Rubius
-- Rubiuuuh – grita con falsa emoción Mangel, para seguido tomarme de las manos y empezar a saltar como niña pija. Yo le sigo la corriente y cinco segundos después estamos descojonados de la risa – hola Bea – saluda a Beatriz con un beso en la mejilla – hola futura madre de mi sobrino – y ahora saluda a Alexa.
Beatriz se atraganta y toce repetidas veces. Mangel la mira preocupado, y le acaricia la espalda para intentar aliviarla. Logra recuperarse.
Vamos afuera de la estación de trenes y nos dirigimos al auto de Alexa.
-- ¿Puedo conducir hoy? – pregunto haciendo puchero.
-- No, sabes que no puedes conducir mi auto, nadie puede – me recuerda. Raios :'v
-- Ya déjala Rubius, de seguro las hormonas de embarazada la tienen de mal humor – ríe. Iba a decir algo pero me interrumpe – dime Alexa, ¿Cómo has conseguido que mi amigo no salga corriendo después de que se haya enterado de la gran noticia?
Un gran silencio habita el coche.
-- Ya hablaremos sobre eso, ahora dejadme conducir – dice incomoda mi novia.
Ahora que lo pienso... de seguro la actitud de Alexa seria la misma de siempre si estuviera encinta, ya que sus humores cambian hasta cuando no está en la regla xd
Cuando llegamos a la casa de Bea, que es a la que hemos arreglado ir, sentamos a Mangel en uno de los sofá y luego los tres que quedamos, nos paramos enfrente de él. Él nos mira extrañado y divertido a la vez, de seguro piensa que estamos de coña.
-- Habla o hablo yo – advierte Alexa viendo a su amiga. Ella suspira y se sienta junto a Mangel.
-- Alexa no está embarazada.
-- ¿Habéis perdido él bebe? Joder, lo siento –nos mira triste.
-- No, no han perdido nada porque ella nunca estuvo encinta...
-- No entiendo – comenta y de pronto Beatriz comienza a llorar. Joder que las hormonas la tienen al tope - ¿Qué le sucede a ella ahora? – pregunta mientras la abraza.
-- La prueba de embarazo era de ella – suelto de pronto. Alguien tenía que decirlo.
-- ¿Qué...? Madre mía... - balbucea. Queda unos minutos en silencio, tratando de procesar la noticia, mientras consola a la hormonal - ¿de quién es?
Comienza a llorar más fuerte.
-- Eso ahora no importa – digo antes de que le digan, conozco a mi amigo y sé que si le decimos que es de Jordan enloquecerá. Le arrebató a la chica que amaba – lo único que debes saber, es que no quiso hacerse cargo del bebe, por lo que debemos estar con ella más que nunca.
-- ¿No ha querido hacerse cargo? ¡Hijo de puta! – salta del sofá y camina de un lado a otro – por favor, decidme quien es.
-- No, harás una locura.
-- ¡Una locura mi polla! Quiero darle su merecido.
-- Ya se lo hemos dado nosotros, tu solo cálmate y deja de gritar, pones nerviosa a Beatriz y eso no es sano.
-- Lo siento... - se sienta de nuevo al lado de Bea y la abraza – no te preocupes, nosotros estaremos aquí para ti, te lo prometemos.
Con Alexa nos acercamos a ellos y nos unimos al abrazo.
-- ¿Ya has ido al médico? – pregunta Mahe.
-- No.
-- Pues iremos mañana, yo te acompañaré.
[...]
-- Que fuerte lo de tu amiga, de verdad no me la esperaba – comento mientras iniciamos la partida de Minecraft.
-- Ni yo, no pensé que estaría tan enamorada como para olvidarse de usar condón en un momento de calentura – murmura Alexa. Todavía no cae en todo esto.
-- ¿Te sucede algo?
-- Es que... ella amaba a Jordan, de verdad estaba enamorada. Que ese sentimiento la haya distraído a tal punto de haberse olvidado la puñetera protección, me da miedo. ¿Y si algún día se me olvida a mí? ¿O si me olvido un día de tomar la bendita píldora? Hasta ahora no ha pasado, porque tengo alarmas y tal, pero tengo miedo de hacerlo sin darme cuenta solo porque te amo. Sería muy estúpido.
Me tomo unos segundos para pensar en lo que ha dicho, y luego me doy cuenta de algo...
Pauso el juego de golpe.
-- ¿Qué has dicho? – le pregunto y cierra los ojos, como si no quisiera haberlo dicho.
-- ¿Qué sería muy estúpido? – pregunta.
-- Vamos cariño, sabes de lo que hablo – le aclaro y ella suspira.
-- Te amo.
No puedo evitar la gran sonrisa que se forma en mi rostro. Lo ha dicho, dijo que me amaba. No puedo reaccionar de otra manera que abrazarla, necesito sentirla, tenerla cerca y nunca más soltarla.
-- También te amo... no sabes cuánto tiempo llevo esperando que me lo digas.
Ella ríe y me abraza más fuerte.
Espero esto nunca termine.
Siento que agacha un poco su cabeza y empieza a dar pequeños besos en mi cuello, para después pasar una de sus manos hasta donde comienza mi remera y empezar a levantarla. La saca de una vez por todas y yo aprovecho para tomarla de su cintura y ponerla sobre mí. Trato de besarla pero ella me lo impide, y luego quita mis manos.
-- Hoy, estaré a tu merced – susurra en mi oído, y muerde mi oreja – con la única condición de que no me toques. Veremos cuanto tiempo resistes...
Asiento algo confuso y excitado al mismo tiempo, me encanta probar cosas nuevas con ella, en especial si son de este tipo. Repasa todo mi torso – que por cierto he estado tratando de mejorar y creo que va haciendo efecto, pues se me nota algo – con sus manos. Baja sus beso hasta la parte de mi clavícula siento un ardor, me está haciendo una marca. Yo gimo y aprieto mis manos en puños para evitar tocarla, sabe que la clavícula es mi debilidad y lo está usando en mi contra.
-- ¿Qué quieres que te haga, Ruben?
Una lista de las cosas mas sucias que os podeis haber imaginado alguna vez se me ocurren, pero ninguna es capaz de salir de forma coherente de mi boca. Sonrío cuando por fin me decido.
-- Quiero que me dejes tocarte.
-- Así no tiene gracia, el asunto era hacerte sufrir – hace morritos. Intencionalmente da pequeños saltitos como si fuera a hacer un berrinche, pero yo lo único que pienso es en que no voy a aguantar mucho.
-- Cariño, estas literalmente saltando sobre mi polla, ya me haces sufrir demasiado.
Ella rie y me vuelve a besar. Toma mis manos y las lleva hacia su cadera.
-- ¿Y si mejor tu estas a mi merced? Las mismas reglas.
Una sonrisa malisiosa se forma en mi rostro, por supuesto que quiero tocar ese cuerpo.
-- Vale, prepárate porque no caminas por dos días – digo mientras le beso el cuello. Ella suelta una carcajada mezclado con un gemido.
-- ¿Desde cuando eres el Dios del sexo, Doblas?
-- Desde siempre.
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Un Paso a la Fama [Rubius] • 2nda Temp. "Enemigos Con Derechos"•
FanfictionAlexa y Rubén creían que lo peor a lo que se te tendrían que enfrentar a sus dieciocho años era tomar la decisión de que carrera estudiar en la universidad, o preocuparse en sacar la licencia de conducir como era el caso de Rubén. -- ¡Es que ya...