Capítulo 11

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-¿Que? -preguntó confundido-

-N... Nada -tartamudeé- Quiero volver a casa

-Ya te dije que no -dijo sin mostrar expresión alguna- Vivirás conmigo aquí

-¿Dónde estamos?

-No puedo decirte

Suspire cansada. Quiero mi vida de antes.

-¿En que piensas?

-En nada

-Vamos, confía en mi

-Quiero mi vida de vuelta

-¿Esa donde nadie te prestaba atención? ¿Donde nadie te esperaba al llegar a casa? Si, era mejor -dijo sarcástico-

-Al menos yo me sentía bien

-No mientas, extrañas a tus padres, sin embargo nunca les llamaste

-Pensaba hacerlo

-Puras mentiras

-Eso no...

-Ven, te mostraré tu habitación-

-Quiero irme a casa -dije triste. Así me hacia sentir esto-

-No vas a cambiar eso -dijo con fastidio- ¿Quieres tu pieza o no?

Sin más acepté. Me tomó del brazo para ayudarme a subir. Caminamos por un largo pasillo y al fondo a la izquierda estaba una puerta de madera color marrón.

Giró la perilla y dejó ver una habitación grande color morado oscuro con verde limón. Muebles blancos, un armario grande, tocador, baño y televisión. Tenia también una ventana grande alado de la cama color blanca también con cortinas igualmente purpuras.

-¿Te gusta? -me preguntó-

-Es lindo, debo admitir

-Que bueno que te haya gustado

-Gracias

-Por nada

Se formó un ligero silencio incómodo que después él rompió.

-Tu guardarropas está lleno, aquí hay todo lo que necesitas

-¿Todo? -pregunté incómoda-

-Todo -aseguró- Hasta tu ropa íntima y cosas de higiene personal

Sentí mis mejillas encenderse. La verdad sentía vergüenza y era obvio, eso no es común.

-Gracias

-Por nada -sonrió- Escucha... Te voy a desatar las manos pero debes prometer que no harás ninguna tontería o de lo contrario no quieres saber lo que va a pasarte ¿Entendido? -asentí-

Caminó lentamente hacia atrás de mí y comenzó a desatar mis manos. Me abrazó por la cintura y suspiró en mi cuello, me quedé estática, se me había puesto la piel de gallina pero al instante me separé de él.

-No me toques -dije molesta-

-No parecía que te disgustara -curvo una ceja-

-Pues... Si y aléjate

-Como quieras -rodeó los ojos- A las 8:00 pm en punto tienes que bajar a cenar, mientras puedes hacer lo que quieras

-¿Que hora es?

-En tu mesa de noche hay un reloj, te veo más tarde

Salió de mi habitación dejándome completamente sola. Miré el reloj, eran las 5:47 pm. Decidí darme una ducha.

Abrí el grifo de la bañera y al salir el agua caliente dejé que se llenara. Al estar repleta del agua suficiente me despoje de mi ropa y me metí a bañar.

Cuando salí me seque el cabello con la toalla e hice lo mismo con mi cuerpo. Abrí el armario y efectivamente estaba repleto de ropa. Tomé una pijama que consistía en un pantalón corto y una remera de tirantes en colores azul y verde. Peine mi cabello de lado y me acosté a dormir un rato. Estaba cansada.

Lo sé todo |Rubius y Tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora