Capítulo 4

362 21 4
                                    


—Ahí voy yo.

—¡Qué no! —replica la otra voz desconocida—. Por favor, déjame al lado de la ventana.

—No.

—Eres un pelma.

—Gracias, Jack —contesta la otra voz con una risilla—. Yo también te quiero.

No podía ver sus caras, sólo oírlos. Estaban haciendo tanto ruido que se oían en el pasillo.

Cuando los dos individuos que discutían se adentraron en este, la bilis me subió hasta la garganta.

—¡Jack's! —grita Matt emocionado.

Tiró su maleta y en unos segundos ya se estaba abrazando a ellos. Eran tan diferentes: uno rubio de piel blanca con ojos azules, y el otro más alto y moreno. Los dos eran lindos.

Cuando fijaron la vista en mí me sonrojé.

—Ven —me dice Matt con una sonrisa.

Corro a su lado y miro a los dos chicos que sonreían emocionados.

—Summer, él es Jack Johnson —me dice señalando al chico rubio—. Y este es es Jack Gilinsky.

Sonreí abiertamente y le di la mano a cada uno de ellos.

—Encantada —dije.

Cuando mi voz flaqueó me sonrojé al momento, otra vez.

—Igualmente —responde el rubio.

Después de eso los tres se ponen a hablar como locos y yo desconecto, entrando en mi propio mundo.

Cojo mi maleta y sigo a Matt a la cual iba a ser nuestra habitación.

—Tres camas —susurro nada más entrar.

Matt deja su maleta en la cama del medio y yo a su derecha, junto a la ventana.

—¿Quién más va a dormir aquí? —pregunto curiosa mientras me dejo caer en esta.

—No lo sé —me contesta—. Creo que Carter.

Fruncí los labios y asentí. Esto sí que iba a ser incómodo.

Este ve mi expresión de desconcierto y se levanta, acercándose a mí y levantándome.

—Estás muy guapa hoy —susurra en mi oreja—. Se me olvidó comentártelo.

—Siempre me dices lo mismo —vacilo con una sonrisita.

—Es inevitable decírtelo.

Río nerviosa, me pongo de puntillas y entrelazo mis manos en su nuca.

—Ven aquí —susurro para después pegar nuestros labios.

Era un beso dulce hasta que fue interrumpido.

—Matt —lo llaman entrando por la puerta—. Oh, lo siento... Yo...

—No te preocupes —ríe Matt.

Yo me separo de él y me aliso la blusa mientras miro al chico de ojos oscuros.

—Era por si os veníais a comer algo... Los demás no llegan hasta la noche —dice avergonzado.

Había cortado un momento muy bonito, pero su expresión me hacía gracia.

—¿Sólo estamos nosotros cuatro?

—Eso parece —me contesta Jack J. entrando por la puerta de la habitación—. Por cierto, deberías cerrar la puerta.

Asentí y tomé nota mental de eso: cerrar la puerta en momentos de besuqueo.

Mi chico de Virginia.© #ECDV2 |Pausada| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora