-Gracias- Saqué mi cabeza de su pecho.
-¿Estas bien?- Me miró preocupado.
-Sí- Mentí mientras intentaba mostrar una sonrisa convincente.
-Claro- Dijo desconfiado- ¿Necesitas algo?
-De hecho sí- Sonreí.Aunque no esté segura terminare este problema de raíz y Martín es el único que me puede ayudar, su imagen me servirá mucho para lo que tengo planeado hacer.
-¿Qué quieres haga por ti?
-¿Puedes venir mañana a las dos de la tarde a buscarme?- Martín de inmediato sonrió.
-Claro- Dijo sin sacar la sonrisa de su rostro.
-Entonces nos vemos mañana.
-Sí- Miró el piso y luego alzó su vista y me mostro su sonrisa.
-Adiós- Camine hacia la puerta.
-______- Me giré y él ya estaba a escasos centímetros de mí.
-¿Qué paso?
-¿Enserio estas bien?
-No mucho pero no puedo amagarme la vida por eso, lo mejor es verle el lado positivo a las cosas- Le sonreí.
-Vaya, eres la versión en femenino de Matias- Dio una carcajada- Oh, lo siento- Dijo al ver como mi sonrisa se giraba inversamente.
-No importa- Puse mi mano en su hombro.
-Nos vemos mañana- Me dio un beso en la mejilla.
-Adiós- Me giré y entre a la casa de mi abuela.Las luces estaban todas apagadas y no había ruido alguno así que subí las escaleras y me metí a la habitación que se suponía que era la mía.
-______- Sentí como alguien me movía el brazo.
-¿Qué paso?- Me restregué los ojos y me encontré con la imagen de mi abuela.
-Que lindo vestido.
-Sí, lo es- Me senté en la cama.
-No te oí llegar.
-Llegue temprano- Sonreí.
-Te creo pero al parecer estabas tan cansada que ni siquiera te metiste a la cama- Rió- ¿Cómo estuvo la fiesta?
-Bien- Me paré rápido para evitar el tema- ¿Qué hora es?
-Las doce y media.
-Iré a bañarme.
En la ducha llegué a la conclusión de que necesitaba a Matias, por eso necesito poner mi plan en marcha lo antes posible.
Salí de la ducha y estuve diez minutos intentando decidir que ponerme. Estoy empezando a creer que tengo más ropa aquí que en mi propia casa.-Hola- Me saludo mi abuela cuando estaba bajando la escalera.
-Hola-Sonreí- Tengo hambre.
-Ve a la mesa, te serviré el almuerzo.
-Okey.Me senté en la mesa algo inquieta esperando que llegara mi abuela con el plato de comida ya que estaba que me moría del hambre.
-¿Qué hora es abuela?
-Son las una y un cuarto- Respondió cuando aparecía desde la cocina con un plato en mano.
-Gracias- Le dije cuando ponía el plato frente a mí.No tarde nada en devorarme la pasta que había preparado mi abuela, pero todavía mi estómago me pedía más así que algo apenada tuve que pedirle a mi abuela que me sirviera un poco más.
-Estoy llena- Le dije a mi abuela cuando iba a dejar el plato a la cocina.
-Dame acá linda- Me quitó el plato de las manos- ¿Vas a salir hoy?
-Sí, lo siento- La miré algo triste- Sé que vine a pasar las vacaciones contigo pero...
-Cariño- Me interrumpió- Eres joven y tienes que disfrutar tu vida, te agradezco que hayas venido pero si quieres quedarte aquí tienes que prometerme una sola cosa.
-¿Qué cosa?
-Que saldrás sin importar que yo me quedé sola, no te preocupes por mí... esta vieja se puede cuidar sola-
-¿Segura?- Ella asintió- Gracias- Le di un largo abrazo- Iré a buscar mi teléfono para salir.
-Diviértete.
Subí corriendo hacia mi habitación y comencé a buscar entre mi bolso el celular. Al ver ese bolso recordé cuando Matias se lo había puesto cruzado por el hombro, se veía tan lindo con el. Podría a ver seguido pensando en él pero para mi suerte la puerta fue golpeada justo cuando hallaba mi teléfono.
-¡Yo voy!- Grité bajando como un rayo las escaleras- Hola- Le sonreí al encontrármelo tras la puerta.
-Hola- Me devolvió la sonrisa.
-Adiós- Le dije a mi abuela que se asomaba por atrás de mí.
-¿Qué quieres hacer?- Preguntó Martín en cuanto comenzábamos a caminar.
-Ir a un lugar.
-¿A qué lugar?
-Después te enterarás.
-Eres misteriosa... Eso me gusta- Rió por lo bajo.
-Hay mucho que no sabes de mí.
-¿Por qué no me cuentas sobre ti?
-¿Qué quieres saber?
-¿De dónde eres?
-De Rosario.
-Estuve el mes pasado ahí visitando a mi tia.
-Genial.
-Sí ¿Cómo es tu vida allá?
-Increíble, no me quejo.
-¿Tienes novio allá?
-Tenía.
-¿Por qué terminaron?
-La relación se estaba volviendo muy monótona así que...
-Lo mandaste a la...
-Algo así- Lo interrumpí.
-Lo sabía- Rió.
-Me agradas- Lo miré y sonreí.
-Tú igual a mí.
-Al principio no me agradabas en absoluto.
-¿Por qué no?- Frunció el ceño.
-¿Y lo preguntas?- Reí.
-No entiendo.
-Odio a la gente arrogante, y bueno esa fue la impresión que me diste ayer- Alcé los hombros- Además no me agradaron algunos comentarios tuyos.
-Dime uno por ejemplo.
-A ver...- Me puse a pensar- Cuando insinuaste que Matias y yo habíamos tenido sexo- Él se puso reír.
-¿De qué te ríes?
-Dime que tú no habrías pensado lo mismo.
-Bueno... Sí pero no lo hubiese dicho.
-¿Segura?
-Okey, lo hubiese dicho.
-Te gané.
-Mentira porque yo lo hubiese dicho si te conociera pero en ese momento éramos extraños así fue algo desubicado.
-¡Rayos! Me ganaste.
-Siempre gano- Me burle sacándole la lengua.
-¿Me dirás que hicieron en esas tres horas?- Me miró serio pero después le fue inevitable no reír.
-Caminar hacia la fiesta.
-¿Caminar?- Me miró raro.
-Sí, Matias olvido echarle gasolina al auto.
-Que es estúpido.Martín se puso a reír y de alguna forma me pegó su risa. Ambos no podíamos parar de reír pero de un momento a otro la risa de Martín paro.
-¿Qué paso?
-¿Qué estamos haciendo aquí?- Me miró preocupado ganándose en frente mío.
-Tengo que solucionar un problema.
-No es lo que yo estoy pensando... ¿Cierto?
-No sé qué rayos estás pensando Martín así que con permiso- Pase por su lado y seguí caminando- Creí que tú me ayudarías en esto pero veo que no.
-Te ayudare-Apuró el paso y camino a mi lado.
-¿Estás buscando a Alejandro?
-Sí.
-Siempre está por ahí- Apuntó un callejón.
-Lo sé, la primera vez que llegó aquí me lo encontré en ese preciso lugar.
-Ahí está- Lo indicó con la mano.
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Electric Shock (Matias Cordaro) - Primera Temporada TERMINADA
Фанфик''Electric Shock'' Dicen que cuando menos esperas las cosas estas suceden pero en mi caso fue diferente, lo único que deseaba en ese momento era a alguien que me protegiera, alguien que me abriera sus puertas y me dejara entrar, como ella lo hizo. N...