5.5. Fiesta de graduación, y una noche para las dos

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MINI ADVERTENCIA: Este capitulo contiene una pequeña escena  subida de tono. Si eres sensible o no te agradan ese tipo de contenidos, puedes seguir leyendo desde "La noche de graduación".


Una semana antes de la fiesta


Anabel estaba en el departamento de Nakeli. Hace dos años la peli-plata le donó un poco de dinero para que comprara uno más grande. Luego de unas cuantas replicas, ella aceptó.

Nakeli había mejorado con sus pinturas, afinando su técnica y volviéndolas más realistas. En realidad sabía cómo pintar personas pero casi nunca se dedicaba a ello, prefería dibujarlas.

─Te juro que compraría cada una –aseguró Anabel.

─No digas eso, no son para tanto.

─Claro que lo son.

Nakeli no respondió nada más.

Pasaron el día platicando y viendo unas cuantas películas, compartiendo sonrisas y unas cuantas cosas sin sentido.

Fue hasta la noche que recordaron su triste realidad.

─En una semana nos graduamos –habló con seriedad.

─Lo sé, ¿por qué lo dices tan repentinamente? –preguntó con extrañeza.

─Porque después de graduarnos, tendré que volver a Inglaterra.

Nakeli abrió sus ojos con sorpresa, para después contener lágrimas.

─¿A... Inglaterra?

Anabel desvió su mirada, para afirmar casi en un sollozo:

─Sí. Fueron órdenes de mi padre, tengo que heredar la compañía ¿recuerdas?

Nakeli se sorprendió por la indiferencia en su voz. Parecía no darle importancia.

─Lo sé. Lo sabía hace mucho ─respondió con molestia─. ¿Y tú aceptaste? ¿Así, nada más?

─Sabes que no es decisión mía Nakeli ─expresó sin mirarla.

─Anabel. Tus padres no querían que vivieras en Japón, ni que conocieras nuevas personas; mucho menos que tuvieras libertades ─replicó la peli azul─, desobedeciste sus ordenes, ¿por qué hacerles caso ahora?

─Porque estamos a punto de dejar nuestra vida escolar ─afirmó con seriedad─, ya no somos las torpes estudiantes de hace años. Estamos a punto de graduarnos y tomar grandes decisiones en nuestra vida...

─¿Irte a Inglaterra? ¿Esa es una gran decisión en tu vida? ─preguntó con tristeza e ironía─. ¿Dejar lo que formaste aquí? ¿Seguir lo que querían tus padres...?

─¡Basta! ─interrumpió repentinamente la peli plata. Mirandola a los ojos, continuó─: ¿Crees que yo quiero hacer esto? ¿Crees que no me duele saber que tendré que irme de aquí?

─Anabel...

─¡Claro que duele! ─gritó casi en un sollozo─. Por favor Nakeli, entiende que ahora es diferente. No puedo seguir desobedeciendo a mis padres; ésta en una orden que debo aceptar.

La peli-azul dejó de contener sus lágrimas y se lanzó a sus brazos. Ambas comenzaron a sollozar, consolándose mutuamente con un abrazo.

Luego de unos minutos, Anabel se separó de ella, quedando frente a frente.

La historia antes de nuestro cuento (Precuela de Junjou Romantica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora