Last Heartbeat

39. Pequeños recuerdos 2/2.

Antes de que comiencen a leer, recuerden que estos son recuerdos de ambos.
Otra acotación: Reproduzcan las canciones que les digo, así se capta la emoción con más intensidad.
En fin, ya son libres de leer.

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Primera canción.

Jungkook

En lo que iba de mi estadía sobre la tierra, había luchado por algo en lo que nunca debí oponerme, pero todos a mi alrededor me hicieron pensar que cometía un error.

Toda mi vida me odié a mi mismo por el simple hecho de saber amar, por el hecho de que me gritaban que no era la persona correcta, engañando a mi propia mente con que yo estaba equivocado.

Llegué hasta un punto en el que mis pensamientos jugaban conmigo, aquellas voces que me atormentaban se mantenían allí con dardos. Comenzaba a cerrarme al mundo, sentía que no tenia voz en este lugar, nadie iba a escucharme y por ello me lastimaba, de alguna manera quería aquellas voces brotar fuera a través de mi piel.

Mi niñez no fue más que una jodida mierda, tratando de fingir alguien que no soy para agradar a mi padre, para agradar al mundo. Nadie podría imaginarse lo doloroso que es vivir detrás de una máscara todo el tiempo, sintiéndote tan pequeño en un vacío oscuro.

No importaba a donde yo fuera o que tan lejos pudiera estar del lugar de mis pesadillas, el miedo siempre estaba presente, no quería ser juzgado nuevamente, no quería seguir sintiendo con fuerte intensidad la necesidad de desaparecer.

Si debía pasar el resto de mi vida manteniendome en silencio, eso haría, lamentablemente así sería.

Pero, si realmente esto estaba mal ¿Porqué dolía más el hecho de ocultarlo?

No tenía opción alguna después de todo.
Hasta que lo conocí a él.

Aquél día en la nueva escuela mi cuerpo no fue más que un manojo de nervios ante la multitud, me hizo sentir idiota. Había perdido la confianza en mí, había dejado de amarme.

Cuándo pude divisar cada uno de los alumnos, había un grupo del cuál sabía que no eran de buenos valores y mucho menos tendrían algún respeto, sabía que sería el nuevo juego.

Pero...

Aquél chico entre ellos de cabello castaño, lleno de serenidad y rebeldía en sus ojos zafiro.
Mi corazón se detuvo y miles de emociones comenzaban a ser enviadas a mi cerebro, incluso a mi pulso.

¿Qué estaba pasando?

¿Cómo podría sentirme así de tan solo mirar a alguien que desconocía?
¿Acaso eran realmente ciertas aquellas historias del amor predestinado?

Él absolutamente no lo sería... ¿O sí?

Desde aquél día no sabía que la monotonía iba a cambiar por completo.
Estaba a punto de emprender el viaje de mi vida, quizás no sería muy largo, pero me daría todas las respuestas que yo necesitaba, me enseñaría el verdadero significado de lo que era sentirse vivo, pero también lo que era la realidad a comparación con mis fantasías, aquél mundo que solía imaginar fuera de aquella sociedad corrompida.