Unknown Known 3: Red |BTS|

Capítulo 26

Nos bajamos del auto, HoSeok venia atrás, en su auto estaban las bombas, 8 cajas, una para cada uno. Perfectamente equipadas y listas para ser detonadas.

—Le pondré el cronometro. — anuncio Rebecca.

Esta le conecto un móvil junto con los cables a una de las cajas. El mismo proceso hizo con los demás.

—¿Para qué haces eso? — le pregunte.

—Todos estos teléfonos están coordínanos con el mío, bastara una llamada para activar el cronometro y que se detonen.

—Interesante...

Abordamos el auto de HoSeok, y este respiro hondo antes de pisar el acelerador a fondo.

—¿Listos? — pregunto, sin quitar su vista del horizonte, con las manos puestas en el volante.

—Enciende el auto de una vez. — exclamo Mark.

HoSeok sonrió tiernamente y luego de eso arranco el auto. A lo lejos con forme nos íbamos moviendo, logramos ver Heliux Inc. vi a Yoon Gi preparar su arma y ponerla en su estuche.

—No desperdicies balas. — le susurre.

—No lo hare. — sonrió para mí.

—Cuando regresemos, iremos a gastarlas en la armería.

—Con mucho gusto...

—No se pongan amorosos aquí. — exclamo Jackson.

Todos se separaron y tomaron su respectivo camino, dejamos a los chicos en la línea de fuego que habían armado, nuestra primera defensa, luego la segunda línea, y al final solo quedamos las ocho personas, las cuales se fueron separando poco a poco mientras más nos introducíamos a Heliux. Cada uno a cumplir con su objetivo.

—Es por acá...— susurro Rebecca.

Estábamos en el pasillo a punto de ingresar hacia las salas de ensamblaje y colocar las bombas, ingresamos y vimos unas oficinas, cubículos. Al final de este vimos las máquinas de ensamblaje, continuamos hacia estos cuando en eso se abrió fuego.

—¡Al suelo! — grito Rebecca. Obedecí, dejamos caer las cajas con los explosivos al piso y nos ocultamos en lo que estuviera más cerca, lo primero que encontramos fueron unos escritorios de aluminio y otros de acero. Nos escondimos detrás de ellos.

—¿Lista? — le pregunte a Rebecca, mientras le quitaba el pestillo de seguridad a mi pistola.

—Empecemos...— me sonrió ella.

Rebecca se recostó en el piso y empezó a disparar, yo salí casi corriendo y dispare antes de esconderme detrás de la pared, mi compañera seguía disparando, hasta que se le acabaron las balas, tome su mano y la jale. Usando toda mi fuerza para arrastrarla hacia la zona en la cual me encontraba, para que no pudieran dispararle.

—Gracias...— susurro.

—¿Tienes bomba de humo? — pregunte.

—Claro.

De su mochila saco un par de bomba de humos y más municiones, me entrego una bomba. Las dos recargamos nuestras pistolas. Luego de una breve cuenta regresiva, lanzamos las bombas, estas al estallar nos dieron una ligera cortina de humo, nos tiramos al piso y disparamos hacia los pies de los soldados, hiriéndolos y haciéndolos caer en el acto. Dándonos la ventaja sobre ellos. Enseguida nos levantamos, corrimos hacia ellos y con un disparo en el abdomen, y otras zonas vulnerables, los inmovilizamos, tomamos sus armas y continuamos con nuestro camino antes de que las bombas de humo cubrieran por completo nuestra visibilidad.

—Las cajas. — exclamo ella.

Las tomamos y continuamos, hasta ingresar a la zona de ensamblaje de Heliux Inc. donde realizan todo el proceso de sus medicinas, virus y otros.

Dejamos las cajas una al lado de la puerta y otra en el interior de una de las maquinas, para que no pudieran encontrarla y desactivarla.

—Bien, vamos. — ordeno ella.

—Ok.

Estábamos por salir cuando al abrir la puerta recibí un duro golpe en el rostro, el cual me dejo en el piso, con una hilera de sangre en el labio.

—¡Mierda! — grite.

Cuando levante el rostro vi un arma apuntándome, se trataba de Hyun Seong. En su mano tenía una maleta de color plateada, con la cual me había golpeado, de seguro allí tendrá algo valioso. Rebecca estaba con su arma apuntándole, la mía la perdí al momento de caer al piso, estaba a unos metros de mi mano, sabía perfectamente que si intentaba acercarme a ella, recibiría una bala.

—Al parecer perdiste algo. — alguien se encontraba sarcástico. — ¿Cuántas bombas dejaron? — pregunto.

—Vete a contarlas...— respondió Rebecca.

Pude ver como Hyun Seong puso un dedo en el gatillo, mala elección de palabras.

—Lo volveré a preguntar. — se mostró algo irritado. — ¿Cuántas bombas son?

—Muchas...— respondió alguien detrás de él. Era Mark, este con su puño le dio un buen derechazo a Hyun Seong, dejándolo inconsciente en el piso.

Jackson, junto con Tae Hyun y JungKook vinieron hacia nosotros.

—Espósenlo. — ordeno el jefe. —Quiero que regrese con vía, tiene mucho que pagar frente a las autoridades...

Enseguida vimos como JungKook saco una soga y lo ato de las muñecas, con la ayuda de Tae Hyun, lo cargaron y se lo llevaron.

—Bien, ya está hecho, hay que irnos y activarlo desde afuera. — exclamo Jackson. Todos asentimos, al escuchar la orden, nos echamos a correr, a lo largo del pasillo, por donde pasábamos veía a los soldados de Heliux inconscientes o muertos en el piso.

Esto debe de terminar hoy...

***

Estábamos afuera de Heliux Inc. ya los chicos y nuestra primera línea de fuego habían regresado, todos estaban abordando los autos y solo esperábamos la confirmación de Rebecca de que había activado las bombas.

Vi a Yoon Gi ingresar a un auto, junto con un teniente herido, era JiMin, al parecer sufrió un ataque sorpresa por parte de uno de los soldados de Heliux. Al verlo marcharse pude sentirme más aliviada.

—¿La activaste? — le pregunte a Rebecca.

—Es-eso creo...— tartamudeo.

—¿Cómo que eso crees?

—Hay una bomba que no responde. — me miró fijamente a los ojos, conocía esa mirada.

—¿Cómo es posible?

—Eh-ehh...creo que...yo...— estaba muy nerviosa. — ¡No sé!

—¿Qué paso? — la tome de los hombros y trate de calmarla.

—Una posibilidad es que al momento de tirarme al piso, el teléfono se haya descompuesto...o tal vez...— hizo una pausa para hacer memoria. —Cuando deje caer las cajas, se desconectó algún cable.

—Listos para irnos. — exclamo Jackson a punto de abordar el auto.

—Bien...— le respondí. —Vamos en un minuto. —Pueden irse sin mí. — Recargue mi arma y le quite a Rebecca su comunicador.

—¿Qu-que haces?

—Iré a conectar ese cable.

—¡No!

—¿Cuánto tiempo tengo?

—¡No July!

—¿Cuánto tiempo Rebecca?

—¡Estás loca!

—Gracias...— reí.

—¡No te rías! — suspiro frustrada. —Sera una misión suicida.