Rubén había ido con Daniel a arreglar unos asuntos de trabajo, o al menos eso había escuchado. El problema era que ya llevaban casi 40 minutos desaparecidos y yo comenzaba a preocuparme. Prometió que no tardaría y me dejó bajo cargo de Mangel y los chicos.
-Mangel –llamé su atención-
-¿Qué pasa _____?
-¿No has visto a Rubén?
-No, ¿Aún no vuelve de con Daniel?
-No –me angustié más- Mejor voy a buscarlo
-Te acompaño –asentí-
Comenzamos a recorrer el lugar y nada, no lo encontrábamos. Preguntamos a algunas personas –ya que no todos hablaban español- y tampoco sabían. Si ya moría de angustia justo ahora agonizaba oficialmente. Vi a lo lejos al chico que alguna vez me ofreció un cigarrillo en la empresa de Rubén, no dudé un segundo y fuimos hacia él.
-Hola –llamé su atención- Oye... ¿has visto a Rubén por alguna parte?
-Sí, subió al segundo piso con Rubí y Daniel
-Gracias
Estaba enojada. No. Estaba furiosa pero más que eso, preocupada. Subí a lado de Mangel rogando por que todo estuviese en orden, pude ver a Daniel hablando con otros hombres pero con ellos no estaban Rubén y Rubí. Molesta fui hasta donde él.
-¿Dónde está Rubén?
-En la habitación número 5, se encerró hace rato con Rubí
La sangre me hervía. Corrí hacia allá lo más rápido que pude sin importarme los comentarios machistas de Daniel y sus secuaces. Abrí la puerta para adentrarme junto con Mangel y la escena no fue mejor.
Sentí mi mundo derrumbarse poco a poco y lentamente. Esto no podía estar pasando. Mi corazón estaba hecho añicos, hecho polvo y hecho nada.
Rubén estaba sin camisa besándose con Rubí que estaba en ropa interior sin descaro alguno. A él no pude verle el rostro ya que estaba de espaldas a mí pero ella... Se veía que enserio lo disfrutaba.
-¡Rubén! –dije una vez que pude recuperar la voz del estado de shock-
Volteó al instante. Se veía ebrio, vino hasta mí e intentó abrazarme pero con total brusquedad lo empujé alejándolo de mí. Rubí reía y gozaba de aquella escena mientras yo me sentía a morir.
-¡Tú! Eres una zorra cualquiera –le grité furiosa y entre llanto-
-Gracias, me lo han dicho ya –rio descaradamente-
-_______, puedo explicarlo –Rubén dijo preocupado pero se notaba a kilómetros que tenía algo-
-No quiero tus estúpidas explicaciones, no vuelvas a buscarme nunca más
-_______, es que ella y Daniel...
-Ellos nada –sollocé- Eres un estúpido, te odio
-_______, sabes que a la que amo es a ti
-Deja de mentir por favor
-Mangel, tú sabes que...
-Ya lo hemos visto todo –dijo él igualmente decepcionado- Mejor cállate
Salí de ahí lo más rápido que pude, salí directamente de la casa aguantándome todas las críticas y comentarios absurdos de la gente. Los chicos venían tras de mí pero yo sólo deseaba irme ya.
Odiaba todo justo ahora, odiaba a Rubén, odiaba a Rubí, me odiaba a mí misma por ser tan estúpida e ingenua. Por ser yo.
-______, ¿Qué pasó? –preguntó Willy-
-Sólo quiero volver a casa –sollocé con el alma destrozada-
-Sí, ya mismo traigo el auto y...
-A Madrid –dije- No vuelvo nunca más
-¿Pero qué ocurrió? –Cheeto-
-Rubén se besaba con Rubí, eso pasó
-_______, tal vez...
-No Mangel, llévame a casa... Por favor
-¿Te irás sin avisarle?
-No merece una explicación... ¿Vas a ayudarme o no?
-Sí, vamos –dijo preocupado-
-________... –me detuvo Vegetta-
-Mande –volteé a verlo-
-Lamento mucho lo de Rubén, prometo estar en contacto contigo
-Y yo –se unió Willy-
-Cuenta conmigo también –dijo Cheeto-
-Yo también, chaparra –Mangel me abrazó y subimos al auto para por fin irnos de ahí-