•Capitulo 3 (Primera parte)•

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Reina de las matematicas:

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Reina de las matematicas:

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La clase de Química no era más que una pérdida de tiempo para la mayoría de los alumnos. No era la clase favorita de muchos que se pueda decir, ni para Tammi le parecía divertida. Se sentó en su pupitre dejando caer sus libros en mala gana. Algunos alumnos entraron después de ella; minutos después el timbre sonó haciendo que en la puerta del salón apareciera un hombre esbelto, de una altura larga, pequeña barba, cabello oscuro, y su mueca era irresistible. Llevaba un pequeño maletín alado suyo dejándolo por fin caer a su mesa. Detrás de, un alumno entro en cautela esperando no ser visto, desafortunada mente si lo fue.

— ¿Por qué tanto apuro, Nebel? —Apunto el profesor a su estudiante con un pequeño rotulador en una de sus grandes manos. El alumno lo observo.

— ¿Cómo sabe mi nombre?, —Pauso buscando una salida —. Jamás lo había visto.

— Es mi obligación saber el nombre de cada y uno de todos ustedes.

Su mirada viajo través del alumno ordenando con ellos que se sentara. Después se dirigió a los pupitres viendo todos los rostros que pudo observar. Se recargó en la mesa donde estaba su maletín, abriéndolo, de este saco una pequeña hoja con todos los nombres de cada uno de los alumnos del grupo.

— Soy su nuevo maestro de Química —Hizo una pausa —. Al parecer su maestra anterior, la señorita Bell's, si no me equivoco. Tuvo unas pequeñas contracciones y está internada en el hospital. Estaré unos meses por aquí como repuesto.

Dirigió su mirada hacia Tam para después sacar un pequeño suspiro. Otra vez mostrando su irresistible mueca, aunque ahora era una muy fría y pensativa. No dudo en quitar su mirada de ella y sentir que sus hombros se relajaban después de un suspiro.

— Hasta entonces todo aquel en este salón seguirá mis reglas. —Hizo una pequeña sonrisa extravagante y redoblada —Esto es simple. Si digo que salten ustedes saltan, si digo que corran ustedes corren.— Sus manos se movían de forma chistosa explicando la situación.

Fue interrumpido.

—¿Por qué tenemos que seguir sus reglas? ¿Qué hay diferente de la bruja que de usted? — Grito alguien desde la fila de atrás sacando unas pequeñas carcajadas. Sus compañeros le siguieron el juego.

— Tentadora propuesta, Ferrer. —El profesor se levantó de su asiento. —Mi respuesta es la siguiente. — Hizo una tentadora pausa, sus labios se fruncieron en otra sonrisa aun ams ancha que la anterior— ,la diferencia es que yo no tengo ningún control de mis... Acciones.

El alumno se puso rígido y pálido. Su sonrisa de desvaneció.

— Yo no dudo en castigarle. Y créame, mis castigos no son de tener que escribir de derecho y al revés en una hoja completa una frase. Ya no son niños, mis castigos los podrán descubrir por cada falta que hagan. —Su voz sonaba ronca y reconfortante. De alguna forma transmitía cierto sonido de amenaza.

The dark swallow's [#PDA2016]Where stories live. Discover now