Capítulo 19

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*En el capítulo anterior*

Mensaje:
De: Mamá
Hijo, quiero preguntarte algo, ¿podemos hablar? Llámame cuando puedas.

Pensé un poco en si llamarla o no, al final terminé llamándola.

Llamada:

- ¿Daniel?

- Sí, soy  Yo- Dije un poco seco- ¿Qué necesitas?-

- ¿Podrías volver a la casa? Verás, Matthew te extraña y...- No la dejé terminar ya que sabía que no era eso-

- Mamá- Dije serio- Sé que no es eso, dime la verdadera razón de por qué debería volver-

- Pues... -

*En este capítulo*

- Mamá, dime ya- Dije muy serio-

- Daniel, la razón por la que quiero que vuelvas es por esa chica-

- ¿Quién? ¿Paulina? Pero, si es una buena chica-

- Ella no me da buena espina Daniel, te vienes a casa sí o sí- En el momento en que dijo eso me molesté un poco-

- A ver, en primer lugar fuiste tú la que me sacó básicamente a patadas de la casa ¿y ahora quieres que vuelva? Lo siento, pero no sucederá-

- Sabes muy bien la razón por la que te eché y ahora sabes la razón por la que vas a volver Daniel Deakin- Me dijo molesta-

- No, no volveré, es mi última palabra. Adiós Emma - Dije y cerré super molesto-

*Fin de llamada telefónica*

Tiro el teléfono a la cama y decido ir con Pau para un momento de paz, ya que con ella me siento bien y en paz. Llego a su puerta y la toco, entro cuando escucho "pasa".

- Hola- Dije con un suspiro-

- Hola, ¿por qué los gritos?-

- ¿Qué? ¿He gritado?-

- Sí, estabas gritando no voy a volver y esas cosas, ¿estabas molesto?-

- Estoy molesto, acabo de discutir con mi madre fuertemente-

- Ouh, no te voy a preguntar porque seguro no quieres hablar de esto, ¿qué tal si nos relajamos y hablamos de cualquier cosa o, escuchamos música si?-

- Sí, de hecho quiero hablar contigo de muchas cosas- En ese momento puso cara de confusión- Digo, cualquier cosa-

- Pues está bien, vayamos a la sala y hablemos-

*En la sala*

Veo de nuevo la sala de Pau, de verdad que me encanta su estilo.

- Pau, en serio, me encanta tu casa- Digo sentandome en el sofá-

- Je, pues gracias- Dice sentándose a mi lado-

- Tengo curiosidad sobre ti-

Narra Paulina:

- Tengo curiosidad sobre ti- Mierda-

- ¿De qué?- Dije tratando de no sonar nerviosa, no sé que clase de cosas pueda preguntar-

- Pues de muchas cosas- Sonríe-

- Pues pregunta-

- ¿Eres de aquí? O sea, de Hollywood-

- No, soy de Miami-

- Cool, me dijeron que allá hay muchos de los sitios de juegos como al que fuimos, pero más grandes-

- Algo así, no recuerdo muy bien, fui a uno cuando tenía unos 6 o 7 años, quedaba a unas cuantas cuadras de mi casa-

- Tengo hambre- Dice, a lo que yo suelto una risita, pues prácticamente habíamos comido ahora-

- ¿Pizza?- Pregunto, a lo que él asiente-

Pido la pizza y me siento de nuevo con Daniel para seguir hablando.

- ¿A ti que te gusta hacer normalmente?-

- Pues leer, escuchar música, conocer gente nueva y escribir- Me dice- ¿Y a ti?-

- Pues lo mismo a excepción de conocer gente nueva-

- ¿Por qué?- Pregunta con cara de confusión-

- Pues verás, por alguna razón las personas se apartan de mi y me hacen mucho daño- Se me humedecieron los ojos-

- Pues verás, no soy ni seré así contigo, somos amigos y los amigos no se hacen daño-

- Gracias Daniel, de verdad, lo aprecio- Todavía no confío mucho en él, pero al parecer no parece ser un chico malo-

Tocaron el timbre, ¨la pizza¨, pensé, fui a abrir en lo que Daniel buscaba dinero, para mi mala suerte era el mismo repartidor de la otra vez.

- Hola preciosa-

- ¿Cuánto hace la pizza?- Pregunté, no estoy para este chico-

- Vamos nena, no quieres que me vaya tan rápido, podemos tener un tiempo para nosotros- En ese momento llega Daniel, gracias Dios-

- Pau encontré 30 dola... ¿Por qué siempre eres tú?-

- Vine a entregar la pizza idiota-

- Cada vez que pedimos pizza siempre vienes a entregarla tú, déjala tranquila te dije la otra vez- En ese momento Daniel le arrebató la caja de pizza al repartidor, lo empujó fuera de la casa, le lanzó los 30 dólares y cerró la puerta-

- Daniel, cálmate por favor, respira y siéntate, yo traeré los platos y vasos- Daniel estaba a punto de explotar-

Después de eso, Daniel y yo seguimos hablando mientras comíamos, luego fui a darme una ducha y a tener un tiempo a solas, hace unas semanas no he podido estar sola. Luego me puse a ver fotos y videos míos, de Fer y mis padres cuando yo era pequeña, la verdad lloré bastante, Daniel no se dio cuenta, decía que iba a dormir mucho, luego de tanto llorar me quedé dormida.

El odio a la vida | Editada y Completa |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora