Mi chico de Virginia.© #ECDV2 |Pausada|

Capítulo 9

Nos pasamos la tarde viendo pelis. Ahora estábamos viendo una de miedo, era la tercera de la tarde.

Los cuatro estábamos pegados, tapados con manta. Realmente estábamos muertos de miedo.

Un ruido al otro lado de la puerta hizo apartar nuestra atención de la película. Fue un ruido seco y fuerte. Agarré la mano de Shawn tan fuerte que él dejó escapar un suspiro de dolor. Jack J. se había metido dentro de las sábanas y Jack G. había agarrado una zapatilla.

–Vale genio —le digo—. ¿Qué le piensas hacer con eso? ¿Azotarlos?

La risa del rubio se oye por debajo, pero rapidamente fue tapada por otro golpe, esta vez en la puerta.

—¿Tienes tú una idea mejor? —me dice.

Yo bufé y me recoloqué en la cama.

—¿Quién eres? —grité.

—Creo que la idea de Gilinsky era mucho mejor —opina Shawn—. ¿Esperas qué te conteste qué es un asesino?

–¿¡Asesino!? —grita Jack J. desde abajo.

—Abridme pedazo de idiotas —gritan.

No creo que un asesino tuviera esa voz de niño. Los tres chicos se miraron, se topan un par de segundos para reaccionar y andar hacia la puerta.

—¡Aaron!

Empiezan a abrazarse y vacilar entre ellos. ¿Así que este era Aaron Carpenter, eh?

—¿Qué es eso de qué Matt está con Helen? —pregunta él.

Jack G. le hace gestos para que se calle, pero ya era tarde. Yo me removí en la cama, haciendo que los cuatro me mirasen.

—¿Cómo sabes tú eso? —pregunté.

—Twitter está algo alterado —dice arrepentido.

Cogí aire tranquila e intenté sonreír y persuadir las ideas de Helen y Matt juntos.

—Soy Summer —digo tendiéndole una mano.

—Aaron Carpenter —sonríe.

Entonces un grito aguda se escucha de la televisión y todos gritamos asustados. Jack J. se había tirado encima de Jack G.

—Con que pelis de miedo, eh? —bromea Aaron.

Los cuatro nos miramos riendo. No teníamos mucho que hacer. Mañana sería un día largo.

Cogí mi móvil y entré en twitter. Las lágrimas empezaban a caer, estaba mirando unas fotos que una chica había colgado.

—¿Para eso vine? —pregunté.

Estaba rota, muy muy rota. No podía seguir aquí. Era fácil, o me quedaba o me iba, Matt ya había mostrado su opinión.

Mañana me iría.

—Todo se arreglará —me dice Jack G. intentando consolarme.

Lo miré con una sonrisa apagada y asentí debilmente. No quería preocupar a los chicos. Ellos no se merecían esto.