Capítulo 50

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Pasamos en Ámsterdam un par de días haciendo varias cosas distintas, la habíamos pasado muy bien pero era hora de regresar. Habíamos tomado ya nuestro vuelo de vuelta a Noruega y los chicos nos esperaban.

-¿Te has divertido?

-Sí, mucho –sonreí-

-¿Te gustó aquel museo? –preguntó con picardía-

-Me gustaste mucho más tú –sonreímos levemente-

-¿Sabes que los chicos te quieren mucho?

-Lo sé y yo a ellos

-Casi tanto como yo –reímos levemente-

-Ellos son como mi familia, tú eres mi esposo, mejor amigo y compañero de vida

-Por el resto de nuestra vida –sonreímos y me besó ligeramente- Para siempre

(···)

Llegamos al aeropuerto de Noruega y los chicos ya nos esperaban. Al vernos vinieron directamente hacia nosotros y nos recibieron con muchos abrazos y preguntas. Muchas preguntas.

-¿Cómo les fue? –preguntó Mangel-

-Bien –sonreí-

-Me alegra, seguramente ahora necesitan un descanso –aseguró Vegetta-

-Te aseguro que sí –dijo Rubén riendo-

Al llegar a casa ellos nos ayudaron con nuestro equipaje pero aún no nos dejaban entrar a casa.

-¿Qué ocurre chicos?

-Os tenemos una sorpresa pero... -pausó Willy- Hay cambios –aseguró-

-¿Cambios?

-Sí, ya saben... Por si algo pasa

No entendía el porqué de su inquietud, la verdad. Nos dejaron pasar y fuimos a la que es la habitación de Rubén que quedaba a lado de la mía, seguimos a los Wigetta pero al abrir la puerta supe que mi habitación ya no estaría más.

Habían tirado la pared y las habían unido, ahora era una habitación muy grande y espaciosa en tonos blanco y marrón. Me gusta.

-Es muy linda –sonreí-

-No es todo –intervino Cheeto- Síganme

Esta vez nos llevó al final del corredor de lado derecho y había una puerta color marrón igualmente.

-Esta será sorpresa, no van a usarla hasta que algo se presente

-¿Algo? –pregunté confundida-

-O alguien –dijo Mangel-

-No entiendo –miré a Rubén-

-No te preocupes por eso, el tiempo ya lo decidirá –me abrazó y besó rápidamente mis labios-

-Confuso –inquirí yo- Están muy raros

-Sólo prevenimos

-Sólo consiguen confundirme más

-Mejor vamos a dormir un rato –rio Rubén-

Por favor –reí yo-

>>>> Un mes después

Estaba con Cheeto y con Mangel preparando nuestro desayuno, Rubén había tenido que ir a una junta de trabajo a pesar de ser sábado, era muy urgente ya que su compañía planeaba expandirse a otros países.

Los chicos eran como mis hermanos mayores, eran muy divertidos y protectores y por eso los quería tanto.

-¿No ha pasado nada sospechoso en tu vida? –me preguntó Mangel-

-¿Cómo que sospechoso? –pregunté curiosa-

-Sí, algo fuera de lo común

-Bueno, ahora que lo mencionas... -recordé- Tengo algunas náuseas, mareos y... -me daba vergüenza decirlo-

-¿Y qué? –preguntó Cheeto-

-Un... Un... Ya saben

-Ya dinos –dijo Mangel desesperado por mi respuesta-

-Un retraso –dije apenada- 

Lo sé todo |Rubius y Tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora