Capítulo 12

5K 393 39
                                    

Capítulo 12

—Vamos!, ¡Siempre soy yo el que se entera de estas cosas!—Una voz varonil resonó con aquel toque de sorpresa.

Fue casi como una acción de reflejó en ambos, nos separamos rápidamente, por lo cuál, accionó que cayera sobre el césped de trasero.

—¡Por los dioses!... ¡Nico!...Pensé que tú eras...¡Dioses!—el rubio señaló a Nico como si fuera un pecador, mientras por mi parte solo trataba de huir.

De un brinco impulsado con mis piernas, logré colocarme de pie  lo más cuidadosa posible para dejar que ellos pelearan solos.

Efectivamente me faltaba poco para hacerlo... Pero un fuerte jalón en mi oreja me detuve.

—¡Augh!...—exclamé, me dolió mucho, solo hice un puchero al ver que lo había hecho el pelinegro.

-No te vas a ir ahora que necesito tu ayuda, ladrona- me jaló a su lado, el rubio esperaba una explicación y yo apenas sabía quién era mi padre.

-Bueno, lo que paso es que... Yo conocí a ___ y ella me besó ayer delante de sus hermanos- Nico me dio un leve codazo mientras decía aquellas palabras, solo me crucé de brazos molesta por la acción de él.

-¡Pero fuiste tú quien me beso hoy!- exclamé, molesta. Fue tanto mi enojo que le jale el cabello un tanto fuerte, Nico me respondió jalándome el cabello un poco más suave que yo lo hacía; lo empecé a empujar para que él se cayera al suelo.

-¡BASTA, NIÑOS!...-Jason se metió en medio de nosotros dos, intentaba acercarme para darle al menos un golpe pero él rubio era como un muro de concreto. Les di la espalda cruzada de brazos, estaba echa una furia.

-Hace dos segundos se estaban besando y ahora están peleando... ¿Qué les pasa, niños?- bufó el rubio, no quería voltear a verlos. Mantuve mi orgullo por delante así sea por unos minutos solamente, estaba esperando a ver si el hijo de Hades me pedía disculpa.

Escuché un bufido de su parte, cuando de la nada estaba frente a mí-Quiero pedirte una disculpa, no debí de haber echado la culpa de algo que comencé yo...-Ver la cara de arrepentido de él fue tan bonito.

-¡Oh!, ¡Nico!...-exclamé, lo abracé fuerte; lo perdone de inmediato jamás me podría enojar con él. Lo quede mirando fijamente, estaba a punto de besarlo cuando, claramente escuchó un carrasqueo de garganta.

Volteamos a ver ¿Quién era?, mi boca se abrió tanto que casi se me cae la mandíbula.

-¡DIOSES!... 

Ladrona de mi corazón (Nico Di Angelo) © ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora