Capítulo 3

392 25 2
                                    


—Llegamos —dice una vez salimos del avión.

Suspiré. Iba a morirme de nervios.

Subí la cremallera de mi chaqueta y entrelacé nuestras manos. Un hombre de negro, al cual Matt saludó con un abrazo, cogió nuestras maletas.

—¡Matt! ¡Matthew! —oí.

Oía gritos, llantos y las pisadas de personas. Una multitud de chicos y chicas corrían hacia nosotros.

Solté su mano inconscientemente y me aparté de él... Tanta gente, tanto ruido. No tardaron en rodearlo y pedirle fotos.

Le sonreí de lado y me fui a sentar a unos bancos que se situaban al fondo. Me dejé caer allí para descansar un poco, pero Matt aún no venía y estaba empezando a aburrirme. Cogí mi móvil y me puse a jugar a estúpidos juegos.

—Monada —me llaman.

Noto su figura dejarse caer junto a mí y lo miro de reojo sin parar de jugar. Había tardado como 15 minutos en venir.

—¿Estás bien? —susurra apenado colocando su mano en mi muslo.

¿Estaba enfadada? Sí. Pero no sabía muy bien porqué. No me molestó en absoluto que sus fans vinieran a pedirle fotos y quisieran conocerlo... Me molestó que a él no le importara que me fuera, ni que tampoco viniera a buscarme; es demasiado egoísta por mi parte pensar eso, pero es como me siento.

—Sí —digo.

—Bien —contesta en el mismo tono que yo—. ¿Nos vamos?

Bloqueé el móvil y lo miré directamente a los ojos. Sin hablar, me levanté del asiento y empecé a caminar.

—Summer espera —me para él con un suspiro—. Sé que es complicado...

—¿Ah sí? —contesto dándome la vuelta—. Y si tanto lo sabes, ¿por qué me dejaste sola?

Baja la mirada, arrepentido, y hace que mi corazón de un vuelco y cambié mi expresión.

—Yo... Yo no estoy acostumbrada a esto —sigo hablando—. Y no quiero acostumbrarme sola.

—Lo sé —contesta seguro—. Lo siento.

Dejé mi orgullo aparcada y corrí a envolverme en sus brazos. Este besa mi cabeza haciendo que yo sonría como una idiota.

Los dos juntos nos fuimos afuera y subimos al coche que conducía el hombre de negro.

Mis manos sudaban y tenía los nervios a flor de piel. Estábamos en New York y en nada iba a conocer a sus amigos.

—¿Avisaste a Peter? —pregunta él rompiendo el silencio.

Negué. Con tanto alboroto se me había olvidado avisarle. Cogí mi móvil y le mandé un par de mensajes diciéndole que ya habíamos llegado y que hablaríamos pronto.

—¿Qué te apetece desayunar? —me pregunta Matt burlón.

—A ti.

Este se acerca más a mi, colocando su brazo por encima de mis hombros, y pega su nariz a la mía.

—Eso podemos arreglarlo —susurra y yo río nerviosa.

—No aquí —susurro poniendo distancias mientras miro al señor que conduce el coche—. Eso para más tarde.

Este vuelve a sonreír y me asiente. Tenía ganas de besarlo, pero no era ni el momento ni el lugar.

Sé que a él le molesta, aún que me regala una de sus mejores sonrisas. Le doy un corto beso en los labios y apoyo mi cabeza en su hombro.

Mi chico de Virginia.© #ECDV2 |Pausada| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora