Unknown Known 3: Red |BTS|

Capítulo 42

—¿Ocurrio algo?

—Una pesadilla.

—¿Sobre?

—Mejor no preguntes...

—Ok.

—Jung...

Este tomo asiento a mi lado, me acomodo mis cabellos, los cuales estaban ligeramente despeinados.

—¿Fiebre?

—No. — quite su mano de mi frente. —Una pregunta...

—Claro.

—¿Por qué me dijiste sobre una venganza contra Hyun Seong?

—Pues...

—¿Qué sabes sobre ese maldito?

—No sé si estarás lista psicológicamente para escuchar esto.

—Jung...

—Bueno, sé que está haciendo un ejército, y este es más fuerte que el anterior.

—¿Qué?

—No sé cómo lo ha logrado ese maldito, pero quiere sacarnos ventaja.

—No podemos permitirlo. — trate de levantarme de la camilla, pero JungKook me lo impedía. —¡Hey! — grite. —Déjame pararme.

—July...

—¡Jung!

—¡Debes de mejorarte! — exclamo tomando mis hombros. —Una vez que estés recuperada, podrás hacer lo que quieras, por ahora, deja de ser tan terca y déjate cuidar...—me sentí frustrada. —Todos tus amigos están preocupados por ti, así que no hagas una estupidez en esa condición.

—Vale...

—Te estaremos vigilando.

***

Aquella noche, cuando creí que todos ya estaban durmiendo, me levante de la camilla, camine sin hacer ruido alguno y tome una de las motos que estaban en la parte de afuera de la base A2.

Conduje hasta que dio el amanecer y a lo lejos pude ver un lugar el cual me trajo muchos recuerdos.

—Aquí fue...—puse mi mano sobre los alambres. Al recordar aquella vez en la cual Yoon Gi estaba atrapado en el interior de este laberinto junto con los otros. Y le dije lo que sentía por él.

—Ayuda...— escuche una voz, a lo lejos.

Me di la vuelta de inmediato, asustada, pensando en correr al menor rastro de peligro. Pero en eso volví a escuchar aquella frágil voz.

—Ayu...—pude ver a lo lejos una mano que se alzaba, para luego caer en la tierra. Corrí hacia este, aunque fue un grave error, mi herida empezó a dolerme.

—Rayos...—si hago otros movimientos así, volverá a sangrar.

Cuando llegue hacia donde se encontraba aquella llamada de auxilio, pude ver que se trataba de un pequeño niño. Trate de levantarlo, pero este se asustó y trato de retroceder, con las pocas fuerzas que tenía.

—N-no...— parecía que suplicaba por su vida.

—Tranquilo. — le regale una cálida sonrisa, para calmarlo. —No pienso hacerte daño.

Pude ver como de los labios de ese joven broto una sonrisa, la cual se borró en los siguientes segundos, sentí como un arma, se posaba en mi espalda.