Love You Forever [Zerrie]

Capitulo Dos

Su marido tenía una amante.

No había otra explicación además de esa, volvía ridículamente tarde, no la tocaba, era distante y parecía no encontrarla atractiva en lo absoluto.

Mierda, ella se había colado en su maldita ducha y ni eso sirvió.

Antes Zayn la hubiera tomado contra la pared y la hubiera echo gritar tanto que la pobre Priscila hubiera quedado horrorizada.

Pero en cambio, Zayn solo murmuró un simple.

Estoy cansado.

Esa era la excusa más estupida y pobre que Perrie haya oído.

Podía ser el karma pateándola con fuerza por lo que hizo en sus años de juventud?

Podía ser la lección que la vida había decidió enseñarle a la fuerza?

Perrie salió de sus pensamientos cuando su celular sonó.

-Hola, Ele.

-Nena, estoy en el Santina; ya sabes, esperándote.

-Estoy en camino. Solo hay mucho tráfico- dijo la rubia incómoda antes de ponerse de pie e ir a su closet y cambiar su simple atuendo por un vestido de manera rápida.

-Bien. Te espero, máximo quince minutos y si no llegas voy a ordenar sin ti, bien?

-Bien, te amo.

-Yo también me amo, nena. Adiós- Perrie casi vio la sonrisa de su amiga al otro lado de la línea.

Una vez lista Perrie bajo con rapidez las escaleras.

-Frank!- llamo al hombre quien no tardó en aparecer.

-Dígame, señora Malik.

-Necesito reunirme con Eleanor ahora. Estás ocupado o me puedes llevar?

Zayn insistió en que Frank era indispensable para Perrie desde que se casaron. Era su encargado de seguridad y su chofer y por más que Perrie insistía en que podía ir por la ciudad sola Zayn no la escucho.

Una débil sonrisa se hizo presente de manera involuntaria en su rostro al recordar cuando su esposo era sobre protector.

Como cambian las cosas con el tiempo.

* * *
Perrie miro a Eleanor quien aún miraba a la rubia con sorpresa ante su declaración.

-De a pocos me está matando esto. Estar en esa casa me vuelve loca- murmuró Perrie antes de tomar la copa de vino frente a ella.

Ambas amigas se encontraban almorzando en el centro de Londres, entre vino, y cigarrillos las confesiones de hacían presentes.

Eleanor se inclinó para ver a Perrie.

-Estas escapando de algo y no me quieres decir que es- adivino la castaña y Perrie trago duro.

-No es eso- mintió.

-Perrie, sea lo que sea que esté pasando, va a terminar en una explosión y en ti rompiéndote y cuando pase, va a ser porque no me dejaste ayudarte cuando aún era controlable.