3.

239 19 6
                                    

—Al parecer alguien llegó tarde —molestó Ji al ver entrar a Lee.

—Son solo 10 minutos, además soy tu jefa, así que cállate.

—Tranquila, era bromeando —alzó sus manos juguetonamente.

—Púdrete —le enseñó el dedo medio y empezó a sacar unos bocetos.

Kwon trabajaba en revisar cautelosamente el contrato que sería entregado esa misma tarde a la señorita Kiko Mizuhara, con quien él se había besado la noche anterior y esa misma molestaba a Chaerin con su existencia. Chaerin además de atrasarse al dejar a Sun Hee en la guardería no podía sacarse de la cabeza la escena de la noche anterior, para ella no era difícil separar lo profesional de lo personal, pero con Ji era casi imposible hacerlo. Lanzaba maldiciones mientras se equivocaba al terminar ciertos bocetos, su ceño estaba fruncido inconscientemente y Ji notó eso. Él se le acercó lentamente —ella ni notó su proximidad—, cuando llegó a su lado con su pulgar deshizo las líneas que ella formaba en su entrecejo. Chaerin reaccionó luego de que sus ojos hicieran contacto mientras él le acariciaba —ahora sus manos habían dejado su entrecejo—, ella al sentir una de sus cálidas manos en una de sus mejillas volvió en sí. Él le dio una mirada inocente y retiró su mano, puesto que sabía que ella la quitaría rápidamente si no lo hubiese hecho.

—Déjame ayudarte con eso, Chae —tomó una de las manos de su Lee.

—Puedo hacerlo, deberías terminar con el trabajo de Mizuhara —al pronunciar el apellido de la modelo Lee habló entre dientes.

—Quiero ayudarte, ¿hay algo mal en ello? —Acarició la mano de Chae.

—Está bien, está bien. Solo deja mi mano ir —le vio mal antes de soltar su mano.

—Creo que deberíamos hablar, ya sabes, sobre ayer —su tono fue suave.

—Necesito que termines estos dos, ya hablaremos luego —le pasó las hojas y cambió de lugar con Ji.

La verdad es que Lee no quería hablar sobre lo de ayer, es más, no quería ni hablar con Ji. Cada vez que se acercaba a ella le invadía una montaña rusa de emociones: quería abrazarle, besarle, alejarlo, molerlo a golpes, insultarlo o solamente admirarle. Cada una de esas emociones le causaba tanto que ella creía tener elementos reactivos en lugar de emociones, pero ella trataba de no hacérselo saber. Chaerin había terminado de revisar el documento por lo cual se distrajo un poco con el escritorio de Kwon, si bien estaban casi que juntos, ella nunca notó nada sobre ese escritorio. Al parecer había una foto de ella olvidada bajo uno de sus tantos folders pero sacudió su cabeza esperando haber visto mal, pero no lo hizo. Reconoció la foto pero lo que la inquietó fue que en ese momento no estaba acompañada por alguien más que Bobby... ¿Cómo la habrá obtenido? Pero antes de que pudiera pensar una molesta presencia la interrumpió.

— ¿Adivinen qué? Dentro de unos minutos oficialmente estaremos de nuevo asociados y todo gracias a ti, mi amor —Kiko ni bien había entrado a la oficina y ya se había lanzado a brazos de Ji.

—La reunión no empezará hasta dentro de media hora así que se puede saber ¿Qué diablos haces aquí? —Lee no se molestó en hablar amablemente.

—Tranquila cariño que vengo por él —le guiñó un ojo para luego besar a Kwon.

Chaerin bufó más por el hecho de que él correspondiera gustoso que por tener esa escena en su oficina, le molestaba el hecho de que ella estuviera ahí y respirara su mismo aire, eso sin mencionar que besaba a Ji de tal manera que hacía que su sangre hirviera.

—Ahora que estaremos asociados tendré más tiempo para verte —al separarse de Ji empezó a hablar de manera que suponía Lee que era tierna, pero para ella solo era molesta.

¿Podrías volver a casa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora