Ya no aguanto más... déjame amarte

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Al otro día en la escuela Martín estaba frente a Leonor... ella lo miraba como si percibiera lo que el iba a hacer... pero no sabía lo que él sería capaz de hacer por recuperarla.

-Leonor -la mira.
-¿que quieres?, acaso vienes a.. -fue interrumpida por aquel beso que Martín le da.

Todos los miraban, hasta Aby...

-¡¿que haces?! Como te atreves... despues de todo lo que me dijiste ese dia -alza la mano para darle una bofetada pero Martín la detiene tomando de la muñeca su alzado brazo.
-basta de huir de lo que siento o temo a sentir, para no salir herido! -la mira.

Leonor lo mira impresionada.. pero con felicidad oculta.

-¿a que te refieres?...
-desde que te fuiste... sentí que una parte de mi se iba contigo... me intrige bastante descubriendo que parte era o el por que -mira a otro lado - hasta que... supe que era mi turno de amar otra vez pero ahora de la forma correcta -se acerca a ella.
-Martín... -lo observa con timidez.

Sólo se miran. Nada se dicen... hubo un minuto de silencio.

- ya no aguanto más... déjame amarte -la mira a los ojos. Su color profundo, tocaba lo más hondo de Leonor.
- ¿eres consciente de lo que dices?...
-lo soy, lo soy... por eso digo que tu eres la rosa cuyo color nunca marchitara en mi corazón... eres ese rocío que cae cada mañana en mi mente invadiendo de recuerdos tuyos y tus retratos..
-Martín... -lo mira.
-que dices... ¿me perdonas? Estoy arto de huir siempre... ¿quieres ser aquella chica que me haga desvelar por las noches con tus encantos, la que hace cambiar mi forma de ser.., por la cual lucharía por un "nosotros"?.
-eso es lo siempre quise.. -lo mira tímida.
-desde esa tarde pude ver en tus ojos que me querías más que un amigo, y en ese entonces partiste mis esquemas, comenze a sentir algo pequeño pero muy sincero.. ahora lo que siento es tan bello como tú -se acerca a ella tomandola de la cintura.

Leonor sólo lo veía, no tenía palabras para explicar lo que sentía.

-pero.. estas seguro Martín? -mira a otro lado triste.
-lo estoy, eres tan especial que conviertes mi sombra en tu luz.
-quiero ser la que tenga esa llave para entrar en tu corazón... quiero ser la estrella de tu mirada...
- y yo el príncipe de tus sueños... -la mira a milímetros de sus ojos.

Todos los miraban...

-has iluminado mi camino... y ahora yo quiero iluminar el tuyo Leonor.

Martín paso sus manos por la cintura de Leonor.... quedando sin forma de huir. La miraba con delicadeza. Por fin la tenía en sus brazos.. por fin ella se dejo llevar en sus brazos. Los demás no existían... sólo ellos, los dos hacían un aura perfecta de amor...

-Martín... te amo... -lo mira tímidamente.
Martín la miró sonriendo.... estaban unidos por un mismo sentimiento.. la historia de dos amigos unidos por la pasión. Un cuento perfecto, quizás un cuento sin final...

"Yo el príncipe y tu la princesa con tacones de cristal".

-y que haremos ahora...
-sólo dejar fluir nuestros corazones... - se acerca a ella, tocando sus mejillas.. puso una mano en la cintura de Leonor y la otra en su mejilla izquierda. La acercó a él y acabaron en un profundo beso...

Un beso lleno de pasión, de emociones ocultas... y sinceras, y que mejor... dejar fluir todo sentimiento a través de un beso sincero como aquél.

Al acabar el beso se miraron y se dieron cuenta que habían perdido la cordura de si mismos... suspiraron, se miraron a los ojos y con una sonrisa en sus labios. Martín le guiña su ojo izquierdo como si estuviera por hacer algo o cómplices de sus hechos, le da la espalda y mira a los alrededores.

-quiero que oigan todos los presentes de este momento... yo Martín Jones tiene un corazones palpitante sólo para Leonor.. ni la fuerza más poderosa o sobrenatural podrá quitar estos acrecentados sentimientos hacia ella.

Nadie decía nada, sólo lo miraban...

-me da igual lo que piense a mi alrededor.. no saben lo que siento sin ti... -mira a leonor- ella es el lugar en el cual quiero estar.
-Martín... -lo mira -es suficiente... ya todos saben que nos amamos.
-lo se ... -la mira sonriendo.
-vamos...
-¿a donde? -Le dice ella con un tono curioso pero timido.
-sólo sigueme, nunca te guiaria en malos caminos- la toma de la mano entrelazando sus dedos.

Llegan al patio de la escuela... estaban por salir de clases... aprovecharon los últimos minutos para hablar. Se instalaron bajo un árbol.. ella apollada en el tronco de aquel arbol y el acorralandola con sus brazos por la cintura.

-estaba nervioso... pero ansioso por verte, pase muchas noches pensando en ti... necesitaba poseerte, que estuvieras entre mis brazos. Algo ocurrió en mi cuando me dejaste aquel día -pone su cabeza en el hombro de Leonor en forma de rendimiento ante sus sentimientos.

Leonor sonrie sonrojada y pone su mano derecha en la cabellera de Martín.

-yo igual pase muchas noches pensando en ti... pero lo oculte muy bien ante ti. Nunca pensé que te llegarías a enamorar de mí... -suspira.
-pero mirame... -la mira -estoy rendido ante ti.. me enamoraste.
-te había echado tanto de menos y ahora te tengo conmigo.

Leonor se posa en el pecho de su amado. Se sentia protegida a su lado, como si fuera su escudo el cual siempre estará ahí para cuidarla, protegerla y defenderla de cualquier daño o mal momento que viva... sentía que a su lado eran invencibles, nadie derribaria su principado amor...

-al princio se me hizo extraño. Y aún no sé cómo explicarlo.. creerlo para mi fue complicado. Tenerte ahora a mi lado y comenzar a trazar un camino a tu lado.
-te amo Martín.. -lo abraza.

Martín la abraza igualmente..

-somos distintos pero a la ves somos iguales... y ahora es nuestro momento de amar y confiar -Martín le dice.
-así es... es nuestra oportunidad de amar.. y trazar juntos un camino.

Los ojos de Leonor brillaban, con sus voluminosos lentes que hacían ver sus ojos amplios y más bellos... sus ojos eran cafés, no eran, ni verdes, ni azules... sólo un café miel que para Martín resaltaban y eran los más bellos que había visto es su vida.

-será un gusto formar momentos a tu lado.
-y también será el mío.

Martín pensando en ella, entrevio por primera vez el amor, como se divisa a su edad: un paraíso de felicidad indefinida, ardiente, dorado... como la luz que irradia cada mañana por su ventana.

Una mirada enamorada...

Corazones EntrelazadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora