Capítulo 1

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―Julián, Julián cariño abre los ojos, respira... lentamente vuelve por favor, nada malo pasará, vamos pon de tu parte, yo no te dejaré solo... jamás te dejaré.

La aglomeración de personas en plena vía pública intentando ayudar al chico impedía el acercamiento de policías y paramédicos, a lo lejos, las sirenas y luces de las ambulancias deambulaban por el inconsciente de Julián intentando volver, pero nada funcionaba.

Julián Díaz de 28 años preparador físico, joven, atractivo, encantador, un poco altanero quizás, pero un buen tipo, dueño de todo un mundo por delante yacía inerte en el suelo.La sangre que cubría su rostro y su cuerpo, no dejaba más que pensar lo peor. Viajaba en su moto Susuky GSX 1300R negra, su único y verdadero amor,decía él.Había trabajado duro durante mucho tiempo para adquirirla, hasta que lo consiguió, en ella se lucía como nadie, su cuerpo de anatomía envidiable con la moto se volvían uno, amaba la sensación de libertad y poder que le otorgaba aquel vehículo. Lo cual a su Padre lo hacía comerse las uñas de preocupación, era a lo que más le temía, precisamente a lo que había ocurrido, Julián era un tipo que no le temía a nada, mucho menos a la velocidad.

Luz Serrano, 25 años Profesora de Yoga, hermosa, delicada, simpática, amable, humana... a 15 metros de distancia del accidente su cuerpo sin vida esperaba por ser levantado del aquel suelo de hielo, de aquel suelo que se llevó su hermosa sonrisa, su bella vida, su último aliento...convirtiéndola ahora en un maravilloso ángel... así le llamaba Julián... "Angelito", sin quererlo ese apelativo ahorasería literal.

La tragedia a la cualdebía enfrentar Julián una vez despertara ni siquiera la imaginaba, Luz no era una simple conquista, era algo más, ambos estaban contentos y la relación comenzaba a avanzar, se conocieron cuando Julián llegó sin querer a las sesiones de Yoga que, Luz, daba en la playa cada sábado a primera hora, enseñaba a meditar, a respirar, a querer la vida, la tierra. Ella era genuina, especial... ante los ojos de quien la viera, Luz, era una persona maravillosa, lo proyectaba y sin conocerla verdaderamente daban ganas de abrazarla, irradiaba amor.

Era la menor de tres hermanos aunque la mayoría de las veces terminaba cumpliendo el rol de madre. Pero aquella noche, un conductor imprudente truncó su futuro, y sin querer también el de Julián, quién llegando al departamento tenía preparada una cena sorpresa para pedirle a Luz que fuera su novia.

Aquella tarde, Luz, le había pedido a Julián que la llevará a la costa, debía entregar en la corporación del deporte la agenda para las clases del mes entrante, así también aprovechaban de pasear un ratito, pasaron un día increíble, donde almorzaron a la orilla del mar, mientras por la tarde Luz se reunía con sus superiores, Julián aprovechaba de leer un buen libro en la tibia arena y pedirle a Rodrigo, su amigo, que le ayudara con la cena de la noche.

― !No me lo puedo creer, Julián Díaz, el terror de las alumnas, pedirá Noviazgo!

―No estoy para que cuestiones mis decisiones Rodrigo, mi psicoanalista no eres, ¿me ayudarás o no?

―Obvio que te ayudo hombre, relájate... obvio que te dirá que sí, aunque cinco meses me parece algo precipitado.

―¡No te metas! Ya te lo dije, además no le voy a pedir la mano, solo quiero que esta relación tenga solidez.

―Ok, para mi es lo mismo, pero bueno, aparte del Champagne y la variedad de sushis, ¿qué más necesitas?

―Agua, solo agua sin gas, Luz no bebe alcohol, solo será para brindar.

―Como mande el señor...

―Roro... Gracias amigo, no hubiese confiado en nadie más para esto.

Corazón, Ven a MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora