#11

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Aún no he sido capaz de entregarle sus cosas, me da miedo. No se le ve afectado por lo que ha perdido.

Que digo, al parecer él no muestra ninguna emoción. Lo raro que su dibujos no traen firmas.

¿Cual sera su nombre?

Con cuidado me levanto del asiento hasta caminar hacía atrás las demás personas no le toman importancia a mi acción cosa que agradezco.

Me siento a su lado y lo oigo suspirar. Han pasado días desde la última vez y solo quiero terminar con esto luego. Abro mi mochila y saco el cuaderno con cuidado y se lo tiendo.

Sus ojos estudian lo que mis manos poseen y me mira esta vez alarmado.

—Se... se te cayo cuando te fuiste.

Me lo arrebata con fuerza y sisea algo que no oigo.

—Yo... yo...

—¿Viste lo que hay dentro?—dice con brusquedad, sus ojos me taladran cuando me mira.

—S-si...—respondo al fin y veo como se tensan sus puños con fuerza y mira hacia afuera.

Se quiere calmar. El manojo de nervios en mi estómago me dan ganas de vomitar y no soy capaz de armar más palabras para decir.

Pero me las arreglo con dificultad.

—Perdón no pensé que te molestaría tanto...—digo y una sonrisa carente de humor le asalta—. Además...

Meto la mano a mi bolsillo y enredo la cadena en mis dedos. Cuando la pongo delante de sus ojos parece que lo he descolocado nuevamente. Agarra mi muñeca con fuerza pero no me hace daño, sus dedos se envuelven en mi piel y siento sus dedos tibios en mi piel fría.

Sus ojos vuelven a mi, se acerca lo suficiente para sentir su aliento.

—Deja de meterte en cosas que no te incumben, deja de revisar cosas ajenas, deja de hacer todo lo que haces.

Ese, el del bus |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora