capitulo 8

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--- ¿Qué estás haciendo?--- preguntó ella.

--- Lo que tú quieres ¿No estoy aquí para eso?

--- Creo que deberíamos esperar.

--- ¿Hasta cuándo? ¿Hasta después de la cena?

--- Hasta que... hasta que nos hayamos instalado un poco--- dijo ella insegura.

--- Lety, este trato ha sido idea tuya, no mía --- dijo él acercándose a ella ---. Estoy dispuesto a cumplir mi parte.

--- Si hubiera querido mantener relaciones sexuales con un extraño, me habría dado una vuelta por la playa.

La idea de que Lety se acostara con otro le hacia hervir la sangre. Sin embargo, era obvio que debía de haber tenido muchas relaciones. Su padre entre ellas.

--- Pero no somos extraños ¿verdad?

--- Iré hacer la cena--- dijo ella.

Pero él se puso delante, bloqueando la salida del dormitorio.

--- ¿Qué quieres que sea entonces? ¿Un gigoló? ¿Quieres que obedezca tus órdenes como si fuera un perro o algo así?

--- Esperaba que el deseo fuera algo mutuo como era antes--- dijo ella cerrando los ojos brevemente, como si estuviera recordando.

--- ¿A cuando te refieres? ¿A cuando te acostaste con mi padre?

--- Ya te he dicho que no me acosté con él--- respondió ofendida.

--- Pareces olvidar que te vi saliendo de su habitación. Tenías el pelo revuelto, el maquillaje corrido y el cuello enrojecido.

--- Creé lo que te dé la gana--- suspiro ella.

Su vulnerabilidad estuvo a punto de hacerlo dudar. Lety se llevo la mano a la cabeza para arreglarse el pelo. Estaba templando.

.--- Fernando antes solíamos llevarnos bien--- dijo ella---. ¿No te gustaría tener eso otra vez?

--- ¿Le estaba pidiendo que volviera a comportarse como un estúpido? Eso nunca. Dada la relación que habían tenido y el historial de los Mendiola con las mujeres, dejarla había sido su única alternativa.

-No quiero volver a cometer los mismos errores -dijo él. -Nunca he considerado que lo nuestro fuera un error. ¿A qué estaba jugando? Debía tenerla contenta para evitar el riesgo de que ella abandonara todo el trato y él y sus hermanos lo perdieran todo. No había empleado la palabra «amor» en ningún momento, pero parecía necesitar un mínimo de cariño antes de acostarse con él.

Si era seducción lo que quería, eso era lo que iba a tener.

Pero nada más.

No volvería a engañarle.

ANTIGUOS AMANTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora