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El choque de las grandes estrellas producen elementos que permiten la vida como la conocemos.
El tímido rose de sus labios produce una conexión irrompible, les hace notar lo perfectos que son el uno para el otro.

Frank no va a hablar, y Gerard no escuchará su silencio, porque tienen algo mejor que eso, se miran, y no hay más que hacer. Es para siempre.

Algunas veces, Gerard se sentía como un montón de polvo, volando y cayendo sin rumbo.

En ocasiones, Frank se sentía como paisaje desértico donde sólo había un viejo árbol seco para observar.

Si alguna persona lanzó una moneda a la antigua fuente, deseando con el alma que su deseo se hiciera realidad, probablemente fue Gerard, deseando pertenecer a algún lugar.

Si alguien encontró un trébol de cuatro hojas esperando realmente que le trajera suerte, de seguro fue Frank, para encontrar la razón de quedarse en esta tierra.

Porque esa persona cree ser polvo, pero cuando Frank lo mira como si fuera lo más espectacular que ha visto, se siente como una galaxia llena de brillantes estrellas.

Porque ese alguien no cree valer los movimientos del reloj, pero cuando Gerard lo acoge en sus brazos, se siente el paisaje más hermoso de este mundo.

El contacto de sus bocas es leve, pero hace que todo se acelere.
Gee adora los colores de Frank, el de sus ojos, el suave rosado de sus mejillas.

Y entonces, el choque produce una lluvia de estrellas sobre el desierto.
A Frank no le molesta esa precipitación, porque lo que verdaderamente importa es verla, hermosa, aunque también, le da un poco de miedo. ¿Qué pasaría si las estrellas dejan de caer? ¿Alguna podría aplastarlo?

No necesito decir que te quiero  [FRERARD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora