"Dicen que el tiempo cura las heridas. No estoy de acuerdo. Las heridas perduran. Con el tiempo, la mente, para proteger su cordura, las cubre de cicatrices y el dolor se atenúa, pero nunca desaparece." Rose Kennedy
Capítulo Uno. El inicio
Bill se dirigía a su trabajo después de una larga mañana. Su cabello rubio oscuro estaba peinado de forma descuidada hacia atrás, sus ojos derrochaban cansancio, pues a sus 25 años ya era detective. Bill era bueno en su trabajo y se sentía orgulloso de ello a pesar de trabajar en la estación más despreciada de toda Inglaterra.
Bill y su hermano Tom trabajaban en el mismo lugar, aunque nunca trabajaron juntos en un caso; ellos eran hermanos gemelos y siempre compartían cosas especiales, como el hecho de que la gente del rededor de la ciudad sabía sobre su método de actuar, primero los golpes y luego las preguntas. Él era conocido por ser un tipo duro; la mayor parte de Londres le temía a él y a su hermano.
Después de salir del coche entró a la estación y caminó hasta la sala de reuniones – tarde –. El supervisor y el capitán le dirigieron una mirada asesina; su supervisor, el nuevo, y el motivo de la reunión extraordinaria. Su nombre era Georg Listing, el motivo de su traslado fue para ayudar con respecto a los rumores de violencia, algo que tenía a Bill sin cuidado, él lanzaba un puñetazo y resolvía el caso: tan sólo era la forma de los Kaulitz. Tom se volvió hacia su hermano por un breve momento con una sonrisa en su rostro.
-Siempre a tiempo. – El capitán estaba hablando, pero Tom, su gemelo idéntico, no pudo evitar comentar acerca de la puntualidad de Bill.
Entre algunas cosas que los hacía tan diferentes estaba el hecho de que Bill nunca llegaba a ningún lugar a tiempo, siempre era demasiado temprano o demasiado tarde, pero nunca el momento justo.
-Vete a la mierda. – Respondió a su hermano, con una sonrisa en el rostro.
-Georg Listing, así que le llegó otro galés al departamento.
-Pero si es marica – Alguien gritó desde atrás.
Tom y Bill se miraron aburridos, no era divertido, lo que fuera que hiciera o dejara de hacer el nuevo, no era asunto suyo mientras no los involucrara directamente.
-Él es su superior ahora, ¡quiero que lo entiendan! – El capitán Schäfer dijo al hombre que se quejaba.
Todos se levantaron y salieron de la sala de reuniones para volver a sus trabajos. Bill y Tom compartieron una mirada lastimosa al ver la frustración de Georg.
-Nunca he oído algo bueno acerca de él – Tom le dijo a su hermano y se sentó frente a su escritorio ubicado a sólo algunos pies de distancia del de él.
Bill –rara vez Billy y nunca "amigo" – tomó asiento también y empezó a leer un informe que había sobre su escritorio que no había terminado de revisar antes. No le gustaba el papeleo, sin embargo debía hacerlo.
Después de terminar su turno, Bill se fue a casa. Vivía en un gran edificio de apartamentos. Cuando llegó y entró al ascensor, una chica – que no aparentaba tener más de diecisiete años – corrió hacia el edificio e ingresó corriendo hasta el ascensor antes de que sus puertas se cerraran.
-Gracias – dijo y lo miró.
Esperaron en silencio, la chica no había presionado ningún botón del panel y él se dio cuenta.
-Entonces... ¿a qué piso? – Se acercó hacia el panel y ella tiró de su cabello castaño oscuro recogido en una coleta.
-Al mismo que tú, al parecer – Bill frunció el ceño.
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Síndrome de Estocolmo (Bill Kaulitz FF)
FanficEl Detective Bill Kaulitz trabaja para el departamento de policía de Londres, la estación es conocida por los métodos violentos de los policías y ahora tiene a un nuevo supervisor ayudandole con un difícil caso de asesinato; en el camino conocerá a...