Capítulo 39

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Rubén había ido con Daniel a arreglar unos asuntos de trabajo, o al menos eso había escuchado. El problema era que ya llevaban casi 40 minutos desaparecidos y yo comenzaba a preocuparme. Prometió que no tardaría y me dejó bajo cargo de Mangel y los chicos.

-Mangel –llamé su atención-

-¿Qué pasa _____?

-¿No has visto a Rubén?

-No, ¿Aún no vuelve de con Daniel?

-No –me angustié más- Mejor voy a buscarlo

-Te acompaño –asentí-

Comenzamos a recorrer el lugar y nada, no lo encontrábamos. Preguntamos a algunas personas –ya que no todos hablaban español- y tampoco sabían. Si ya moría de angustia justo ahora agonizaba oficialmente. Vi a lo lejos al chico que alguna vez me ofreció un cigarrillo en la empresa de Rubén, no dudé un segundo y fuimos hacia él.

-Hola –llamé su atención- Oye... ¿has visto a Rubén por alguna parte?

-Sí, subió al segundo piso con Rubí y Daniel

-Gracias

Estaba enojada. No. Estaba furiosa pero más que eso, preocupada. Subí a lado de Mangel rogando por que todo estuviese en orden, pude ver a Daniel hablando con otros hombres pero con ellos no estaban Rubén y Rubí. Molesta fui hasta donde él.

-¿Dónde está Rubén?

-En la habitación número 5, se encerró hace rato con Rubí

La sangre me hervía. Corrí hacia allá lo más rápido que pude sin importarme los comentarios machistas de Daniel y sus secuaces. Abrí la puerta para adentrarme junto con Mangel y la escena no fue mejor.

Sentí mi mundo derrumbarse poco a poco y lentamente. Esto no podía estar pasando. Mi corazón estaba hecho añicos, hecho polvo y hecho nada.

Rubén estaba sin camisa besándose con Rubí que estaba en ropa interior sin descaro alguno. A él no pude verle el rostro ya que estaba de espaldas a mí pero ella... Se veía que enserio lo disfrutaba.

-¡Rubén! –dije una vez que pude recuperar la voz del estado de shock-

Volteó al instante. Se veía ebrio, vino hasta mí e intentó abrazarme pero con total brusquedad lo empujé alejándolo de mí. Rubí reía y gozaba de aquella escena mientras yo me sentía a morir.

-¡Tú! Eres una zorra cualquiera –le grité furiosa y entre llanto-

-Gracias, me lo han dicho ya –rio descaradamente-

-_______, puedo explicarlo –Rubén dijo preocupado pero se notaba a kilómetros que tenía algo-

-No quiero tus estúpidas explicaciones, no vuelvas a buscarme nunca más

-_______, es que ella y Daniel...

-Ellos nada –sollocé- Eres un estúpido, te odio

-_______, sabes que a la que amo es a ti

-Deja de mentir por favor

-Mangel, tú sabes que...

-Ya lo hemos visto todo –dijo él igualmente decepcionado- Mejor cállate

Salí de ahí lo más rápido que pude, salí directamente de la casa aguantándome todas las críticas y comentarios absurdos de la gente. Los chicos venían tras de mí pero yo sólo deseaba irme ya.

Odiaba todo justo ahora, odiaba a Rubén, odiaba a Rubí, me odiaba a mí misma por ser tan estúpida e ingenua. Por ser yo.

-______, ¿Qué pasó? –preguntó Willy-

-Sólo quiero volver a casa –sollocé con el alma destrozada-

-Sí, ya mismo traigo el auto y...

-A Madrid –dije- No vuelvo nunca más

-¿Pero qué ocurrió? –Cheeto-

-Rubén se besaba con Rubí, eso pasó

-_______, tal vez...

-No Mangel, llévame a casa... Por favor

-¿Te irás sin avisarle?

-No merece una explicación... ¿Vas a ayudarme o no?

-Sí, vamos –dijo preocupado-

-________... –me detuvo Vegetta-

-Mande –volteé a verlo-

-Lamento mucho lo de Rubén, prometo estar en contacto contigo

-Y yo –se unió Willy-

-Cuenta conmigo también –dijo Cheeto-

-Yo también, chaparra –Mangel me abrazó y subimos al auto para por fin irnos de ahí-



Lo sé todo |Rubius y Tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora