Salía de la facultad a lado de Alex y Mía, había sido un largo día y por ahora sólo quería descansar.
-¡____! -gritó detrás de nosotros-
Nos detuvimos en seco. Él solía ser muy insistente cuando quería y eso a veces me fastidiaba. Era cansado tener que aguantar cada palabra que ya me sabía de memoria.
-Hola Rubén -mostré una sonrisa forzada- ¿Qué se te ofrece?
-Quería saber si... ¿Quieres salir conmigo esta noche? Puedo pasar por ti a tu casa
-No Rubén, gracias pero no, estoy muy cansada y quiero dormir
-Escucha ____, yo sé que me odias pero si tan sólo habláramos un poco más...
-No te odio bobo, es sólo que necesito un poco de espacio
-Entonces... ¿Otro día puede ser?
-Otro día, quizás, adiós
Dejé un beso en su mejilla y nos dimos la vuelta para seguir caminando. Este chico sí que era raro, creo que sólo tenía un amigo y su nombre era Mangel, ese par de verdad resultaban raros.
-____, Alex y yo tenemos que hacer una tarea juntos, ¿Vienes?
-No gracias, enserio estoy muy cansada.
-Bueno, ¿Entonces te vemos luego?
-Claro, adiós
-Adiós
Ellos se fueron caminando al lado contrario de mi. Yo por mi parte caminé hacia casa, realmente no estaba lejos y no había nadie que me esperara.
Me coloqué mis cascos y puse algo de música. Sonaba Dead Inside de Muse, muy buena canción.
Durante el camino me puse a pensar. Rubén no es feo ¿Saben? Hasta era lindo, lo único que me molestaba era que me pidiera salir todo el tiempo, resultaba molesto.
Llegué a casa luego de algunos minutos caminando. Al entrar obviamente cerré la puerta y dejé mis cosas en el recibidor.
Saqué del frigorífico algo para cenar y lo preparé. Me senté en la sala y encendí el televisor, valla manera de pasar mi viernes. Realmente hoy no tenía ganas de salir así que eme aquí.
De repente alguien llamó a la puerta, dejé mi plato en la mesa de centro y fui a abrir.
Era mi novio Frank con unas flores. Enseguida lo recibí con un abrazo y un beso.
-¿Cómo estás? -preguntó-
-Bien -sonreí- Pasa
-Gracias
Entramos a casa y dejé las flores en un jarrón mientras platicábamos, él tomó una cerveza del frigorífico y comenzó a beberla.
-¿Y ese tal Rubén te sigue molestando? Digo... Para darle una lección
Lo que menos quería era problemas y entre ellos uno es que Frank lo golpee. Sonreí y negué con la cabeza.
-Ya no es tan molesto
-¿Tan?
-Sí, sólo... No importa -reí nerviosa- ¿Que tal el trabajo?
Él ya se había graduado de la universidad y trabajaba en una compañía de videojuegos.
-Muy bien, vamos a sacar un nuevo videojuego de suspenso
-Suena bien -sonreí- Verás que será muy exitoso, ustedes siempre hacen bien las cosas
-Y lo será, está muy bien diseñado
-Excelente
Mi móvil sonó por un mensaje. Decidí hacer caso omiso. No debía ser importante.