𝓒𝓪𝓽𝓸𝓻𝓬𝓮

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𝑻𝒂𝒆𝒉𝒚𝒖𝒏𝒈

Nunca antes despertar se había sentido tan bien desde que lo hice a su lado. Amaba el olor de su cabello, me encantaba su piel suave y pálida, la forma en que respiraba y aquellos gestos que emitía dormido que le daban un aspecto semejante al de un ángel. Percibía que en mis brazos podría romperse, no quería presionarle mucho por miedo a ello. ¿Realmente me merezco a alguien como él?

El joven comenzó a moverse entre mis brazos y uno de sus ojos se abrió seguido del otro para encontrarse con los míos. Aquella dulce sonrisa paralizó mi corazón. —Buenos Días. —Murmuró somnoliento. Yo solo le respondí con una sonrisa. —¿Qué quieres hacer hoy? —Continuó él en lo que mis dedos se enredaron en su cabello.

—Hoy quiero hacer cualquier cosa que desees. —Ni yo mismo podía creer mi respuesta.

Él sonrió esta vez con más ganas que anteriormente. — ¿Te gustaría caminar por los pequeños bosques de alrededor? Además, hay una playa cerca con la cual yo quiero... —Hizo una pausa y pude notar como sus mejillas empezaban a sonrojarse. —Pasar tiempo contigo.

—¿Solo conmigo? —Pregunté queriendo estar completamente seguro y él asintió. — Entonces allí iremos.

Luego de tomar un buen desayuno y colocarnos una ropa cómoda, salimos encontrándonos con el fastidioso de Hoseok. Este casi se atrevía a acercarse hacia nosotros y le fulminé con la mirada provocando que este se detuviera en seco.

Descansé mi mano sobre el hombro de Jungkook mientras caminábamos y pude notar como este se impresionó bajando su rostro instantáneamente. Había comenzado a jugar con sus dedos, sonreí ante el gesto nervioso y mi vista luego se perdió entre los grandes árboles que comenzaban a rodearnos.

Visualicé unos pequeños hongos cerca de un árbol y me alejé un poco de Jungkook para tomar uno.

—¿Qué es eso? —Preguntó tratando de ver lo que se encontraba en mis manos.

 Acerqué el hongo hacía él entregándoselo y este lo tomó como si se tratara de un bicho raro. —Un hongo para otro hongo, ni pienses que te daré flores. —Comencé a reír y este me aventó el hongo al rostro. — No seas dramático. —Dije sin evitar reír por lo que el pelinegro comenzó a seguir el camino a solas. Corrí hacía él y lo volteé bruscamente ocasionando que nuestras narices chocaran. Sus ojos estaban tan inquietos como los míos, sin saber a dónde mirar, si a nuestros ojos o labios. La respiración se me aceleró por un momento, a veces odiaba tenerlo tan cerca porque sabía que no iba a controlarme. 

Lo aparté pasándome la mano por el rostro y este sólo se quedó paralizado en el mismo lugar. —Vámonos. —Fue lo único que me atreví a decir, seguimos el camino en silencio, cada uno tomando distancia, hasta sentir la arena debajo de la suela de los zapatos, indicio de que habíamos llegado a la playa.

Aprecié el paisaje a mi alrededor, era realmente hermoso. El agua lucía casi transparente, comencé a caminar más cerca del mar y pude notar a lo lejos una gran montaña. La curiosidad de saber lo inverosímil que se vería desde allá arriba me carcomía, no me iría sin saberlo.

—Deberíamos subir esa montaña.—Sugerí aun mirándola con apreciación.

—Ni se te ocurra, le tengo miedo a las alturas. Si quieres hazlo tú y yo te esperaré aquí. —Volteé a ver a Jungkook quién tenía la mirada perdida sobre la marea.

—Pero quiero hacerlo contigo. —Insistí provocando que el pelinegro levantara la vista de inmediato, pude notar la esperanza en sus ojos.

—Me gustaría, pero, realmente tengo miedo.

Last HeartbeatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora