Unknown Known 3: Red |BTS|

Capítulo 29

—Señor, lo requieren en el patio. — le informo su mensajero Jin.

—Enseguida voy...— susurro.

Jin se marchó, dejándole la puerta abierta. Jackson respiro hondo y se levantó, saliendo de su oficina y encontrando a la mayoría de los soldados, reunidos en el patio, esperándolo a su señor.

—¿Qu-que es esto? — pregunto.

Enseguida Jin trajo a los chicos, Kevin y Mark.

—Un homenaje por los caídos...— exclamo Jin.

Entre la multitud, hizo su entrada Tae Hyun y JungKook, cada uno cargando una bandera doblada de Corea del Sur, y encima de cada una de estas había una foto de las chicas. Tae Hyun cargaba la bandera la cual iba a ser entregada a Kevin, con la fotografía de July. Y JungKook con la bandera que iba a ser entregada a Mark, con la foto de Rebecca.

—Unas palabras por favor...— suplico Jin hacia su comandante.

—Bien...— Jackson respiro hondo. —Hoy, nos reunimos, para realizar un pequeño homenaje, a estas valiosas personas, que ofrecieron sus vidas para que nosotros podamos continuar con las nuestras...— en ese momento su voz se quebró y guardo silencio. —Perdón...— se disculpó.

Jin se acercó a su comandante, y le dio una palmada en la espalda. Tomando por breves momentos su puesto.

—Sabemos que no ha sido fácil para nadie, cada uno ha atravesado cosas difíciles, hasta este punto. Por eso les pedimos que no se rindan, continúen, sigan atravesando esos obstáculos, ya que tienen un poco más de tiempo, que nuestras compañeras les han brindado con su sacrificio, no lo desperdicien, un día vamos a morir, pero gracias a personas valientes y de gran corazón, no será hoy... —Jin comenzó a derramar algunas lágrimas, pero aun así se mantuvo firme. —Hoy le damos un adiós a todas esas personas que se han sacrificado, por brindarnos un poco más de tiempo a todos los presentes...

***

Aquella noche en la base D, no fue igual a otras, se sentía la tristeza en el ambiente. En lugar de estar celebrando que tenían a la cabeza detrás de todo Heliux Inc. bajo custodia, esperando a ser llevado a una base de seguridad máxima al día siguiente por todos sus crímenes ocasionados, estaban de luto. Mark en compañía de Kevin, estaban en la habitación en la cual Rebecca y July junto con los chicos, habían compartido momentos previos a lo ocurrido.

—Las voy a extrañar...— susurro Mark, quien estaba sentado en la cama de Rebecca. Había colocado la bandera y la foto encima de la almohada. Al igual que Kevin, en la cama de July. —Deberíamos de ir a ver a Yoon Gi.

—Déjalo...— susurro el mayor.

— ¿Por qué?

—Creo que al igual que nosotros, quiere estar solo...

Kevin se levantó y se aproximó hacia la puerta, tomando la perilla y abriéndola, abandonando el lugar. Mark se quedó solo, tras unos minutos se recostó n la cama de Rebecca, mirando el techo, recordando aquellos besos robados y platicas que mantuvo allí con ella.

"—Pero que lindos cachetes...— exclamo él mientras le apretaba las mejillas.

—¡No hagas eso!

—Pero que tierna...— rio.

—¡Basta! — rio ella.

—No sigan así que me da diabetes. — exclamo Yoon Gi.

—Lo siento...— añadió Mark.

—Puedo verlos, así que no continúen así. — se volvió a quejar.

—Ok. — Mark se levantó y tomo la sabana. Jalándola para cubrir a su novia y a él hasta el cuello. —Para que no te quejes y no nos mires. — rio. Acto seguido con la sabana cubrió a ambos. Para luego robarle un beso a Rebecca antes de que esta se quejara por la oscuridad."

***

Chim estaba en la armería, sentada en el piso, con la espalda apoyada hacia la pared, no tenía una señal de vida de su hermana quien permaneció en Heliux hasta el final, mostrando lealtad a Heliux, para que el plan de los chicos resultada y no sospechara de nada.

—Hermana...— dejo caer su pistola al piso.

—¿Necesitas compañía? — pregunto alguien. Chim al alzar la vista vio a Madison a pocos pasos de ella. Asintió, Madison se aproximó hasta su lado y se sentó en el piso.

—La necesito a ella...— susurro Chim.

Madison comprendió a lo que se refería ella.

—Charlotte...— puso su mano en la espalda de su compañera. —Y-yo...

Madison buscaba las palabras apropiadas para decirle a Chim. Pero no las encontró, y simplemente dejo caer su cuerpo en el hombro de la pequeña y la abrazo fuertemente.

***

En uno de los salones subterráneos, Chim ingreso con la bandera y la foto de July entre sus manos, para ver en aquella esquina a Yoon Gi, quien se había calmado un poco, pero no por completo. Pero no estaba en su forma de lobo, tampoco era completamente humano. Sus ojos amarillos, sus garras, sus orejas puntiagudas y una cola de color marrón claro. Una fase que nadie había visto antes, ni él.

—Hola...— Chim lo saludo.

—Ho-hola...— Yoon Gi seguía mirando el piso.

—Traje esto...— alzo lo que tenía entre sus manos. Pero Yoon Gi no aparto su mirada del piso, Chim cerró la puerta y se aproximó hacia él, sentándose en el piso, enfrente de este. Tratando de encontrar sus ojos. —Yoon...—Trato de llamarlo. — ¡Yoon!

—Déjame...

—No.

—Necesito estar solo...

—Todos igual, pero no voy a desperdiciar ese tiempo que me han regalado, sin compartirlo con nadie.

—¿Qué? — Yoon Gi e mostro confundido ante las palabras de la pequeña, mirándola fijamente a los ojos, aquellos ojos marrones se unieron con aquellos amarillos.

—Ellas nos han regalado más tiempo, no sé cuando termine mi cronometro, pero en ese tiempo que me quede, no quiero estar sola...— ella escucho perfectamente las palabras de Jin y entendió el mensaje que este quiso transmitir. Ella tomo sus manos, no le importo las garras, ni aquel aspecto intimidante que Yoon Gi tenía en aquellos momentos.

—¡Déjame solo! — este le grito, empujándola, haciéndola caer al piso, en su muñeca pudo ver un rasguño, una hilera de sangre muy fina, cayendo hacia el piso.

—No...— susurro ella, volviendo a acercarse hacia él. Pero en esta vez, tomo su rostro y lo obligo a unir miradas otra vez. En el fondo conocía perfectamente quien era, lo vio muchas veces salvar vidas, proteger a las personas, no iba a dejar que su actitud en ese momento borrara todo lo que había hecho antes por los suyos. — Yo no voy a desperdiciar ese momento...—suspiro nostálgica. —¿Y tú vas a desperdiciar ese momento que te ha regalado tu amada? — le pregunto.