Unknown Known 3: Red |BTS|

Capítulo 33

—Este día quiero que seamos uno solo. — Di un respingo al escuchar esas palabras.

Sabía a lo que Yoon Gi se estaba refiriendo. Di un paso atrás, pero Yoon Gi me acorralo en el escritorio. Me se puso nerviosa, no sabía qué hacer y tener a Yoon Gi tan cerca de mí me ponía así.

—Yo...—agache la mirada. —N-no sé a qué te refieres... —dijo firmemente mientras intentaba no mirarlo directamente a los ojos, pero era imposible. Podía sentir aquella atracción como el primer día que lo conoció. El primer día que entrelazaron sus miradas.

Esa ocasión en la cual ella le salvó su vida, y el decidió no abandonarla nunca.

—July...— susurro su nombre. Acerco su rostro a su oído, mientras jugaba con su cabello. Seguía mirado hacia el piso, un punto muerto.

—Mírame...—susurro. Ella al sentir su aliento en su piel alzo la cabeza. Pero no lo obedeció, no lo miro a sus ojos. Yoon Gi acarició mi mejilla mientras se acercaba a mí, haciendo que la distancia que había entre sus labios desapareciera poco a poco, mientras el deseo incontrolable se apoderaba de ellos. Esto era claramente para mí un deja vu, de lo que ocurrio hace un tiempo atrás. Pero ahora los factores a nuestro alrededor habían cambiado. No podía controlarme cuando él me besaba de esa manera tan arrebatadora.

Apoderándose de mi cadera me acercó a su cuerpo, haciendo que lentamente empezara a llenarme de caricias. Nuestros corazones empezaban a acelerarse, mientras que las respiraciones agitadas hacían eco en la habitación.

—Yoon...—susurre mientras este me seguía besando, dejando todo rastro de cordura desapareciera por completo.

No podían contenerme, no ahora cuando había un sentimiento compartido, tanto deseo, tanta pasión recorriendo nuestros cuerpos de pies a cabeza, llenándolos de aquella adrenalina tan placentera. Yoon Gi empezó a quitar la ropa, empezando por la blusa, recorriendo mis pechos. No pudo evitar el gemir ante su tacto, ante aquellas caricias que me quemaban la piel.

—No quiero que salgas de mi territorio...—le dijo al oído para después besar mi cuello y cargarme hasta la cama. Aproveche para poder deshacerme de sus pantalones y de su camisa, dejando aquel cuerpo expuesto.

Pero en eso me detuve, esto no debía de ocurrir.

—Alto...— trate de detenerlo.

Pero en aquel momento Yoon Gi llevó su mano hasta mi intimidad, dejando leves caricias mientras seguía besando su cuello. Arqueo un poco mi espalda al sentir aquel placer, podía sentir como una corriente eléctrica placentera recorría mi cuerpo en ese instante, un tanto adictiva.

Sabía que debía de detenerlo, pero él me lo impedía.

—Yoon...— puse mi mano en su pecho, quería poner resistencia. Pero en eso este tomo mi muñeca y la sujeto.

—No lo harás...

A medida que las caricias se volvían más pasionales, los gemidos se volvían más fuertes. A ese punto, no importaba ya nada. No pensaba con claridad, Yoon Gi no me lo permitía, cada vez que deseaba pisar Tierra, él lo evitaba.

Yoon Gi acarició nuevamente mis pechos, quitando el brasier, subiendo lentamente hasta que sus labios se apoderaron de los míos, estimulándolos continuamente. No podía con tanto placer, simplemente no podía...

—Te dije que la luna solo me da más valor...— susurro.

—Va-valor...— tartamudee.

—Desde hace tiempo, deseaba tomarte como ahora...

Lentamente nos deshicimos de toda prenda, dejando que nuestros cuerpos desnudos se tocaran, recorriendo cada parte de ellos, dejando caminos de caricias y besos. Lleve mis manos a la espalda de él, presionando mi cuerpo con el suyo, acariciando cada músculo. Bajando lentamente hasta llegar a su miembro.

—Ju-July...— rió.

Yoon Gi se aclaró la garganta al sentir aquel estimulo tan placentero. Quería darle placer igual como este me lo proporcionaba, acariciando lentamente su gran miembro.

—Ya no deseas detenerte, por lo visto...— susurro Yoon Gi cerca de mi oído.

Había perdido por completo la cordura. Tantos días alejado de él me hizo darme cuenta de que no podía estar lejos de Yoon Gi. Había salido de su territorio y ahora estaba regresando. Y estaba segura de que no saldría de este...

No podía soportar más la espera, Yoon Gi interrumpió aquellas caricias mientras tomaba mis manos y las colocaba una a cada lado, sujetándolas con fuerza.

—Pídeme que te tome por completo...—susurró él mientras se abría paso.

No era necesario que se lo dijera, porque ya lo estaba haciendo. Pero al parecer Yoon Gi sentía la necesidad de escuchar esas palabras tan deseadas.

—July...

Gemí al sentir como la dureza de él entraba tan lentamente, podía sentir como mi intimidad era invadida. Besando mi cuello hasta llegar a sus labios mientras entraba completamente, poseyéndome por completo.

—Yoon Gi...—susurre entre sus labios, sintiendo como empezaba a moverse dentro de mí—. ¡Yoon...!—gemí mientras volvía a entrar.

—Di que quieres ser tomada solo por mi...— me ordeno.

Lo mire a los ojos, este se detuvo.

—July...— pronuncio mi nombre.

Tome su rostro y lo lleve de nuevo a mis labios. Aquellos labios que me había vuelto adicta. No deseaba separarme de ellos.

—Dilo...—rogó él mientras volvía a moverse.

—Tómame...—susurre.

—July...

—¡Tómame! — le grite. —Y no me dejes...

—Juntos. — sonrió Yoon Gi.

—Por siempre...—susurre mientras intentaba concentrarme solamente en sus labios.

— ¿No que no existía un siempre? —insistió Yoon Gi.

— Por un largo...largo tiempo entonces. —dije para después fundirse en un beso. Al separarnos le sonreí.

—Por supuesto...

Sus embestidas iban aumentando cada vez más, podían sentir aquella sensación de placer, aquel éxtasis tan anhelado acercarse lentamente, disfrutando de cada momento, de cada caricia, de cada beso...

—Yo-Yoon...

—Calla...— me ordeno.

El momento se acercaba, aquel placer extremo tan deseado y tan ansiado estaba llegando tan placenteramente, disfrutando de cada segundo posible. Llenándose de caricias y de besos, entregándose mutuamente, en cuerpo y alma. Siendo uno solo como él lo había deseado.

—Te amo...—susurró él mientras me embestía con fuerza.

—Yo más... —me apodere de sus labios.

—No me retes July. — añadió Yoon Gi para luego sonreírme.