23. Necesito regresar allí

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Regresamos a la cabaña.

Estábamos en medio de la nada, rodeados por árboles, sin ningún tipo de comunicación o medio de transporte. ¿Qué íbamos a hacer? ¿Cómo íbamos a sobrevivir?

Entramos y me dirigí al sofá para sentarme. Necesitaba procesar lo que estaba pasando. Escuché un ruido sordo proveniente de la cocina y rápidamente me dirigí allí. Justin tenía su frente recargada en la palma de su mano y había una taza de metal en el suelo.

-Justin...

-No, no digas nada, Emma. Esto es tu culpa.- sale a toda prisa de la cocina dejándome sola y con el ceño fruncido.

-¿Mi culpa?- digo ofendida, señalándome con el dedo. Salí detrás de él.

Me miró, la frustración en su miñada se podía notar a kilómetros.

-Déjame solo, Emma. Por favor.- se alejó de mí y salió de la cabaña.

¿Qué voy a hacer ahora?

Estoy sola en la cabaña, sin ningún medio de transporte o comunicación. Lo único que se me ocurrió hacer fue limpiar la cabaña, para matar el tiempo y cansarme lo suficiente como para poder dormir por muchas horas.

La noche comenzaba a caer y Justin aún no había llegado, ahora sí comencé a asustarme. ¿Qué tal si le había pasado algo? O peor, ¿qué tal si decidió irse y dejarme aquí sola?

Todo lo peor me rondaba por la cabeza hasta que escucho que la puerta de la cabaña se abre, corrí rápidamente a la entrada y vi a quien menos esperaba ver en el mundo, mi boca se entreabrió y tuve que parpadear al menos diez veces para comprobar que si era él. Había escuchado a mi hermano y Justin hablar de él como si fuera el mismísimo diablo, sin embargo, jamás me voy a asustar de él.

-Te voy a sacar de aquí.- fueron sus palabras antes de caer completamente dormida.

PRESENTE:

-Emma... Adam no va a volver.

Fruncí el ceño y lo miré a los ojos, sus ojos me decían que no me estaba mintiendo o jugando una broma.

-¿Qué? Pero, ¿tu cómo sabes eso?- mi pulso se había acelerado. él no podía saber eso si ni siquiera tenía ningún tipo de relación con Adam.

-Sólo lo sé, Emma. Sé que se fue y que no va a volver, no puedo decirte nada más.- dijo restándole importancia, cuando el realidad para mí tenía toda la importancia del mundo.

Justin me miró y luego comenzó a caminar hacia la puerta de su casa. Sacó unas llaves las cuales, al parecer, conocía perfectamente, ya que sólo le bastó tocarlas para saber cual era la correcta e insertarla en la ranura de la puerta. Al prestarle atención a sus movimientos me percaté de algo que no había notado. Sus manos estaban llenas de sangre y mis ojos se abrieron hasta el tome, él lo notó y rápidamente bajó las manos.

-No... no es lo que crees... no es mi sangre...-me miró con una pizca de preocupación y nerviosismo. La verdad es que para este punto yo ya no sabía ni que creía.

-¿De quién es?-si no era suya, tenía que ser de alguien... o algo. Pero, ¿cómo consiguió sus manos llenas de sangre de alguien más? Las peores ideas se arremolinaban en mi cabeza.

-Es de Matt.-mis ojos se abrieron tan grandes que creí que en cualquier momento se saldían.

-¿¡Qué le pasó a Matt!?-chillé y sentí mis ojos nublarse de lágrimas. Tenía tiempo sin verlo, sin embargo, eso no significaba que iba a dejar de quererlo. 

ALÉJATE DE MÍ (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora