Capítulo 2: Cuestión de tiempo

26 1 0
                                    

15 años después...

Vio su reflejo en el café y tomó la taza decidido a terminar con su contenido, le dio una hojeada al periódico buscando algo interesante en que distraerse en lo que su desayuno aparecía frente a sus ojos pero una punzada de nostalgia lo inundó al ver el anuncio de un seguro de vida: una familia muy feliz caminaba tomada de la mano; mamá, papá y una pequeña, dejó la taza sobre la mesa al igual que el periódico llevando casi de inmediato su mano a la boca... reflexionando, a pesar de que los años habían tratado de aliviar su dolor con alcohol y mujeres aún la necesitaba, había sido muy difícil enfrentarse a la vida; una pequeña criatura se acercó sigilosamente y lamió su mano sacándolo de sus pensamientos, sonrió al ver al animal agitando la cola como tratando de salvarlo de sus pensamientos tortuosos

-Buen día Bee- le acarició el lomo para después tomar de nueva cuenta la taza entre sus dedos, fijó la vista en la mesa viendo el lugar vacío de su hija, se le hacía extraño que no estuviera pues la mayoría de las veces ella ya lo esperaba, escuchó unas pasos aproximarse a el, la mujer depositó una charola en la mesa y una jarra con jugo de naranja –Sophie, ¿llamaste ya a Isabella para desayunar?-

-Si señor, dijo que baja en un momento, parece que se desveló haciendo un trabajo para la universidad- se alejó dejando al hombre sumido en sus pensamientos... ¿su hija haciendo labores el viernes por la noche?, le resultaba extraño ya que normalmente la pelinegra dedicaba los sábados para eso.

Lo que él desconocía es que la chica había charlado hasta tarde con su mejor amiga, ahogando sus penas en una malteada de chocolate y llorando tanto que su cabeza, de por sí hecha un desastre, amenazaba con destruir su ya tan fatídica noche... -habla conmigo hasta que te quedes dormida- dijo la rubia detrás del teléfono –Perdóname por esto, y por tener que aguantar mis tonterías Kat- sollozaba la pelinegra. -¿Para qué son las amigas tontuela?- añadió Katherine, su mejor amiga desde que inició la universidad. Las tres de la mañana... Isabella miró el reloj y no podía creer la cantidad de horas que llevaba llorando –Es mejor que me duerma ya, creo que inundaré mi habitación con tantas lágrimas y tendré que conseguirme un bote y remos- ambas rieron, como tratando de romper aquellas horas de melancolía –antes de colgar quiero saber una cosa... ¿Lo haz vuelto a ver?- la pelinegra calló y recordó aquel momento, cuando caminaba de regreso a su casa luego de lo que parecía un interminable día en la universidad, se detuvo a comprar un café y al salir chocó accidentalmente con un chico, mucho más alto que ella, tez blanca, ojos avellana y esa sonrisa... fueron solo segundos, los cuales le parecieron horas, sintió una corriente recórrele todo el cuerpo cuando cruzaron miradas, él esbozo una dulce sonrisa y le devolvió el juego de llaves que se le había resbalado traviesamente de entre los dedos, no puedo articular palabra solo devolverle el gesto, el chico pasó a su lado entrando al establecimiento dejando a Isabella en blanco, llegó a contarle emocionada el acontecimiento a su amiga la cual tuvo que elegir esa noche para recordárselo – No... pero, ¿Porqué se te vino a la cabeza eso?- preguntó la pelinegra – Curiosidad , parecías muy emocionada cuando me lo contaste- respondió la rubia –Eso fue hace dos semanas, además fue sólo una tontería, como cualquier chico que te encuentras en la calle- La ojiazul detuvo el teléfono entre su hombro y oreja mientras se colocaba la pijama
– Sólo quería hablar de otra cosa y que olvidaras todo esto... en fin, espero estés mejor dentro de unas horas- la pelinegra sonrió y volvió a tomar el teléfono
–Muchas gracias por escucharme, te quiero, mañana me espera una larga charla con Taemin, vuelve de Marruecos.
-Un regaño es lo que tendrás, pero sabes que te adora y que seria capaz de romperle el rostro a ese sujeto- dijo Kat enmedio de un bostezo
-Lo se, descansa, y nuevamente gracias- cortaron al fin.

Todo eso impidió que la hija de Buck Farro no durmiera lo suficiente, sentía el cuerpo pesado y el corazón más que destrozado, había terminado su flamante relación de dos años, todo gracias a las superficialidades del sujeto que creyó conocer... dos horas después de que Sophie la llamara a desayunar pudo levantarse, tomó una ducha y eligió un atuendo sencillo, dejando que su larga y ondulada cabellera cayera traviesa sobre su espalda... salió de su habitación y caminó hasta la sala donde su padre la esperaba, miró cada uno de sus movimientos hasta que estuvo delante de él...

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 03, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Revenge is sweeter《Choi Minho》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora