SUSPIRO DEL ALMA

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¿Cuánto tiempo más tendré que esperar? pensé ¿Qué demonios hago aquí? debería estar plácidamente en mi departamento viendo tonterías en Internet. Pero no, prefiero estar aquí sentada en la parada del camión, tratando de matar el tiempo, ¿por qué precisamente en este momento se le tuvo que ocurrir a mi padre llamarnos para aclarar cosas de su tonto testamento? ¿A quién le importa eso?

Por lo menos a mí no, la verdad no me apetece nada que venga de ese señor. Cuando más lo necesitamos nos abandonó y ahora cree que puede venir para arreglarlo todo con su estúpido dinero.

Justo cuando estaba a punto de levantarme para regresar por donde vine, se le tuvo que ocurrir al camión aparecerse, sin más remedio lo aborde, observe los rostros frustrados de las personas y me dije: No saben la suerte que tienen, por lo menos la mayoría de ellos regresarían a sus casa, pero yo tenía que ir a verle la cara a los cuervos que tengo por hermanos. A ellos sí que les importaba el dinero.

Un asiento se desocupo y de inmediato lo tome, en esta ciudad si no eres rápido no sobrevives mucho, trate de hacer ejercicios de respiración pero era en vano el simple hecho de pensar en las personas con las que me iba a encontrar hacia que mi estómago doliera como si le hubieran dado un fuerte puñetazo.

Estaba tan ensimismada tratando de calmarme que no me di cuenta que alguien que permanecía de pie frente a mi asiento me llamaba, levante la mirada y para mi sorpresa era mi frustrante padre.

-Papá que haces aquí no deberías estar ya en la oficina del notario.

-Si lo sé, justo cuando iba para haya mi auto se averió y tuve que tomar el autobús.

- Por lo que veo no te es nada placentero viajar con la prole. Le dije sarcásticamente.

-Cuando tenía tu edad creas o no también utilice el transporte público.

-Si te creo, lo más seguro es que haya sido en el tiempo en que le prometiste a mamá bajarle la luna y las estrellas.

-Katrina, vamos a empezar de nuevo con esto, ya les explique el motivo por el cual tuve que irme, ¿por qué eres la única de tus hermanos que aún no logra superarlo?

-Ni lo haré. Dije entre dientes. – ¿sabes por qué?, a pesar de que soy la de menos edad en esta familia si así se le puede llamar, soy la única con mente propia y dignidad.

-Por favor Katrina. El hecho de que hayas rechazado lo que por igual les ofrecí a ti y a tus hermanos no te da mente propia, solo te pone como una persona ambiciosa que se le hace poca cosa lo que se le está brindando.

- Ja! enserio piensas eso de mí, pues bien padre perdona por lo que te voy a decir, pero la verdad no se si eres tonto o te haces, si haces un recuento de los hechos. Soy la única que te regresa las llamadas por decisión propia.

-Tus hermanos no las regresan, las contestan en ese momento.

- Si, que bueno, el hecho de que las contesten indica que te quieren tener contento pues tu dinero les permite estar 24 hrs al día en sus casas holgazaneando, en cambio yo tengo que salir y ganarme el techo, la ropa y la comida con las que sobrevivo.

-No me vengas con quejas ahora, si tú fuiste la única que no acepto mi ayuda.

-No, si no me estoy quejando, porque me siento orgullosa de no tener que depender de alguien que cree que todo se compra con dinero.

- Katrina cuantas veces voy a tener que pedirte disculpas, no puedes simplemente dejar todo atrás.

-Si con un simple lo siento se arreglara, todo entonces porque existen las leyes y la policía.

-Sabes, eres la única de todos tus hermanos a la cual amo de verdad, porque se, que a pesar de todo tú también eres la única que me quiere por lo que soy, con defectos y virtudes, también sé, que en el fondo ya me perdonaste solo que no quieres aceptarlo.

-me sorprende lo bien que me conoces, después de que pasaste 7 años fuera de casa, sabes yo no quería riqueza, yo solo quería un padre con el cual convivir y pasar un rato agradable. Mis lágrimas comenzaron a rodar por mi mejillas sin que pudiera hacer nada para detenerlas, mi intento de ocultarlas ante la mirada de mi padre fue en vano, él se agacho y me apretó contra su pecho en un cálido y largo abraso como nunca antes nos habíamos dado uno.

-Katrina. Dime que me has perdonado por favor.

- Si, te perdono, a pesar de todo te quiero y lo sabes.

-No sabes cuánto me alegra oírte decir eso, creo que aquí bajamos no.

- Al parecer. Dije secando las lágrimas de mi rostro.

Bajamos del autobús y nos detuvimos frente a la puerta de la notaria, le dije a mi padre que no quería que mis hermanos vieran mi debilidad que sabía perfectamente que no me gustaba mostrarla y menos a ellos así que le dije que fuera primero, el entro y me tome unos minutos para calmarme, y después emprendí la marcha, cuando llegue mis hermanos estaban llorando desconsoladamente, lo primero que imagine fue que mi padre no les había dejado lo que pensaban que se merecían.

-Ahora que pasa donde esta papá, acaso les dijo que no les dejaría nada o que. Madre volteo la mirada estaba llorando a mares, ¿Qué demonios? todo esto por un estúpido testamento, voltee en todas direcciones buscando a papá para pedirle una explicación pero no lo encontré por ningún lado.

-Alguien por favor podría decirme que pasa. El notario me miró fijamente.

-señorita acabamos de recibir una llamada. Justo cuando su padre venia para acá sufrió un terrible accidente que le arrebato la vida.

- ¿Qué? no pero... mi voz desapareció repentinamente. No podía creerlo, no daba crédito a lo que mis odios estaban escuchando, en ese momento comprendí que el odio que había sentido hacia mis hermanos y todo el rencor que tenía en mi corazón habían desaparecido, pues mi padre me había pedido perdón y yo se lo había concedido, mi conciencia estaba completamente tranquila no me arrepentía de nada, mi padre me amaba y el donde quiera que estuviera ahora, sabía que yo siempre lo ame también.


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⏰ Última actualización: Jun 29, 2023 ⏰

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