2.

229 22 9
                                    

La idea de salir a cenar con Kiko y Ji no motivaba demasiado a Lee, más si ella tomaba en cuenta a la pequeña que tenía a su lado. Pero ella debía mantener su casa, debía pagar las cuentas y para eso tenía que cumplir con cualquier requisito que le pidiera su empresa. Se vistió de manera adecuada, el restaurante era algo sofisticado, nada que la extrañase pues eran los gustos de la aclamada Kiko. Últimamente su relación con Chaerin no había sido la mejor ya que tenían pensamientos diferentes en cuanto al trabajo se refiere, pero sorpresivamente no reclamaba nada si Kwon estaba cerca. Terminó de retocar su maquillaje, se despidió de su pequeño sol y agradeció a Lee Hi por hacerse cargo mientras ella no estaba. Se dirigió a casa de Ji un poco nerviosa y se convenció así misma que era por el trato que podían sellar esa noche.

—Vamos, date prisa —dijo mientras golpeaba la puerta de Ji.

—Lo siento, lo siento —oyó como tiraba una puerta.

Chaerin volvió al lado de su auto para esperarlo, luego lo vio salir después de unos minutos.

— ¿En serio usarás esa corbata? —Levantó una ceja y una sonrisa burlista se formó en sus labios—.

— ¿Tiene algo de malo? —Dijo volviendo a ver esa misma.

—No, solo parece que olvidaste como atarla, tonto —se acercó a él—.

Ji torpemente intentó arreglar su corbata pero debido a que no tenía un buen rango de vista no pudo hacer mucho. Chaerin rió ante su intento fallido, quitó las manos de él de la corbata y reprochándole la ajustó debidamente. Cuando ella terminó de arreglarla sus manos fueron atrapadas por las de Ji, sintiendo la calidez de él. Ji dejó la mano derecha de Lee y tomó la barbilla de ella mientras lentamente acercaba su rostro a la de ella, rápidamente Chaerin liberó su mano izquierda —donde poseía su anillo— y la interpuso entre sus labios.

—No tienes que hacer esperar a Kiko, andando.

Tratando de ignorar lo ocurrido, Lee rodeó el auto y subió a este esperando a su acompañante. Ji solo bajó su cara gracias al intento fallido y subió sin decir nada, el ambiente era un poco incómodo pero ninguno se dignó en romper el silencio. Entonces Ji notó algo particular en el auto, ¿por qué carajos había un asiento para niños ahí?

—Chae, ¿podría preguntar algo? —Le veía esperando su respuesta—.

—Qué no lo estás haciendo ya —le habló con ironía.

— ¿Por qué hay un asiento de niño aquí? —Le vio y creyó ver pánico en su rostro, pero solo por unos segundos.

— ¿En serio hay uno? Lee Hi si es descuidada, se lo devolveré mañana y para reiterar, no es mío.

—Oh —fue lo único que salió de la boca de Ji, no muy convencido.

Al llegar al flamante restaurante Kwon le ofreció su brazo a Chaerin pero ella lo rechazó alegando que a Mizuhara no le agradaría la idea y él solo bufó. Como era de esperarse la señorita Kiko ya les esperaba con una elegante y a la misma vez sexy vestido rojo, Lee rió sobre su notable obviedad de hacerse notar mientras ella portaba un elegante vestido negro. Pidieron su cena y mientras esperaban bebían champagne.

—Mira, Lee. Hagamos esto rápido, firmaré cualquier contrato entre mi empresa con la tuya pero solo tengo un requisito.

— ¿No quieres leer el contrato primero? —Estaba un poco impresionada.

—No hace falta, han estado jodiendo desde hace tiempo en volver a firmar con Gucci. Sé exactamente lo que piden y estamos a favor, solo tengo algo que pedirte.

—Soy toda oídos —tomó su copa y bebió de ella.

—No te metas con Ji, será mío.

Kiko terminó de hablar y Chaerin casi se atraganta con su petición, ella era consciente que él le atraía a la modelo pero decirle tal cosa, joder, definitivamente no lo veía venir. Recuperó la compostura rápidamente y habló.

— ¿Qué quieres decir? Soy solo su jefa de departamento, sé clara.

—No soy ignorante, Lee. Eso está claro, sin embargo espero que su relación sea estrictamente laboral.

—Espero que sepas que no serás mi jefa y para aclarar, no tengo el mínimo interés en Ji.

—Aún estoy aquí, ¿sabían? —Ji se sintió ofendido—.

—Tranquilo, cariño. Eso lo sé desde que cruzaste esa puerta.

Kiko tomó eufóricamente el brazo de su ''cariño'' mientras le hablaba cerca de su rosto, Lee solo rodó los ojos para volver a tomar su bebida. La comida llegó y Chaerin fue ignorada olímpicamente por la quisquillosa pareja, así que solo se dignó a comer.

—Gracias por la cena, Kiko. Ji te espero afuera.

Sin más Lee salió del restaurante con la cabeza en alto pero algo le molestaba y dicha cosa la enojaba más porque no sabía que era. Su tacón golpeteaba el asfalto del parqueo mientras esperaba a Ji y se negaba admitir que estaba irritada con él.

—Este imbécil no se apresura... —sus maldiciones fueron silenciadas por una escena que pedía no fuese real.

Ahí estaba su próximo dolor de cabeza y Ji, besándose. Si bien ella lo besó, él no se negó a tal cosa, inclusive la sujetaba por la cintura mientras ella pasaba sus manos por su nuca. Luego de mucho tiempo sintió ira, como antes, quería correr y romperle la cara a alguno de los dos o ambos no importaba... pero no debía. Subió a su auto y dio un portazo esperando a que esa escena se dignara a terminar.

—Gracias por esperarme —fue lo primero que dijo al entrar al auto.

—Te traje, lo correcto sería dejarte también, ¿no?

—Tienes razón, em... no quiero que malentiendas lo que pasó —se rascó la nuca.

—Cualquier cosa que hagas que no afecte a la empresa me tiene sin cuidado y límpiate los labios, pareces travesti.

Kwon limpió sus labios con el dorso de su mano un poco ofendido, ¿era el insulto o su dureza lo que le ofendió? Mierda, por qué era tan difícil que mostrara sus sentimientos con él. Lee tenía sus nudillos blancos gracias a la fuerza con la que apretaba el volante, sus labios estaban fruncidos y la vista fija en la carretera, Ji por su parte dejaba vagar su mirada por el auto y se detuvo en una foto.

—Chae, ¿quién es la bebé? —Tomó la foto que tenía el visor de Lee.

—A ti que te importa y deja eso ahí.

—Hey, ¿qué te pasa?

—Cállate, por favor cállate —lo dijo entre dientes mientras se podía oír su mandíbula rechinar.

Ji seguía sin entender el repentino cambió de Lee, él aún la amaba y solo besó a Kiko por el bien de todo. ¿Habrá sido muy estúpido hacerlo mientras la alega amar y aún más si ella les vio? Al llegar a casa de Ji, ella ni le miró y cuando él intentó besarla en la mejilla como despedida, le dio una mirada de advertencia por lo cual solo le dijo un ''gracias''.

—Estúpido, idiota, bastardo, infeliz... Te odio, ¿cómo me puedes hacer esto?

Lee empezó a golpear repetidas veces el volante luego de verle entrar a casa, quien entendería a esa mujer. Lo amaba, inclusive lo celaba pero no cedía. No lo quería con ella, pero tampoco para nadie más. Y sobre todo ella no contaba con que él le viera hacer tal rabieta antes de marcharse.

♦♣♠♥

Tal vez tengan dudas pero como de costumbre se resolverán luego.

Lo siento por las faltas ortográficas. 

¿Podrías volver a casa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora