Capítulo 15

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La situación era grave, a pesar de que habían actuado con celeridad él había estado mucho tiempo expuesto los gases tóxicos emanados en el incendio y el aire caliente le había afectado las vías respiratorias,

Tenía, además, una herida en la pierna y una fisura en las costillas por el derrumbe lo que agravaba su cuadro.

Se le habían administrado los antídotos para la intoxicación por monóxido de carbono, y estaba con asistencia respiratoria. Lo bueno era que no había tenido paro cardiaco y que era un hombre joven y sano, pero no podía predecirse cómo sería su recuperación.

El estado de inconsciencia no era un buen signo, sólo cuando estuviera despierto podrían comprobar qué tan graves eran las consecuencias. No estaba segura de que se debiera a la inhalación de gases y un posible daño cerebral o por el golpe recibido en el derrumbe. Las tomografías computadas no mostraban nada, pero eso no era garantía.

Claire no había dormido nada para poder monitorearlo, no quería perderlo de vista y cada tanto ocupaba una silla a su lado para hablarle.

Ahora que él no podía contestar ni ironizar, podía hablar sin que la interrumpiera, podía decirle lo que en verdad sentía.

-Tienes que quedarte aquí, Lucian, ¿me escuchas?. No puedes morir. No te alcanzó con defenderme a mí, saliste ileso esa vez, pero tuviste que ir a matarte en otro lado...¿tanto me odias? ¿Quieres alejarte de mí a cualquier precio? – le dijo y no hubo respuesta alguna, sólo el sonido de las maquinas que lo asistían y monitoreaban sus signos., siguió hablándole, tenía miedo al silencio, tenía miedo de que si no le hablaba él se iría- ¿Sabes? Te he extrañado mucho todo estos años, y también extrañé a la Claire que era cuando estaba contigo cuando tú me amabas...porque me amabas, ¿verdad? Lo que dijiste esa vez tiene que ser mentira. Me gustaba verme a través de tus ojos, mi vida también era un desastre. Estaba tan sola, mis padre preso, mamá sumida en el alcohol...no podía contar con ella. Tenía que cuidar a Lucy y éramos pobres, luchaba cada día por no derrumbarme, trataba de ser invisible en la escuela, dedicándome a mis estudios porque no quería la lástima ni las burlas de nadie, no tenía la fuerza para soportarlo. Sinceramente, muchas veces creí que el destino estaba en mi contra, que me odiaba. Pero un día llegaste tú. Me reconciliaste con la vida, es extraño pero en ese entonces pensé que era lo mismo para ti.

Ya no había soledad, ni miedos, ni sombras en el mundo si nos teníamos uno al otro. –dijo ya no pudo seguir hablando porque se puso a llorar. Apoyó la cabeza en la cama y dejó fluir su desesperación.

Una voz interrumpió su llanto.

-Sabía que tú lo llevarías a la muerte....- dijo el padre de Lucian y ella se giró hacia la puerta.

-¿Qué hace usted aquí? No puede entrar es una sala de cuidados intensivos.

-¿Pero sí puedes estar tú?

-Soy su doctora.

-Y yo su padre...

-No puede estar aquí.

-Impídemelo si quieres, ahora Lucian no puede ampararte y yo no voy a dejarte hacer a tu voluntad. Si me hubiera desecho de ti hace tiempo, mi hijo no estaría tirado allí.

- ¡Fueron criminales de su asqueroso mundo quienes hicieron esto, ellos sabotearon la fábrica y causaron la explosión! – lo acusó sin miedo. Estaba harta de aquel hombre tan siniestro, no lo quería cerca, Lucian estaba peleando por su vida y ella iba a defenderlo.

-Si tú no te hubieras aparecido, él no se habría desviado del camino que le tracé...entonces nada de esto hubiera pasado. Pero su maldita estupidez lo llevó a esto, por enfrentarse a mí se enemistó con la gente equivocada y todo por esa obsesión de él de protegerte aunque debiera luchar conmigo.

Si algo le pasa, quiero que no olvides que fue tu culpa, que tú lo mataste.

-¡Váyase de aquí!- gritó ella apuntando la salida.

-Nunca valiste la pena, no sé que vio en ti como para sacrificarlo todo – dijo y se marchó.

La mujer inspiró con fuerza cuando el hombre se marchó, no la había tocado pero se sentía como si la hubiera golpeado.

Jacob entró en ese momento y la encontró inclinada tratando de respirar profundamente.

-¿Estás bien? Vi salir a Cristian Crow...¡Claire!- la llamó y fue a agarrarla antes que se cayera al piso.

-Estoy bien, estoy bien – repitió ella mientras la ayudaba a sentarse.

-¿Te hizo algo? ¿Estás bien?

-Estoy bien, sólo hablamos pero sabes...después de escucharlo siento como si me hubieran envenenado. ¿Cómo hizo él para soportarlo todos estos años?- se preguntó a sí misma y dirigió una mirada hacia Lucian.

-Ya basta Claire, ve a descansar.

-No, no puedo dejarlo.

-Vete o hago que el Director te obligue a dejar de atenderlo.

-Jacob...no puedes ...

- Ve a descansar, en este estado no le sirves a nadie, un par de horas aunque sea, ve a alguna de las habitaciones que usamos cuando tenemos guardia y duerme un par de horas. Prometo ir por ti si pasa algo..

-Pero...

-Está estable, Claire. Estará bien- insistió y ella aceptó.

Sin embargo, al llegar a la habitación no pudo dormir, se acostó pero su mente se dedicó a armar el rompecabezas.

La charla con el padre de Lucian, le había dado varias piezas más.

En los años pasados nunca se había puesto a analizar las palabras que Lucian había dicho aquel día frente a sus amigos, la habían herido tanto que nunca había pensado con lógica en ellas.

Ahora sí, las recordaba y las analizaba, la respuesta había estado allí todo el tiempo

Él había dicho que estaba harto de jugar al novio y fingir para llevársela a la cama, que había tenido que hablarle de matrimonio e hijos para acostarse con ella.

Pero no había sido así, Lucian le había propuesto matrimonio después de hacer el amor, también entonces habían hablado de hijos. Si su único objetivo era llevarla a la cama y estaba tan cansado de ella , aquella charada era innecesaria

Tampoco la mañana posterior habría tenido sentido, despertar junto a ella, hacerle el desayuno, la ternura con que la había tratado. Si cerraba los ojos aún podía verlo caminando hacia atrás por la calle para hacer más larga la despedida.

Si Lucian hubiera dicho la verdad, nada de aquello era necesario, si sexo era todo lo que buscaba, no se hubiera molestado en aquellas demostraciones de afecto. Por lo tanto había mentido...

¿Qué había sucedido entre esa mañana y el día que la dejó?

Lucian no había respondido a sus llamadas, y ella había necesitado mucho de él porque le habían dicho que era posible que perdiera la beca que aspiraba, aquella que podía ser el camino a una mejor vida.

Pero él no respondía. Luego lo había encontrado con sus amigos y se había producido la fatídica charla.

Ahora veía las señales con más claridad, el tono monótono de voz, las ojeras, la mirada vacía. Algo le había sucedido en los días que no lo había visto, algo que lo estaba haciendo sufrir.

Doce años después, sabía qué era: su padre.

Aquel hombre le había dado la clave. De alguna forma, había usado su seguridad para amenazar a Lucian y él había cedido por protegerla, porque la amaba. Por eso la había dejado, por eso abandonó la escuela y por eso tan pronto su relación terminó, a ella le confirmaron su beca diciendo que todo había sido una confusión.

Y aunque había transcurrido tanto tiempo seguía sintiendo algo por ella, por eso la había besado, por eso había estado por hacerle el amor y seguía luchando contra su padre.

¿Cómo había estado tan ciega? ¿Cómo no lo había entendido antes?

Rezó porque no fuera demasiado tarde o jamás se perdonaría a sí misma. Había luchado contra él, había sido cruel y había buscado herirlo con su desprecio, pero él no lo merecía.

Desde las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora