Capitulo 16

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  ¿Por qué debería estar celoso?- Preguntó Martín algo serio.
-No lo sé, eso me gustaría saberlo- Dijo Valentin.
-¿Tengo cara de estar celoso?- Todos asintieron a la pregunta de Martín a excepción de Matias y yo.
-Crean lo que quieran- Se encogió de hombros- A ______ la conozco hace muy poco me cae muy bien, es linda pero nada más.
-Dile eso a Matias, la conoció hace tan solo dos días- Rió Mariano desencadenando la risa de Naju y Valentin.
-Mentira- Matias les saco la lengua- Han pasado tres días.
-¿Los cuentas?- Preguntó Valentin mientras Matias callaba.
-¿Acaso también cuentas las horas?- Dijo Martín con tono sarcástico.
-No, eso ya sería demasiado- Dijo Matias sentándose en la cama cuidadosamente.
-No sé por qué no te creo- Naju se sentó a su lado y puso su mano sobre su hombro.
-¡Auch!- Se quejó Matias pasándose la mano por el hombro.
-Lo siento.
-Ten- Valentin le extendió su polera de vuelta.
-Rayos- Susurré y todos me miraron- ¿Lo dije en voz alta?- Todos asintieron.
-¿Es mi idea o tú no quieres que Matias se ponga la polera?- Preguntó Naju sagazmente.
-Se ve sexy sin polera- Dije intentando no mirar al morocho.
-¿¡Justin sexy!?- Exclamó Martín sorprendido.
-Sí- Dije otra vez con la vista alejada del ojiverde de ensueño.
-Matias es tan sexy como un koala- Todos rieron.
-Los koalas son sexys- Contra ataque.
-No, técnicamente son adorables, pero es imposible que un koala sea sexy- Dijo Martín y todos me observaron esperando mi oposición.
-Para mí Matias es sexy y punto final- Me crucé de brazos y miré a Matias que ya estaba con la polera puesta y con la vista baja- ¿Paso algo Matias?- Le pregunté y él levanto su cabeza.
-No, nada- Dijo con toda la sangre acumulada en sus pómulos.
-¿Lo ves?- Martín paso su brazo por mi hombro- Matias es adorable, no sexy.
-Esta lista la comida- Dijo el padre de Matias entrando a la habitación.

Carlos vio a Matias quien estaba totalmente rojo, para buscar repuesta me miró a mí pero lo único que obtuvo fue confundirse más al ver a Martín con su brazo por mis hombros así que antes de irse le dedico una mirada a Martín que no fue para nada difícil de descifrar.

-Estas en problemas- Dijo Valentin en cuanto Martín sacaba su brazo de mi cuerpo.
-Lo sé- Asintió.
-Nunca hay que meterse con la novia del hijo de un militar- Dijo finalmente Naju.
-No exageren- Rió Matias parándose de la cama lentamente.
-Por esa mirada que le mando a Martín no estaría tan seguro.
-Estas siendo paranoico Valentin.
-No, no lo estoy siendo.
-Que mi padre trabaje con armas y tenga licencia para matar no signi...
-¿¡Licencia para matar!?- Martín abrió los ojos del tamaño de la luna.
-Era broma- Dijo Matias dando una carcajada.
-Tu padre me da miedo- Expresó Valentin agitando la cabeza de arriba a abajo.
-¡Bajen!- Se oyó la voz del padre de Matias desde abajo.

Los chicos se miraron nerviosos y en cosa de segundos ya estaban en la escalera mientras Matias y yo caminamos lentamente y sin prisa hacia ella.

-¿Así que eres un koala y no me lo habías dicho?- Lo abracé por detrás y él se quedó inmóvil.
-Es un secreto- Dijo en un susurró en tanto tomaba mis manos.
-Yo también soy un koala- Apoyé mi mentón en su hombro.
-No te creo- En un ágil movimiento tomo mi mano me dio una vuelta y me dejó contra la pared del corredor.
-Wow- Dije teniéndolo a centímetros de distancia.
-Y yo que pensaba que eras un elfo.
-Oye- Me crucé de brazos.
-Una linda elfa- Deslizó su mano por mi mejilla.
-Eso está mejor- Puse mis manos en su cintura.
-Sabes que estaría mejor- Apoyó una de sus manos en la pared.
-¿Qué llovieran Skittles?
-No, bueno sí- Rió- Que...
-¡Matias!- Gritó Leti.
-¿¡Qué!?- Respondió Matias de vuelta bastante molesto.
-¡Baja!
-¡En un momento!- Volvió a mirarme.
-Tengo hambre- Hice una mueca.
-Está bien- Dijo algo decepcionado.
-¿Qué pasa?- Pregunté cuando él comenzaba a bajar la escalera.
-Nada- Me sonrió.
-¡Hasta que al fin llegaron!- Dijo Naju alzando las manos al aire- ¿Qué estaban haciendo?
-Nada- Respondimos ambos.
-Siéntense a comer.

¡Oh mi dios! Nunca había visto tanta comida en mi vida. Es imposible que entre Leti, Carlos, yo y los cinco chicos nos acabemos esto sin después tener que irnos rodando a nuestras casas.

-¡Auch!- Se quejó Matias sentándose en la silla.
-¿Estas bien cariño?
-Si mamá- Dijo poniendo caras de dolor.

En definitiva no hay nada más adorable que Matias fingiendo estar bien mientras su vista está totalmente pegada en la comida. Al parecer la comida es lo único que lo calma.

-Espérame- Leti se paró de la mesa- Y no comas nada todavía- Le advirtió a su hijo mientras se marchaba.
-¿A dónde va?- Preguntó Carlos.
-Ni idea- Respondimos todos de forma sonora.
-No puede ser- Dijo Matias con su vista en la escalera.
En ese momento o único que quería era estallar de la risa, pero, me guante a diferencia de los chicos y el padre de Matias que se pusieron a reír como locos.
-No es necesario- Dijo Matias moviendo los dedos.
-Sí, lo es- Dijo mientras la risa se me escapaba- Ahora levántate de la silla.
-Pero mamá...
-Arriba- Indicó y Matias no tuvo más remedio que obedecer.

Paré de reír ya que no me estaba causando mucha gracia como los chicos y Carlos... ¡Y Carlos! se reían del pobre y almohadado Matias.

-Falto una almohada por ahí- Bromeó Naju.
-¿Dónde?- Preguntó Leti.
-¡No!- Exclamó Matias- Estoy bien, no me duele nada.
-Como te va a doler algo, si tienes cojines hasta por el...
-En mi casa no Martín- Advirtió Leti seria.
-Okey- Dijo apenado el moreno.
-Porque mejor no comemos- Dije mirando a Matias que articulaba un silencioso "gracias"

¿Recuerdan lo que dije antes sobre nosotros y la comida? Bueno... ¡Gran error! La comida se hizo poca ya que los chicos –Matias- comieron como cerdo –comió como un
puerco hambriento- y no dejaron nada –dejo el plato blanco y reluciente-.

-¿No hay más?- Preguntó el acolchado.
-¿Quieres más?- Dijo Leti sorprendida.
-Digo- Se aclaró la garganta- No, solo preguntaba- Dijo nervioso.
-Claro- ironizó su madre.
-Creo que me iré- Dije viendo como ya eran las siete de la tarde.
-Te acompaño- Dijo Matias intentando pararse pero lo único que consiguió fue quedar de cara contra el piso- ¡Ah!- Gritó en el piso.
-¿Estas bien?- Preguntó Mariano entre risas mientras lo levantaba.
-Auch- Se pasó la mano por la espalda.
-Ve a acostarte hijo- Dijo Leti llevándolo con cuidado camino a la escalera.
-No, acompañaré a ______ y después lo haré.
-No- Dijo su padre- Sube.
-Pero...
-Ahora- Lo miró fijo.
-Pero papá es que...
-Sube Matias.
-Vuelvo en diez minutos. Ya no me duele nada.
-No, punto final.
-Pero...- Me miró fijamente.
-¡Basta Matias! ¡No!
-Creo que nosotros nos vamos- Naju me tomó del brazo y me llevó hacia afuera.
-Vaya- Dijo Mariano cuando ya empezábamos a caminar rumbo a Pacific Street.
-Eso fue algo incómodo.
-Sí.

Caminamos unos cinco minutos en silencio, bueno, cinco minutos silenciosos por parte mía ya que los chicos por su parte parecían cotorras en su propio mundo, aunque Naju me miraba de vez en cuando para disculparse por haberme sacado de la casa de Matias sin siquiera haberme dejado despedirme.

-Aquí me quedo yo- Dijo Martín haciéndome detener el paso.
-¿Es tu casa?- Le pregunté.
-Sí- Apunto la casa azul que estaba a sus espaldas.

Todos nos despedimos de él pero cuando retomábamos el paso Martín me jaló del brazo y me apegó a su cuerpo sin que los demás se percataran.

-No estoy celoso- Me susurró en el oído.

Dicho eso me separé de él y miré a la izquierda para cerciorarme que los chicos no hubiesen visto eso, para mi suerte no lo hicieron pero al ver a la derecha me encontré a un metro de nosotros a Matias mirándonos pasmado.  

Electric Shock (Matias Cordaro) - Primera Temporada TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora