1- El primer encuentro, el inicio de todo.

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Misaki se encontraba en el sofá de la sala, sosteniendo en sus manos un álbum de fotografías que había recibido por parte de Tanaka. Sonreía con cada una de las fotografías que había en cada página, Akihiko lucía lindo de verdad.


─Usagi-san se ve tan adorable –dijo al observar una foto donde Akihiko, de 6 años, se encontraba sentado en la nieve con un abrigo morado. En muchas de las fotos mostraba una pequeña sonrisa, pero en otras su rostro lucía apagado y triste.


─¿Misaki estás ahí? –Se escuchó desde la cocina.


─¿Eh? Sí, estoy en la sala –respondió Misaki.


Akihiko se acercó al sillón en donde estaba Misaki–. ¿De dónde sacaste eso? –preguntó señalando el álbum.


─Ah, Tanaka-san lo envió cuando tu no estabas... ¿sucede algo?


─No, es solo que no recuerdo haber visto ese álbum antes. –Sonrió mientras se sentaba al lado de Misaki.


─No deberías tener ningún problema con que mire tus fotos, tú tienes muchas de mí sin autorización.


─Tengo la autorización de Takahiro, así que las obtengo con permiso –aseguró con orgullo. Misaki solo lo miró con una pequeña venita en la frente y suspiró.


Ambos siguieron pasando de página conforme veían cada uno de los recuerdos, de vez en cuando Misaki hacía preguntas y Akihiko resolvía sus dudas. Todo iba bien hasta que Akihiko detuvo el dedo de Misaki, abriendo sus ojos y mirando sorprendido una imagen en particular:


Una hermosa mujer, pálida, de pelo plateado y ojos color rubí, sonriendo cálidamente con un niño pequeño en sus brazos. Estaban en una banca que tenía algo de nieve, pero lo curioso era que al lado había una pequeña máquina, unida a la señora por medio de un cable que conectaba hasta su nariz.

Misaki vio nostalgia y tristeza en los ojos de Akihiko, quien no dejaba de acariciar con su dedo a la mujer en la foto.


─¿Quién es ella Usagi-san? –preguntó curioso. Akihiko salió de su shock y volteó a verlo soltando un suspiro.


─Ella era mi madre.


─¿En serio? Oh y ese eres tú ¿no? ─expresó con ternura. Akihiko respondió asintiendo con su cabeza, viendo como Misaki miraba las fotos con emoción.


─Sobre tu madre... Nunca había oido de ella. ¿Dónde está ahora?


Akihiko se puso serio.


─Ella murió.


Misaki se sorprendió bastante por su tono, arrepintiéndose de haber preguntado.


─...tenía problemas en los pulmones, o algo así. Estaba unida a esa máquina porque sus pulmones no funcionaban bien; pero no murió de la enfermedad. Fue cuando yo era un niño; La asesinaron.


─Y-Yo siento haber mencionado...


─Está bien, es un hecho que ya superé, no te preocupes –dijo suavemente mientras acariciaba los cabellos castaños de Misaki–. Vamos a comer, la sopa debe estarse enfriando.

Misaki vio como Akihiko se levantaba y se dirigía al comedor como si nada. Quería saber más de su pasado. "No es el momento indicado" pensó.


─¿No vas a comer? –preguntó Akihiko.


─Sí, voy.

...


-Inicio de la historia. Prólogo-


Anabel Usami.


Era su segundo día en la escuela y aún se sentía extraña estando en otro país. Mudarse de Inglaterra a Japón no era tan sencillo, pues son muchos los cambios: el lenguaje, la cultura, el clima... La escuela.

La joven chica, de unos 18 años, tuvo que transferirse a otra escuela debido a muchos de sus problemas, la mayoría familiares. Pero no era como si le importase, al contrario, no tenía nadie a quien pudiera extrañar. A excepción de pocos amigos.


Cruzó la puerta de su nuevo colegio, escuchando los comentarios que había oído el día anterior:

─Esa es la chica nueva.

─Dicen que es de Inglaterra.

─Claro que es inglesa, miren su piel de esqueleto.

─Las inglesas son muy lindas.

─Pero ella es rara, no la he visto sonreír para nada.

─Miren esa cosa, parece una caja.

─Se ve como un robot con esos cables en la nariz.


Por suerte, ya había oído eso el día anterior.

Entró a su clase y se sentó en un pupitre cerca de la ventana, acomodando su concentrador de oxigeno. No había hablado con nadie desde el primer día y pensaba mantener su fría actitud hasta que alguien se le acercara.

Viendo en reloj se dio cuenta de que aún faltaban varios minutos para que la clase comenzara. Suspiró pesadamente y decidió leer.

A medio minuto detuvo su lectura y recordó con mal humor su "antigua vida escolar": Antes no tenía amigos, tan solo compañeros; no hablaba mucho más que para participar en clase y lucía seria, sin sonreír. Ahora comenzaba a suceder lo mismo pero era diferente, pues tendría que cargar con su "chatarrita".


Chatarrita, era el nombre que le había puesto a aquel aparato unido a su nariz. Desde pequeña tuvo problemas en los pulmones, pero nada tan grave hasta los 10 años, cuando comenzó a asfixiarse en clase. Luego de varias "visitas" al hospital y de enterarse que sus pulmones no podían soportar el oxigeno natural, tuvo que usar un concentrador de oxigeno para poder respirar. Era bastante molesto; tenía que cargarlo todo el tiempo consigo.


Perdida en sus pensamientos, sintió una mano que bajaba lentamente el libro de sus manos. Estuvo a punto de decir algo hasta que volteó a ver a esa persona. Se topó con unos brillantes ojos azules que la miraban cálidamente, pertenecientes a una chica. Traía el cabello sujeto en una coleta pero aún así dejaba ver su hermoso cabello azulado. Sus mejillas se veían coloradas y sonreía ampliamente.


─¿Eres nueva? –preguntó sonriendo.


─S-Soy... Me llamo Anabel, vengo de Inglaterra –respondió fríamente. Nadie le había hablado en todo ese tiempo, y ella llegaba como si nada. Le pareció extraño.


─Oh mucho gusto. Mi nombre es Nakeli Kusama –dijo extendiendo la mano. Anabel no pudo hacer otra cosa más que extenderle la mano, fascinada por su belleza angelical.


Fue ese momento, en el que iniciaría una gran historia en sus vidas

La historia antes de nuestro cuento (Precuela de Junjou Romantica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora