Ese, el del bus |H.S|

#14

Ha vuelto.

Luego de una semana y media y es como si no lo hubiera visto una eternidad.

Cuando sube pasa la mano por su cabello tirándolo hacia atrás, trae puesta una sudadera gris dejando sus brazos descubiertos con tatuajes. Tiene un barco, y alrededor de su muñeca derecha una frase.

Me da una mirada de soslayo y cada vez que me mira un cosquilleo se produce en mi estómago.

Me arriesgo, nuevamente, a meterme a la boca del lobo.

Porque soy su presa.

Cuando me ve llegar a su lado, niega con la cabeza. Me siento sin miedo, pero con inseguridad.

Se le ve tenso como siempre, lleva una mano en su boca, con sus dedos juguetea con su labio inferior.

Me dan ganas de morderselo.

—Tanto tiempo—digo intentando iniciar una conversación que tal vez no tenga éxito.

—Creí que me había librado de ti—dice mirando por la ventana.

—Yo... Yo, ¿puedes mirarme?

Entonces, da vuelta su cabeza y veo que debajo de su ojo izquierdo su pómulo esta hinchado con un tono morado. Se me va el aliento.

Frunce el entrecejo cuando acerco mi mano al lugar afectado y lo toco con las yemas de mis dedos con miedo de hacerle daño, cierra los ojos cuando me siente. Pero los abre de inmediato y me agarra la mano y la quita, la baja con delicadeza. Sus dedos rozan los míos.

—¿Que te paso?

Suspira.

—He tenido una pelea, solo ese rasguño tengo, la he ganado—me dice—. Ni siquiera se porque mierda te lo digo.

—Me puedes decir lo que sea.

Ríe. Dios ha reído. Es suave y ronca, y me gusta escucharlo.

—Me he dado cuenta—acaricio sus dedos un poco, pero el no se rehúsa tal vez no se da cuenta que estan un poco entrelazados—, me falta un dibujo. La rosa.

Balbuceo un «yo» pero el me para.

—Te lo puedes quedar.

—Dibujas hermoso, es algo que debe ser conocido...

—Prefiero dejarlo así.

—¿Como te llamas?

—Harry.

—Bueno Harry me encantan tus dibujos, soy Aledis.

—No pregunté tu nombre.

Apreto la mandíbula suelto su mano y me paro de su lado hasta volver al lugar donde me siento.