21. Necesito recordar

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PRESENTE:

El cambio repentino de Matt no dejaba de darme vueltas en la cabeza, el que estaba en casa, diciendo cosas horribles no era Matt, sin embargo, el chico al que estoy abrazando estos momentos, sin duda alguna es Matt.

Se separó de mí, disculpándose de nuevo. Negué con una sonrisa, dándole a entender que una disculpa no era necesaria, y no lo era, pero aún sigo dándole vueltas al asunto. ¿Por qué actuaba así? Era como si alguien le hubiera pagado para que actuara de esa manera, y debió haber sido un muy buen fajo, porque sé que Matt jamás me haría daño. Descarté inmediatamente la idea, ¿quién querría hacerme daño? Me refiero a que, no soy un ángel, pero que yo sepa, no tengo enemigos.

-Está bien, ¿tienes hambre?- me preguntó. 

Asentí sin decir nada, no había comido nada desde ayer en la noche, no tenía hambre, Adam estuvo reprochándome, pero lo convencí de que comería apenas llegara a casa, pero ahora estoy aquí y no sé cómo diablos llegué, pero estoy con Matt y me siento segura, aunque sé que no debería, algo me dice que este Matt no me hará daño.

-Está bien, iré por algo de comer, quédate aquí, ¿bien?

-Bien.- respondí, y él se marchó.

Regresé a la cama y me acurruqué en las sábanas verdes de su cama, olían a él. No sé muy bien en qué momento me quedé dormida y entré en un sueño profundo, algo que no pasaba hace mucho. 

Los insistentes rayos del sol que se filtraban por las cortinas me obligaron a abrir los ojos. De pronto no reconocí la habitación, pero al ver hacia todos lados supe inmediatamente mi ubicación. Recorrí lentamente la habitación hasta que mis ojos se toparon con el cuerpo completamente dormido de Matthew sentado en el sofá, ¿por qué durmió en el sofá? 

Vi el reloj de la mesita de noche de Matt, marcaba las 10:32 de la mañana, ¿acaso dormí aquí?

Volteé en dirección del cuerpo de Matthew dormido. Se veía tan pacifico, su pecho subía y bajaba con cada aspiración e inspiración. Sus párpados cerrados, sus labios estaban ligeramente separados. De ese modo parecía indefenso y vulnerable. 

Un ruido sordo interrumpió mi admiración y su sueño. Salió de un brinco del sofá al escuchar el sonido del teléfono de casa sonar desde la mesita de noche. Lo tomó y lo acercó a su oído lentamente. Estaba tenso y se podía notad a kilómetros.

-Sí, sí ella está bien. Sí, lo sé, lo siento. Está bien, lo haré. No, no lo hice, adiós. Está bien, adiós.- Todo lo dijo de una manera fría y cortante. Colgó el teléfono.

Mi estómago rugió de una manera fuerte y sonora. Matt, me miró y después rió, casi pude sentir como se relajó un poco más gracias al ruido delicado que hizo mi estómago. Me uní a su risa.

-¿Tienes hambre?- preguntó con diversión.

-Nop.- contesté haciendo una mueca y negando con la cabeza.

Rió de nuevo.

-Vamos a buscarte algo de comer, Em.- dijo sin desaparecer la sonrisa de su rostro.

Salimos de su habitación, a la cocina y Greta estaba cocinando algo que olía muy bien, o tal vez era mi imaginación ya que tengo mucha hambre, tengo más de 24 horas sin comer.

-Hola, cariño.- me saludó Greta animadamente, se acercó a mí y me envolvió con un cálido abrazo materno.

-Hola.- le regalé una sonrisa y le devolví el abrazo.

-Hacía mucho que no venías para acá, te hemos...

-Nos tenemos que ir mamá.- dijo Matthew, interrumpiéndola. 

ALÉJATE DE MÍ (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora