"La guerra de la Humanidad"

"1° CAPÍTULO"

-¡SAM!- escucho el grito tan familiar.

La molesta luz del foco pega sobre mis parpados cerrados, eso hace que me de vuelta en la cama.

-¡Samai! Todos los días lo mismo, sabes que, ya me canse- en eso suena el portazo que dio al salir de la habitación. Sonrío victoriosa contra la almohada y me dispongo a dormirme otra vez.
La sensación de agua fría sobre mi espalda hace que me sobresalte.

-SHAYLA BECH, DATE POR MUERTA-grité mientras empecé a correr detrás de ella. No llego muy lejos, soy más rápida que ella. La agarré del brazo y la tire al piso sin ser demasiado brusca-te hare cosquillas hasta que vomites sangre-reí de mi propio chiste mientras le empezaba a hacer cosquillas. Luego de un rato de suplicas de que pare y varios tirones de pelos de cortesía mía la ayude a levantarse y me dirigí al cuarto a ponerme el uniforme militar.

-¡Hey Sahenz! ¡Aquí!- me dirigí a la mesa donde me llamaban-¿cómo has amanecido mi bella dama?- dijo el chico de pelo castaño y ojos pardo. Haciendo cara de como si fuera de clase alta respondí:

- muy bien, mi querido amigo Pier Train- la parte de "amigo" la resalte más. Su risa fue algo alta llamando la atención de la mesa de alado-shhh, no rías tan fuerte y corre tu trasero- él se corrió hacia la derecha en el banco acercándose, de manera exagerada, a Shayla -para el otro lado tonto- dije mientras le pegaba suavemente en la parte de atrás de su cabeza. El simplemente suspiró, miró a Shayla haciendo un puchero con sus labios y luego se corrió a la izquierda dándome lugar entre medio de ellos- gracias - le sonreí y él solo bufo.
Marlett, que estaba sentada en el banco del frente, sonreía divertida por la situación.

-hey, mi querida amiga de ojos verdes, ¿me pasarías, si no te molesta, el café?- ella me miró y con su voz dulce me siguió el juego.

-claro, mi querida amiga de ojos marrones, de paso ¿no quiere que le pase la leche y el azúcar?-su voz salió autentica a la de la realeza, no como la mía que era una copia barata de todo eso.

-oh mi querida amiga de pelo rubio, también ¿me puede pasar la miel?- pregunté mientras preparaba el café.

-no hay problema mi querida amiga de pelo negro- dijo mientras yo hacía en otra taza un té. Mire a mi derecha y vi a la chica de pelo mixto entre rubio y castaño me ignoraba.

-¿Shayla?- dije con voz cantarina- te eh hecho un té de con miel como disculpa por tirar tu hermoso, majestuoso y otros adjetivos bonitos pelo ondulado; pero si me llegas a tirar agua otra vez, haste cargo de las consecuencias-lo último fue en tono amenazante.

-no es mi culpa que tengas el sueño pesado- se quejo mientras sonreía mostrando sus blancos dientes.

-con mi sueño no te metas mujer- le conteste mientras tomaba de mi taza.

El desayuno pasó bastante tranquilo, hablamos de cosas sin importancia y no faltaba que Pier hiciera algún comentario estúpido. Cuando empezamos a salir del comedor, donde se encontraban todos los soldados, se escucho por los alta voces "el escuadrón Froy preséntese para el despegue lo antes posible". Mientras el mensaje sonaba dos veces más nosotros corríamos lo más rápido que podíamos por los pasillos del cuartel general.

-¿¡por qué razón estamos corriendo si podíamos ir en auto!?-gritó menciono Pier.

-tú solo corre, aparte tu "grandioso" auto esta por el otro pasillo- respondí agitada por la carrera en proceso.

-no te quejes Train, todo lo solucionas con tu auto- me acompaño Shayla haciendo que Marlett riera a carcajadas.

- mi auto es genial chicas- presumió el de ojos pardo.

-lo que digas- dijo la rubia.

Al llegar me tomé una botella de agua entera. Nos pusimos en fila y esperamos al teniente.

-las coordenadas siguen siendo las mismas de siempre; nos encargamos de la defensa del lado oeste - dijo serio nuestro superior-ya suban a sus naves.

Hicimos la señal de respeto y me dirigí a mi nave. Subí por la escalera. Me senté en el cómodo asiento mientras me ponía el casco. Encendí mi avión con una palanca y me llegó la orden de despegar. Suspire y empecé a manejar hacía el frente, donde el negro espacio me esperaba.