11 ¿Claire qué?

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Mi cuello dolía y mi cabeza, las imágenes de Justin atacándome venían como flashes a mi cabeza. Pero todo valía la pena cuando aún en mis labios se sentían los de Adam. Fue uno de los momentos más mágicos que viví jamás. En la noche solo pensaba en ese beso y sentía aún las cosquillas en mi estómago. Algo que nunca había sentido con nadie. Repito, con nadie.

Mirando al techo con una sonrisa boba, me levante de la cama y el teléfono comenzó a sonar. Contesté con el mejor humor del mundo.

–¡Emma, necesitas venir al hospital ya! Brad...

Ni siquiera le di tiempo de terminar y salí corriendo de la casa. Tome mis llaves y me fui. Subí a mi auto y manejé lo más rápido que pude sin que un policía de tránsito me detuviera.

En menos de veinte minutos ya estaba en el hospital. Llegue a la recepción y pregunté por Brad Traynor. 

Me dieron la dirección en la que mi hermano se encontraba, sin embargo, no pedí más información. En el trayecto me encontré con William.

–Hey, tranquila.– me dijo intentando calmarme.

No me había dado cuenta de lo alterada que estaba.

–¿Dónde está? ¿Qué le pasó? ¿Cómo está?– dije tan rápido como pude.

–Wow, wow, wow. Esas son muchas preguntas para...

Y me di cuenta de lo que estaba haciendo. Estaba evitando responder a esas preguntas.

–William.– lo interrumpí.

–Despertó.

–¡¿Qué?!– en imposible, Brad no podía despertar porque, según lo que nos había dicho el doctor, el tenía que estar en observación y después lo pasarían a cuarto, la observación ni siquiera ha terminado. ¿Cómo puede ser esto posible?– ¿Cómo...?

–No lo sé. Él solo despertó hoy.

No rea repliqué. Estaba helada. No podía ser verdad, o al menos tenía que haber una explicación.

–¿Dónde está?– pregunté.

Will tomó mi mano y me guío a la habitación donde Brad se encontraba.

Llegamos y William abrió la puerta y yo no me atrevía a mirarlo. Pero lo hice. Entré al cuarto de hospital y ahí estaba. Su cara tenía unos cuantos moretones pero no parecía ser nada grave. Tenía una máscara de oxígeno. Tenía cables conectados en sus brazos y muñecas. Había máquinas al rededor de la camilla. Dormía pacientemente. Nunca en mi vida había estado en un cuarto de hospital. Sin embargo se parecía mucho a los de la televisión. La diferencia es que al verlos en la tele no se siente la misma angustia, estrés, impotencia y dolor.

Mi celular vibró, era un mensaje de Adam.

Adam:
"Sal, estoy afuera de tu casa" 7:15 A.M.

–¡Mierda!– exclamé en voz baja.

Yo:
"No estoy en casa, estoy en el hospital. Brad despertó" 7:16 A.M.

Adam:
"Voy para allá" 7:16 A.M.

No contesté, no había necesidad. Solo me dediqué a contemplar a mi hermano. Ni siquiera me di cuenta cuándo William desapareció de la habitación.

Comencé a escuchar quejidos y gemidos de parte de Brad y me puse alerta. No sabía que hacer. Lentamente comenzó a abrir los ojos. Aún sigo sin entender cómo es posible que Brad esté consciente.

–¿Brad?– dije sin saber que más decir.

Escuché otro gemido de su parte. Brad terminó de abrir los ojos y me miró. Una sonrisa se formó inconscientemente en mis labios al tiempo en que las lágrimas amenizaban con salir, pero no iba a llorar en frente de él.

ALÉJATE DE MÍ (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora