Día 3 después de ti
No existe una sola persona en el mundo, que no haya conocido a otra persona que le volteó el mundo. Y con esto me refiero a que te cambian todo; todo. Nunca vamos a olvidar ese día, vivirá calco y copia, como una imagen indeleble en el alma, en el cuerpo, en toda la composición.Esa ida al centro comercial, es esa vez de la que hablo. Se me cruzó una vez en la mirada y nunca más se fue, al menos en el sentido espiritual. Joshua permanecía sentado en uno de los sillones de la plaza, observando la pantalla del celular con mucho interés. Yo observaba una chamarra de piel en una de las tiendas menos concurridas, la veía a la distancia pensando en cómo luciría con ella. Parecía un poco grande para alguien como yo, así que desistí en comprarla y también en seguirla observando. Le clavé la mirada a mi mejor amigo para ver si su celular lo había dejado en paz. Le di un golpe con el codo muy cerca del estómago y eso lo sacó del letargo.
—Te golpeare si lo vuelves a hacer.
Pronunció molesto mientras bloqueaba su estupido celular.—Y yo te golpearé si no dejas un momento el celular.
Respondí toscamente.Se levantó para estirarse, y su figura parecía enorme. Con sus casi 1.80 de estatura, era muy notoria su presciencia.
—Estoy muriendo de aburrimiento, Javier. Vamos a dar una vuelta al menos.
Sugirió sin mucha emoción. Dio dos pasos y fue en ese preciso momento en que la vida me convertiría en escritor. Me jaló entusiasmado, y todo mi cuerpo se hizo añicos. Le regresé el jalón y lo insulté.—¿Por qué me jaloneas?
Reprendí con el ceño fruncido.—Es ella Javier, es ella.
Me confundió su respuesta y me quedé quieto.—¿Ella?
Pregunté curioso y comenzó mi búsqueda. Buscaba algo que no conocía, algo complicado.—Si, ella, quiere una cita contigo. Me preguntó tu nombre en el colegio. Se veía muy interesada en ti.
Me daba vueltas la cabeza. ¿cita, interesada en mi? Mis fantasmas comenzaron a danzarme. Lo miré sorprendido, porque era extraña la idea de que alguien se pudiera fijar en un chico como yo. Es decir; no era un chico atractivo, ni musculoso, ni tampoco era popular, hasta mi nombre era simple; Javier. Incluso creo que mi único amigo era Joshua, que por cierto era todo lo contrario a mi. De mentón masculino y pómulos resaltados, ojos verdes, dientes perfectos y un carísima casi innato. Siempre pensé en como carajos nos hicimos amigos, éramos totalmente diferentes. Yo era demasiado intelectual para él y el demasiado atractivo para mí. Aunque la fusión terminó funcionando, nunca nos hemos peleado. Y no existe otra persona que me conozca tan bien como él.—¿Es la chica de azul?
La idea me desanimó, no porque fuera un chico superficial. Si no por el hecho de que no había sentido esas mariposas de las que tanto me habían hablado. Aunque, en efecto la chica de azul no era de lo más atractivo.—No, tarado. Es esa que parece arco iris.
Dijo entre risas, sin saber que el verla había sido como ver un arco iris; llena de color, lejana, única. Guardé silencio y la observé esperando alguna conexión con lo que me había dicho Joshua, quería sentir esas mariposas (frase cursi, lo sé). Pero no hubo mariposas... fue algo más, yo lo describiría como un choque eléctrico, o la explosión de una meganova. Con arco iris se refería a su ropa. Vestía un pantalón morado, nada lindo, por cierto. Una blusa blanca con una estampa de los Beatles de los tiempos de la "Beatlemania". La cara de Lennon aún lucia joven, no entiendo como pude observar ese tipo de detalles. Puede ser que, ser fanático de Lennon me haya ayudado. Los zapatos encajaban perfecto con su atuendo, unos converse sucios y muy desaliñados.—Es linda.
Dije tímidamente sin despegarle los ojos un segundo, sin si quiera parpadear.—¿Te gustó? Se lo diré.
Con rapidez se encaminó hacia ella. Joshua tiene esa seguridad de que le gusta al mundo, pero, conmigo era diferente, y él no lo entendía. Yo era un tanto tímido, no retraído, pensándolo bien, reservado. Me gustaban y aún me gustan las cosas que van de a poco, construyéndose, y no que nazcan de la nada. Así que lo jalé del hombro y lo detuve.
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Cien días después de ti
Teen FictionCien días después de ti, cien días que nacieron mucho antes de que tomara la tinta. En el momento justo en que Camila puso sus labios en los míos. A ojos cerrados, a corazón abierto. Con la ignorancia absoluta de que iba a extirparme el corazón.