Cuenta la historia que en la cueva de cristal existe una gran criatura monstruosa, capaz de devorar a cualquier animal que ose entrar en su guarida. Nunca nadie ha visto a esta bestia, pero los que sí, no están vivos para contarlo.
Un día cuatro amigos, sin temor y llenos de valentía, decidieron averiguar si esta historia era cierta, así que fueron a la cueva en plena noche y se posaron frente a ella. De repente una gran tormenta aparece de la nada, las gotas de lluvia golpeaban tan fuerte que no podían resistir el dolor, así que entraron a ella para poder cubrirse. El primero en llegar es puky, el cerdo, la segunda Pinna, su hermana, el tercero Chop, la vaca y de última Lory, la gallina.
Todos hablaban de lo valientes que eran, y aseguraban que no tenían miedo, aun así ninguno se atrevía a adentrarse más en la oscura y profunda cueva. Como ya habían pasado varios minutos y nadie hacía nada, Puky decide ir más a fondo. Ya que no existía ni la más mínima lucecita en aquel desconocido lugar, encendió una antorcha y empezó a caminar. Pinna temblando le decía que no fuera, que era muy peligroso, pero él no la escuchó, y siguió caminando. Cuando estaba a varios metros de distancia escucha unas pisadas detrás suyo, un escalofrío le recorre la espalda, se asusta, pero al voltear se da cuenta de que se trataba de sus amigos. En ese momento Lory llega exhausta y dice que han corrido al asustarse por escuchar un ruido extraño.
Juntos de nuevo los cuatro amigos deciden seguir caminando, estaban propuestos a encontrar la verdad sobre la cueva. Entre más caminaban, más tétrico se hacía el lugar. Y de la nada, un gran estruendo hace que la cueva tiemble y pequeños escombros empiecen a caer. De pronto una gigante silueta se ve acercándose, en ese momento todos deciden abrazarse y así protegerse entre ellos. Querían huir, pero estaban completamente paralizados, solo les quedaba estar juntos hasta el final.
Cada vez se escuchaban más cerca los pasos de la criatura, sus corazones iban muy rápido, y estaban llenos de temor. Sin darse cuenta los ojos de la bestia los tenía en la mira; esta se acerca velozmente, y cuando está a su frente deja salir un gran rugido, pero nadie la observa, tenían los ojos cerrados. Al escucharlo todos pensaban que esa sería su muerte, pero luego el monstruo vuelve a rugir y notan que lo que creían un rugido, no era más que un gran tosido. Resulta ser que la supuesta criatura no era malvada, se trataba de una vieja y gigantesca tortuga afónica, que lo único que quería era tener amigos.
Moraleja: No todo lo que se escucha realmente es cierto.
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Fábulas Animales ©
Short StoryUna gran colección de fábulas para niños, ambientado en un pueblo llamado Bosque Frondoso, en el cual varios animales se tornan en diferentes situaciones y buscan una solución, enseñándole al final una reflexión al lector. © Todos los derechos reser...