Capítulo 11

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Lucian había intentado concentrarse en su trabajo, pero tenía dolor de cabeza y no creía que fuera por el golpe sino por el estrés que le causaba la situación, los pensamientos daban vueltas en su cabeza y parecían serpientes mordiéndose la cola, sin importar lo mucho que pensara no encontraba solución.

Cualquier atisbo de tranquilidad se evaporó cuando su secretaria le anuncio que Claire estaba allí y pedía verlo.

No estaba preparado mentalmente para verla , pero no tenía opción.

-¿No trabajas hoy, doctora? – preguntó cuando ella entró y se paró frente a él, ni siquiera se molestó en levantarse, la vio pestañear confundida como si no hubiera esperado aquel recibimiento.

-¿Por qué? – preguntó ella directamente y no demostró el desconcierto que sentía porque él volviera a llamarla doctora y tener esa actitud entre fría y cínica al dirigirse a ella.

-A qué se refiere..

-Deja los juegos , Lucian. Estoy preguntando por qué me besaste...por qué pasó lo que pasó anoche.

-¿Tengo que explicártelo? - preguntó elevando una ceja.

-Sí, quiero una explicación- le exigió y él se puso de pie para acercársele.

-Tienes treinta años , no es tan complicado, soy hombre, tenía ganas y estabas a mano.- le dijo fríamente.

-No te creo.

-Eso es problema tuyo, no mío.

-Es problema de ambos , Lucian. No parecía un juego, parecías interesado de verdad- dijo ella y utilizó la palabra interesado porque no encontraba otra más inocua.

Él se le acercó como si fuera una presa que acechar y aquella actitud la obligó a retroceder hasta chocar contra la pared.

El hombre apoyó la mano contra la pared junto a su cabeza, cercándola, y bajó la cabeza para hablarle bien cerca.

- Han pasado los años, pero sigues siendo igual de inocente. Pensé que si me acostaba contigo podría manejarte más fácil y deshacerme de tu molesta presencia. No malentiendas, no es que puedas perjudicarme, no tienes el poder necesario para enfrentarme, pero pareces un mosquito molesto y me está cansando. Un poco de sexo podría solucionarlo todo, ¿no crees? Te librarías de esa obsesión del pasado que tienes conmigo...

-Mientes – dijo ella pero su voz sonó temblorosa.

-¿Qué quieres escuchar, doctora? ¿Que te amo locamente?- preguntó haciendo que sus palabras sonaran a burla.

-Quiero la verdad, y como dijiste tengo treinta años...lo de anoche, sé que no era eso que dices, la forma en que me llamaste.

-¿Claire? ¿Es tan fácil hacerte caer? ¿Acaso basta con decir tu nombre y ya puedo meterte en mi cama? ¿Eres así con todos o sólo conmigo? – preguntó y ella alzó la mano para pegarle pero la detuvo, agarró su muñeca y la sujetó contra la pared.

-No voy a dejar que me golpees, no me gusta...

-Anoche te dejaste pegar por mí, ¿también eso era falso? – le preguntó nerviosa.

-Servía a mis fines, pero ya cambié de planes, doctora. Así que no pienso dejarme golpear por una mujer como tú. Aunque si sigues interesada en el sexo, podría pensarlo – le dijo acercando su cara a ella como si fuera a besarla. Claire apartó el rostro y él se rió, pero no la soltó.

Estaban en aquella extraña posición cuando el padre de Lucian entró a la oficina y los interrumpió.

-Vaya, así que se trata de esto – dijo el hombre e inmediatamente Lucian cambió de posición, sosteniendo a Claire de la muñeca la quitó de la pared y la ocultó tras de sí, escudándola con su cuerpo.

Desde las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora