Capítulo Dos. A puertas cerradas

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Yo de nuevo!

Les dejo a Ashley (Rosie Huntington-Whiteley) en la imagen. 

Ojalá les guste, nos leeremos cada domingo por aquí ;)

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Ella gritó en el cubículo del baño. Todo lo que quiso nunca lo tuvo, todo simplemente se negaba a ir como quería y ella ya había empezado a creer que las cosas nunca estarían bien, había leído el artículo en el periódico. Encontraron a otra mujer brutalmente asesinada, a ella no le gustaba leer ese tipo de cosas, pero era lo único que podía hacer mientras esperaba a que fuera más tarde, ella no quería tener el incómodo viaje en ascensor con su vecino el policía.

Un grito suave, ya debería haber tenido el valor de hablar.

Ella le había dicho que su nombre era Ashley, pero por supuesto, no lo era. Tan solo tenía miedo de que la descubrieran. Todo lo que tenía era a Mark. Él podría ser un poco agresivo a veces, pero la había sacado de la casa donde la habían lastimado tanto durante los últimos siete años.

Sollozó en voz alta; y un escalofrío le recorrió la columna vertebral al recordar. Como odiaba esperar que se abriera la puerta de su habitación color rosa y tener que lidiar con las consecuencias luego de que se cerrara.

Su nombre podría no ser Ashley, pero a ella le gustaría que así fuera. Sentía que como una chica distinta, tal vez tendría alguna oportunidad de hacer algo con su vida. Una probabilidad de un nuevo comienzo.
Todo lo que quería era una oportunidad para olvidarse de todo y seguir adelante, pero ¿cómo iba a hacerlo cuando todos los días había algo que quería olvidar?

Lloró sobre sobre las palmas de sus manos aquel dolor, pero no era un dolor físico; no estaba llorando por todas las cosas que le habían hecho, pero sí por las cosas que le gustaría hacerse a sí misma. En silencio intentaba convencerse de ignorar los pensamientos más oscuros, después de todo sabía que cada día más ya era una batalla ganada. Aunque muy en su interior, sabía que no iba a ganar esa guerra.

El uniforme era horrible, no le gustaba ni un poco, la falda era demasiado corta, pero Mark la había convencido de que sí no iba a la escuela pública, no iría a ninguna otra. Incluso en el tiempo en que odiaba su vida, quería terminar la escuela secundaria. A veces pensaba en su padre, en lo solo que estaba luego de que su madre murió, pero quizás él era feliz sin ella, no había buscado demasiado. A veces pensaba en la carta que le dejó la noche en que se fue con Mark. En ella le había pedido a su padre que no la buscara, prometió que volvería a casa algún día, cuando ella pudiera hacerle frente a las cosas.

En ese momento la joven se arrepintió de cada palabra que había escrito. Ella quería estar en casa con su padre, pero sabía que el precio que pagaba por las noches cuando estaba todo en silencio sería demasiado alto y no podía arriesgarse.

Así, Ashley apareció de nuevo y ella se recompuso lo suficiente para limpiar su nariz y las lágrimas de sus mejillas, respiró profundamente a través de sus labios carnosos y se paró para volver a clases.

***

Cuando Bill entró a la habitación, aquel ex policía y su esposa estaban sentados en el sofá de su propia sala de estar, su hija le había dejado pasar y él le sonrió brevemente antes de caminar junto a ella y sentarse sin quitarse el abrigo.

-¿Usted sabe lo que está pasando? – Preguntó la mujer cuando su hija se sentó en el pequeño sofá junto a ella.

-No, no lo sabemos. Tengo que hacerle unas cuantas preguntas, dos de sus amigas han sido asesinadas en los últimos tres días... ¿sabe si tenían algún problema con alguien?

Síndrome de Estocolmo (Bill Kaulitz FF)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora