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Regresaba a casa luego de un largo día. Al llegar hice algo de comer y perdí el tiempo mientras llegaba la hora de ir con Alex y Mía.
Veía la televisión mientras divagaba por Netflix, no tenía ganas de ver nada, estaba muy tensa todo este tiempo por el maldito acosador. Si llegara un mensaje estaría peor.
Y efectivamente, pareciera como si lo hubiese invocado. Mi móvil sonó por un mensaje, con miedo lo tomé y miré.
¿Qué te traes con Alex?
-Desconocido 5:38 pm
Eso no es de tu incumbencia
-_____ 5:40 pm
Vale pues... Si no me dices tendré que deshacerme de él
-Desconocido 5:41 pm
No por favor, sólo somos amigos, de hecho él y Mía se gustan
-_____ 5:41 pm
Vale, ya he entendido. Mándame mensaje cuando llegues
-Desconocido 5:42 pm
¿Por qué tengo que avisarte?
-_____ 5:42 pm
Porque es eso o te las ves conmigo
-Desconocido 5:43 pm
Guardé mi móvil y me metí a bañar. Al salir me vestí con unos jeans rotos, una remera negra lisa y mi sudadera de Pikachu. Me maquillé sencilla y dejé mi cabello secar al natural. Me puse algo de perfume y tomé un bolso pequeño donde eché cosas necesarias –dinero, móvil, identificación, etc.- y salí de mi casa para dirigirme con los chicos.
(...)
Estaba sentada en una mesa a lado de Mía y Alex, había pedido un café americano y veíamos tocar a una banda en el escenario. Eran bastante buenos.
-_____, no quiero ofender pero... Ni el maquillaje cubre tus ojeras, ¿No has dormido bien? –dijo Mía apenada-
-No te preocupes y no... No he dormido bien
-¿Porqué? –preguntó Alex preocupado-
-Pues... Los exámenes me han tenido preocupada
-¿Y qué tal te fue?
-Bien, he estudiado mucho así que... Creo que me irá bien
-Qué bueno –sonrieron ambos-
La noche la pasamos muy bien, me relaja tener compañía y distraerme de todas mis preocupaciones. Realmente me sentía bien.
(...)
Regresaba a casa luego de haberla pasado con Alex y Mía, eran aproximadamente las dos de la madrugada, el tiempo se nos había ido volando pero a pesar de todo nos habíamos divertido mucho. Caminaba por la calle, faltaba alrededor de dos cuadras para llegar a casa, no era mucho.
Cuando me faltaba una cuadra y medio alguien me detuvo por atrás y me tapó la boca. Aunque gritara nadie me oiría.
-Escucha bien chica, vas a hacer todo lo que yo te diga si no quieres problemas. El dueño del número desconocido me ha mandado a que te dijera que obedecieras todas sus reglas si no quieres problemas ¿Entendido? –Asentí- Bien, cuida tus pasos
Me soltó y se fue en un auto que lo esperaba detrás de nosotros. Comencé a llorar, no pude reconocer su rostro por la oscuridad de la calle.
Corrí lo más rápido que pude hacia mi casa y cuando llegué me encerré con toda seguridad posible.
Tenía miedo. Demasiado miedo. Esto estaba mal, ya no aguantaba más.