre ambos. Sintió como su corazón comenzaba a acelerar su ritmo mientras recordaba la última vez que lo vio, justo luego de la graduación. ¿Sería que... aquello era una confesión? ¡No, claro que no! A lo mejor era otra cosa importante...

Pero ¿Y si actitud extraña? Espera, Daichi siempre había sido así con él. Era broma, ¿No?

Acabó terminando en una discusión en su cabeza, en todo el camino no recibió más mensajes, de ninguno. Pasó todo el camino recorriendo el paisaje con la vista, ¿Cuándo fue que se dio cuenta? Oh claro, ya cuando tenía una semana separado de él. Su corazón se dio cuenta de que no quería estar separado de su Capitán y de que sentía algo más que admiración, algo más que ya no podía ocultar. Esta vez se lo diría porque sentía que no podía vivir con ello y con las bromas que llevaba Daichi con él. Se le hacía muy doloroso.

Como siempre tomó el tiempo justo a la medida, a las tres de la tarde fue que estuvo parado en la salida del tren. Observó el lugar alrededor notando cada detalle y cada persona que pasaba por allí; como si fuera algún turista que viniera en su primera visita. Ya que Yamaguchi le estaba esperando. Como tenía tantas bolsas que contenían los regalos decidió tomar un taxi en cuanto salió de la estación de trenes, y solo cuando estuvo sentado en el asiento de atrás marcó sus teclas.

[Para:Tsukki.

¡Estás en problemas con MAMÁ CUERVO!]


[De: Tsukki.

¿Qué hice yo? ]


[Para: Tsukki.

¡No lo sé! Pero estás in TROUBLEE.]


[De: Tsukki.

Solo porque lo estimo mucho yo me estoy preguntando que hice de verdad.]


[Para: tsukki.

Atente a las consecuencias, Tsukki.]


[De: tsukki.

Esta bien, supongo. ]

Como siempre, era un chico muy serio pero sabía que incluso uno como él poseía sentimientos. Hace tiempo que se había entablado una corta relación con él y siguiéndolo de seguro, estaba Yamaguchi, que luego empezó a hablarle también. Dejó una mano en el posamanos de la puerta para luego afincar su barbilla en ella. Ahora repasando, ¿Quiénes estarían? Asahi, Nishinoya, Hinata, Kageyama, Tsukkishima, Yamaguchi, Tanaka, y Daichi... Tal vez Ennoshita. 

Mordió su labio inferior por mera inercia mientras miraba el lugar a través de la ventana, todo lucía tan cercano pero lejano a la vez.

— Cuándo fue la última vez que...

Suspiró.

—Ya llegamos, señor. 

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