Capítulo Seis. Muy despierto

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Bill salió del ascensor, jugaba con sus llaves un segundo antes de que se volviera a mirar a la chica que golpeaba la puerta de su apartamento.

-¡Venga! ¡Por favor! – Gritaba con desesperación - ¡Por favor!

-¿Hay algún problema? – Bill se apoyó en su propia puerta y observó la seriedad de la chica mientras hablaba.

-Creo que salió de viaje de negocios, no tengo las llaves – Explicó.

-¿En serio? –Bill no le creyó, ella asintió con la cabeza y pateo la puerta una vez más antes de volverse hacia el otro lado, no tenía idea de que es lo que haría.

-Es mi día de suerte. – Ella dijo.

-Vamos, puedes utilizar el sofá, aunque tienes que salir temprano,– Bill abrió la puerta y se volvió antes de entrar - ¡Vamos!

-Está bien, no tienes que hacerlo – Miró a su alrededor.

-No, no está bien, adelante – La chica se mordió el labio y entró al apartamento del hombre. Ella lo miró antes de cruzar la puerta de entrada – Adelante, no muerdo. – Bill se rió.

Ella dejó caer su mochila en el suelo junto al sofá y miró a su alrededor con los brazos sobre su cintura. No dejaba de morderse el labio inferior, se sentía incómoda en aquel lugar desconocido, tenía problemas para confiar en cualquier cosa y cualquier persona, en esos momentos hubiese querido tener las pastillas para dormir todo el día; por desgracia para ella, Mark estaba enfadado con ella, demasiado loco para incluso golpearla, la había dejado afuera del departamento.

-¿Quieres un poco de té? – Bill ofreció y ella asintió – Tengo té verde, de manzana...

-De manzana estaría bien – Ella soltó en voz baja.

Lo siguió a la pequeña cocina.

-¿Vives aquí solo?

-Sí, ¿tan obvio es? – Bill se volvió a mirarla antes de verter el agua en la tetera.

-No, yo sólo lo imaginé – Dijo. Bill se sentía extraño ante la situación, sin embargo, trató de actuar con normalidad – Hoy es mi cumpleaños – Ella dejó escapar.

-Bueno, feliz cumpleaños Ashley – Bill ni siquiera intentó abrazarla, por lo que ella acabada de decir. Ella asintió con la cabeza y se miró las manos mientras jugaba con sus dedos entrelazados.

-Sí, feliz cumpleaños Ashley... - repitió – De todos modos, yo... simplemente debería dejar...

-No, no, está bien, debo tener algunas sábanas limpias o algo que se puede utilizar – Dijo Bill mientras se dirigía a su habitación – Mi hermano siempre utiliza el sofá cada vez que está demasiado ebrio para manejar.

-¿Tienes un hermano? - Preguntó.

-Sí – Buscó mantas en el armario – Es un dolor en el culo algunas veces.

Ashley torpemente quedó fuera de la habitación de Bill y lo siguió cuando salió con un par de mantas en las manos. Se volvió hacia ella y se dio cuenta que era bastante alta, de hecho, era tan sólo un poco más baja que su hermano y él.

-Eres muy amable, pero... - Ella comenzó a sacudir la cabeza con una sonrisa sin sentido en su rostro.

-¿Pero? – Bill estaba colocando las mantas sobre el sofá, pensó que sería un poco descortés de su parte hacer dormir a una niña en su sillón cuando él dormía cómodamente en una cama, quizás debería ofrecérsela, pero sería algo inapropiado.

Síndrome de Estocolmo (Bill Kaulitz FF)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora