Capítulo 8

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Llegué al pasillo donde estaba la habitación de nuestro hotel y, como el día no podía ser más estupendo, las llaves de la habitación las tenía Matt.

Aporreé la puerta de los Jack's y Shawn, estos no tardaron en abrirme.

  —Hey, S —saluda Jack G.—. ¿Todo bien?

Mordí mi labio inferior y asentí. Entrecierra sus ojos y me mira fijamente, lentamente giré mi cabeza para otro lado.

  —¿Y Matthew? —vuelve a preguntar.

  —Por ahí —digo, quebrándoseme la voz.

  —Vamos, entra.

Posa su brazo por mis hombros y me adentra en la habitación. Allí estaba Jack J. viendo la televisión y Shawn a su lado, con la guitarra.

  —¿Pasó algo? —pregunta Shawn al ver nuestras caras.

Los tres posan sus ojos sobre mí, mientras yo miro el suelo confusa.

  —Estábamos en el parque y de repente, una chica, Helen o algo así, vino, saludó a Matt y los dos se fueron —digo seria—. Ni siquiera me preguntaron si quería ir. Ni siquiera me acompañó aquí... Siento molestar pero él tenía las llaves.

  Jack J. viene a abrazarme, ninguno dice nada.

  —¿Quién es Helen? —pregunto cuando Jack J. se aparta.

Ninguno de los tres habla, pero si se miran entre sí.

—¿Quién es Helen? —pregunto más alterada.

Los tres seguían callados, con miedo de meter la pata si abrían la boca.

—¿Quién es? —grito, exigiéndoles respuestas.

—Summer... Helen es el primer amor de Matt —habla Shawn esta vez—. Pero creo que no tienes de que preocuparte.

Torpemente intenté sentarme en el borde de la cama, mi mirada estaba fija en el suelo y un pitido desagradable atacaba mis oídos.

Me había dejado por su primer amor... Literalmente, me había dejado.

—No, no llores, S —dice rápidamente Jack G. agachándose junto a mí.

Posa una mano en mi mejilla y me limpia una lágrima. Yo cierro los ojos fuertemente y giro la cabeza, esperando que esto sea un mal sueño o una pesadilla.

—Matthew te quiere —añade Shawn—. Puedes estar tranquila...

De repente, el pitido de mis oídos cesa y dejo escapar un suspiro.

Jack J. aún me miraba intrigado, con el ceño fruncido y sin decir una palabra. Me encuentro con sus ojos y este sonríe apenado.

—No merece la pena llorar —me dice.

Cojo una gran bocanada de aire y la dejo escapar lentamente. Limpio mis lágrimas con las mangas de la sudadera y asiento.

Shawn me jala hacia él y envuelve sus brazos a mi alrededor para consolarme. ¿Por qué estos chicos eran tan geniales?

—Hagamos algo —digo rápido mientras me levanto—. No voy a llorar mil mares mientras él se divierte con una amiga.

Recalqué la palabra amiga para auto convencerme a mi misma de que solamente era una amiga.

—¡Así se habla! —exclama el rubio—. Ahora veamos una peli.

Los tres se pusieron en movimiento. Uno cogía el portátil, él otro salía de la habitación a por chuches y, el otro, colocaba la habitación.

—¿Cuál te apetece? —me pregunta.

—¿Hay alguna de guerra? —pregunto yo—. Ahora mismo no podría aguantarme una película pastelosa de amor.

Este echa una carcajada y después niega.

—¿Sabes qué, Shawn? La primera peli que vi con él era de guerra —añadí sonriendo.

Este sonríe y busca en el ordenador. Después de poner una peli vieja sobre la segunda guerra Mundial, nos acomodamos en las camas.

Juntamos las tres camas y nos pusimos todos juntos comiendo palomitas. De vez en cuando nos poníamos en tensión, o alguno suspiraba, incluso Jack J. gritó al ver la muerte de un par de personas.

Pero en esas dos horas que estuvimos viendo la peli mi menté se olvidó de Matt y pude estar tranquila.

 

Mi chico de Virginia.© #ECDV2 |Pausada| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora