14. ¿Eso fue una amenaza?

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Maratón 1/3. Sii.... al fin. 

Que lo disfruten.

***

Oh. Por. Dios.

Jamás creí que Adam me lo diría. Estaba en un estado de shock. Incapaz de articular palabra alguna. Solo podía mirarlo con os ojos muy abiertos y rezando por que mi mandíbula no se desprendiera me mi cara.

Y fue cuando lo supe, supe que Adam se había ganado mi corazón, supe que a partir de ahora todo se derrumbaría y supe que Adam había logrado que empezase a olvidar mi estúpido enamoramiento con mi mejor amigo para poder sentir un algo verdadero y sobre todo mutuo. 

-Creo que es este momento tendrías que decir algo.- dijo Adam. Abrí mi boca y nada salió así que decidí cerrarla y dar el siguiente paso. 

Jalé su rostro hacia el mío con mis ambas manos, sellé sus labios con los míos, de una manera un poco más necesitada y hambrienta. Después de su confesión era todo lo que quería y necesitaba hacer, sus labios se movían al compáz de los míos, Su mano viajó hasta mi mejilla que seguía aún caliente. Sus labios eran exquisitamente perfectos para los míos como si hubieran sido hechos a la medida exacta. Mi respiración era pesada y espesa, segundos después rompí el contacto con él, de una manera no muy brusca.Recobré la respiración aunque mi corazón aún estaba afectado. 

-¿Eso te sirve de respuesta?- dije en un casi susurro. Asintió frenéticamente, de pronto sus labios se habían estampado con los míos de nuevo. Era como probar el cielo.

Rompió el contacto conmigo, lo cual me causó una inmensa decepción interna, prendió el motor y en menos de dos segundos estábamos en marcha de nuevo. Mi sonrisa era totalmente evidente y no me molesté en ocultarla ya que Adam parecía estar igual de afectado que yo.

Cuando llegué a casa Will estaba sentado en un sofá hablando con alguien por teléfono. Venía tan contenta que decidí avanzar hacia él y darle un beso en la mejilla, él me sonrió de respuesta y se volvió a la llamada que probablemente sería Alison, ya casi le decía cuñada.

Entré a mi habitación, todavía tenía esa sonrisa pintada en la cara. 

Me recosté y pensé que seguramente, mañana tendría que ir a visitar a Brad después de la escuela, no aguantaría no contarle a alguien esto, mis mejores amigas tienen que esperar un poco más.

Esa noche dormí como un ángel y desperté con una encantadora sonrisa en los labios. Me duché, me cambié, me arreglé y todo eso lo hice con el mejor humor del mundo. Bajé, Will ya no estaba, pero mis padres estaban desayunando.

-Hola cariño.- dijo mamá.

-¿Alguien está de buen humor hoy?- dijo papá.

-Buenos días mamá, buenos días papá. ¿No es una excelente mañana hoy? ¡Claro que lo es!- me respondí yo misma. De verdad, nada ni nadie podría arruinar este día. 

Les di un beso a ambos en las mejillas y salí de la casa. Me adentré a mi coche y partí hacia la escuela.

Mi primera clase fue matemáticas la clase pasó rápido y solo hicimos ejercicios fáciles. No había visto a Adam, y no sabía como iba a reaccionar si lo hacía, ¿qué la iba a decir? 

Sacudí la cabeza para olvidar eso y salí del salón, alguien estaba esperándome. La persona que menos esperaba ver. ¿Qué hacía ella aquí? Digo, estudiamos en la misma escuela pero nunca hablamos. ¿Qué hace esperándome? 

Catherine se acercó a mí cuando me vio. Con paso decidido.

-Emma, necesito hablar contigo.

Por alguna razón, motivo o circunstancia los nervios se dispararon dentro de mí.

-Ahora mismo no puedo Catherine, me tengo que...

-Es sobre Matt.- me interrumpió.

Decidí dejarla hablar.

-No sé que diablos pasó, o que le hiciste pero necesito que lo arregles. Matthew está muy mal, Emma. Greta se está volviendo loca. Este no es Matthew. Y amenazó a Greta con irse, y no quiero que eso pase. Todos estamos muy preocupados por él. No sabemos que es lo que va a pasarle y no quiero que haga una estupidez. Para cerrar con broche de oro volvió con Adele. Ella lo está influenciando. Lo está haciendo ver cosas que no son. Emma, sé que no debo pero sé cosas, sé muchas cosas- ¿cómo se supone que debo interpretar eso?- Necesito que lo ayudes, tú eres la única que puede.

Dicho eso, desapareció por el pasillo. Ok, me equivoqué, si podían arruinar mi día perfecto.

Pero, ¿eso fue una amenaza? No sé como interpretar las palabras de Catherine, pero lo más importante ¿A qué se refería con lo de que ella "sabe cosas"? ¿O con lo de que Matthew está mal y que solo yo lo puedo arreglar? 

~*~

Adam me había hablado toda la clase de literatura sobre diversos temas, enfocándose en que en la cafetería debería haber miércoles de pizza -lista mental: a Adam le gusta la pizza- yo solo lo contemplaba desde mi asiento, no había mencionado nada de lo de anoche, pero aún tenía una duda.

-Y, ¿son ciertos los rumores?- pregunté recordando en que, antes de conocerlo, lo tenía en el concepto de "Rey de la promiscuidad".

-¿Cuales de todos?- preguntó divertido.

-El más popular. Que eres el rey de la promiscuidad y que tienes herpes.- sabía que no era cierto, pero quería escucharlo de él mismo.

-Bueno, depende que tanto los creas.- respondió.- ¿Tú crees que yo soy el rey de la promiscuidad y que tengo herpes?- oh, que retórico. 

-Bueno, tal vez eres el rey para evadir preguntas, pero no el de la promiscuidad. Lo de la herpes, bueno, ahí si no te sabría decir...

La campana sonó, interrumpiéndome. Adam tenía una sonrisa de diversión al tiempo que su gesto anunciaba que pronto tendría su venganza. 

Llegamos a la cafetería, llegamos a la fila de alumnos esperando su desayuno, aunque no tenía demasiada hambre. 

-Entonces, ¿son ciertos los rumores?- preguntó Adam, sacándome de mis pensamientos.

-¿Qué rumores?- pregunté frunciendo el entrecejo. 

-Que estas enamorada de Matthew. 

Uh, golpe bajo. Esa si que no me la esperaba.

Casi me ahogo con mi propia saliva, las palabras habían quedado suspendidas en mi garganta no sé por cuanto tiempo y Adam lo tomó como una respuesta. Iba a protestar, quería decirle lo contrario, pero no pude, porque no me gusta mentirle a la gente que me importa.

Salí de la cafetería, no quería hablar de Matt y menos ahora que la gente tiene rumores no tan falsos de nosotros. Sentí varias miradas posarse en mí, sin embargo, no me importó. Salí de allí a toda prisa, casi corriendo.

Sentí las lágrimas picando mis ojos. ¿Por qué diablos tengo que llorar por todo?

Llegué a la salida del instituto y subí a mi auto. Me senté e el asiento del conductor y recargué mi rostro en el volante. 

No voy a llorar. No voy a llorar. No voy a llorar.

Súbitamente alguien apareció por el asiento del copiloto. No me atreví a ver quien era. Sabía quien era. 

-Adam déjame sola, por favor.- dije.

-¿Qué te hace pensar que soy Adam?

Preguntó aquella voz. 

***

Okay, no me maten, es un capitulo super corto, pero, en mi defensa es el primero del maratón 1/3 sé que son pocos 3 pero hago lo que puedo y de verdad me esfuerzo. 

Sigan leyendo...


ALÉJATE DE MÍ (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora